3/12/08

El cemeterio de los falos erectos

Por Alfredo Prieto

Zoé Valdés ha vuelto a tomar la adarga en el sobaco. El pasado domingo, los asistentes a la Feria del Libro de Miami escucharon un recital escatológico que, a todas luces, le dio tubo y raya a un famoso poema de Francisco de Quevedo y Villegas, “A un bujarrón”, con la diferencia que media entre la buena literatura y su sombra chinesca.
La cubana demostró ante el público por qué escribe como lo hace: “Miami está peor que nunca. Como dijo un amigo de una amiga mía, es el cementerio de las p… paradas” --una expresión que designa a los penes-- “y de las chochas chorreantes”, otra que remite a las vulvas. “Soledad y falta de cabilla”, remató. No se refería aquí a una carencia del material constructivo empleado para levantar los rascacielos del Downtown, sino a otro signo lingüístico con que la jerga popular designa al falo. Habiendo leído alguna que otra novela suya donde se describen con lujo de detalles posiciones sexuales difíciles de hallar hasta en el mismo Kama Sutra --eso para mí, lo confieso, no es ningún problema--, pero donde se emplea un lenguaje que, para ser exactos, mi abuela identificaba con los carretoneros, en el fondo no hizo sino patentizar su vocación por los caños. Sus declaraciones, pues, no constituyen para nada una incongruencia, sino todo lo contrario.
Pero a esa voluntad de epatar, que parece estar inscrita en piedra, se suma ahora una faceta inédita: declarar casi inexistente la vida sexual de los cubanos miamenses, esa que por una cuestión cultural tiene, básicamente, las mismas características de los de la Isla: apasionados, fogosos, hirvientes, bárbaros, rompe-sábanas y un largo etcétera, según una mini-encuesta hecha hace poco por un académico a sus alumnos en una salita del ICAIC. Pero, exageraciones aparte, se trata de un hecho comprobado en nuestra cultura, y no veo cómo el mero dato de mudarse al otro lado del Estrecho le sirva de motivo para declarar disfunciones eréctiles mortuorias, a menos que con lo de las vulvas empapadas tenga en mente a las medio-tiempo que a la salida de las discotecas de South Beach andan buscando a esos apuestos y fornidos balseros, quienes ejercen el más antiguo de los oficios por una bonificación razonable. Pero aun así, lo veo como un contrasentido, pues evidentemente sin erección no hay bonificación posible. Y esos muchachos no tienen, que yo sepa, fama alguna de losers.
Lo otro pertenece a un terreno distinto: el de la política. Ya antes había publicado en un periódico español una defensa del dictador Fulgencio Batista al presentarlo como una suerte de Pericles tropical, saltando olímpicamente por encima del reguero de muertos que dejó en su camino y de los millones de dólares que se robó de Cuba. Pero esta vez no se dedicó a la Historia. Declaró: “Miami ha cambiado mucho (…) La moda es ser obamista y castrista o dialoguero. Si dices que hubieras votado por McCain te comen vivo. Miami está peor que nunca…”. Esto sin dudas merecería un artículo aparte, pero su idea central podría resumirse en un clásico refrán español según el cual cuando se ladra es porque alguien cabalga.
Por lo demás, ya terminaron los tiempos en que la gente se escandalizaba cuando las vanguardias europeas epataban al público utilizando un mingitorio como objeto artístico o poniendo a una muchacha vestida de blanco a recitar palabras obscenas. Cuentan que André Bretón le dijo a Luis Buñuel: “En nuestros días, querido amigo, ya nadie se asombra”. Quizás la vocación de la autora pueda tener mucho mejor cauce si se dedicara alguna vez a lo único que no ha hecho hasta ahora: escribir letras para ciertos reguetones, que por lo menos tienen el desencanto de lo directo, siempre muy por debajo de la sutileza poética de si me pides el pescao te lo doy. Ese será, probablemente, su verdadero cementerio.

Alfredo Prieto es ensayista y editor cubano. Reside en La Habana.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen comentario, es increible la vulgaridad y desfachatez de esta mujer que se considera escritora.

Anónimo dijo...

Esta tipa parece que su verdadera vocacion es la de escribir novelitas pornograficas de la epoca del Shangai en el barrio chino ,creo de ahi le viene esa fijacion o sera que son necesidades no satisfecha

Fantomas dijo...

Cabilla