27/2/07

EXTREMISTAS: EL RECURSO DEL METODO

Por: Enrique Soldevilla

Un análisis frío y objetivo de los acontecimientos informativos públicos de los últimos 15 días permite llegar a las siguientes conclusiones preliminares: Se va mostrando la silueta del famoso anexo secreto y estas declaraciones de un desertor embustero, desesperado por ganarse unos billetes a como de lugar, forman parte de una campaÑa cuyos elementos hasta ahora son:
1- Crear un frente único con la comunidad europea e igualmente con los países miembro de la OEA.
2-Deslegitimar a Raúl Castro y al equipo designado para la continuidad del proyecto político cubano, proyecto que necesita una reingeniería económica y política que sintonice mejor con las aspiraciones de los ciudadanos, pero que no retornará al calco de las democracias disfuncionales que predominan en America Latina.
3- Sembrar en la opinión pública norteamericana e internacional la idea de que Cuba es una amenaza para la seguridad y para la paz mundial. De ahí la resurrección del tema de las armas biológicas.
A mi modo de ver, están construyendo un clima mediático que prepare el terreno para implementar el cenit de la estrategia: estimular una revuelta interna en Cuba en cuanto se comunique oficialmente el fallecimiento de Fidel Castro. El artículo publicado ayer por el boletín de American Enterprise Institute, firmado por Noriega, convoca a un levantamiento popular que obligue a las fuerzas armadas cubanas a reprimir la revuelta y justificar una intervención de la comunidad internacional.Síganle el hilo dorado a esta trama y se convencerán.
Es por eso que debe tenerse una visión de 360 grados a la hora de enfocar, no sólo de publicar, una información de esta naturaleza. Digo todo esto porque soy de los que no deseo la destruccion de mis ciudades ni la matanza de mis conciudadanos.
Y finalmente, temas como este tambien funcionan como una cortina de humo que desvíe la atención hacia un probable ataque a Irán, lo cual complicaría aún más el laberinto que los contribuyentes norteamericanos están teniendo que pagar por la guerra en Irak.

24/2/07

El chiste de los domingos

Están todos los pasajeros en la sala de embarque esperando la salida del vuelo. De repente llega el copiloto impecablemente uniformado con espejuelos oscuros y un bastón blanco tanteando el camino. La empleada de la compañía aclara que, si bien es ciego, es el mejor copiloto que tiene la empresa.
Al poco rato llega el piloto, con el uniforme impecable, lentes oscuros y un bastón blanco asistido por dos azafatas. La encargada de la sala aclara que, también el piloto es ciego pero que es el mejor piloto que tiene la compañía y que, junto con el copiloto, hacen la pareja más experimentada.
Con todos a bordo el avión comienza a tomar cada vez más velocidad y con los pasajeros aterrorizados. El avión sigue tomando velocidad pero no despega. Continúa la carrera y sigue en tierra. Cada vez el final de la pista está más cerca y en una explosión de histeria general los pasajeros comienzan a gritar como poseídos. En ese momento el avión milagrosamente toma altura, entonces el piloto le dice al copiloto:
-El día en que los pasajeros no griten nos vamos a descojonar…

22/2/07

Entrevista al ensayista cubano Enrique Ubieta

“En Cuba existen dos corrientes, dos tendencias sociales”

En su discurso del 17 de noviembre de 2005, Fidel Castro señala que fue un error creer que alguien sabía como se construía el socialismo. ¿Le parece que el camino elegido por la Revolución cubana carece de referencias dentro de la historia del socialismo y se transforma, en ese caso, en un proceso inédito diferenciado de las experiencias anteriores?
Nada en la vida carece de referencias, ni es absolutamente inédito. Recuerdo que un profesor de filosofía que tuve repetía que el pintor más audaz, más creativo, no podía trazar ni siquiera una línea en el espacio que previamente no conociera. El profesor iba más lejos: el objeto que la Humanidad todavía no conoce, que aún no ha nombrado, no existe para el individuo, y éste ni siquiera puede verlo, aunque físicamente lo tenga frente a sus narices. Los dioses y los ET que la imaginación humana ha construido tienen aspecto humano, están hechos de referencias humanas. La verdadera creatividad nada tiene que ver con la supuesta ausencia de referencias, de antecedentes, de conocimientos. Por otra parte, aspirar a la novedad pura, incontaminada de pasado, es un contrasentido: algo es nuevo(?) porque existe un referente viejo. Si pretende hacer una revolución, debe aprender de las demás, de las suyas –las que hubo antes en su país–, y de las otras, las que son referentes mundiales. Desde luego, que uno no toma todas las referencias del pasado como punto de partida. Siempre se produce una elección, consciente o no, que responde por igual a factores de índole histórica y biográfica. ¿Por qué Fidel declaró en el juicio del Moncada que Martí era el autor intelectual de aquel acto de rebeldía(?) ¿Por qué nuestros revolucionarios eligieron las montañas del Oriente del país para establecer los frentes guerrilleros? ¿Por qué la guerra de guerrillas? ¿Por qué concibieron una invasión de Oriente a Occidente? ¿Por qué se procuró la unidad nacional de todas las fuerzas revolucionarias? Todas esas preguntas tienen respuesta en la historia de Cuba. Otro referente insoslayable para una revolución social del siglo XX era la Revolución de Octubre: cuando triunfa la Revolución cubana nadie pensaba en modelos, pero existía un campo socialista, un mundo bipolar y una guerra fría(?) que se calentaba a ratos. Y en el traspatio de Estados Unidos, todos los intentos reformistas del siglo fueron clasificados de inmediato como comunistas: Cárdenas y Árbenz, antes del 59, Bosh, Velasco Alvarado, Allende, Bishop, después. Por otra parte, el comunismo no era, como quieren hacer ver, una doctrina importada: en Cuba (y en América Latina) existía una tradición que se comunicaba con el independentismo más radical del XIX, y pensadores de la envergadura de Julio Antonio Mella (de Mariátegui, de Ponce, y después de Fidel y del Che). La guerra por la sobrevivencia frente a las agresiones imperialistas (bloqueo económico, aislamiento internacional, sabotajes, etc.) –una de las tareas y los compromisos internacionales básicos de toda revolución es conservar el poder y sólo quienes nunca lo han conquistado, carecen de un pensamiento de construcción estatal–, nos condujo por caminos que no siempre fueron elegidos por ser ideales o por creer que lo eran. ¿Alguien quiere saber si, a pesar de todo, repetimos errores ajenos y copiamos importantes aspectos del modelo soviético, aún pendientes de extirpar? Sí, por supuesto, y no debemos avergonzarnos de ello: igual o más importante es saber que la nuestra fue una de las revoluciones que más ha innovado, que más influencia ha ejercido en el mundo contemporáneo (siendo un país tan pequeño desde el punto de vista geográfico); una revolución que en sus momentos de momentánea pérdida del sentido de la orientación, conservó la pequeña llama que evitó el congelamiento. En ello jugó un papel decisivo el genio de Fidel. En ninguno de los estados socialistas de Europa perduró como en Cuba la relación directa, el entendimiento, la conexión emocional y racional del pueblo con sus dirigentes, y la comprensión quijotesca, ajena a intereses geopolíticos, del internacionalismo, del que recibíamos y del que dábamos. Quizás en muchos de esos Estados no existía tampoco una relación sólida entre aquel presente socialista y el pasado nacional. En el llamado bloque socialista, éramos un estado insubordinado, rebelde, original, que sabía ser leal a los amigos, a los aliados, y conservar los principios. Era natural que se pensara que los estados socialistas mayores, aquellos que habían hecho su revolución antes que nosotros, habían abierto caminos por los que podíamos transitar. Hoy sabemos que muchos caminos eran callejones cerrados, que los sabios padres no sabían realmente cómo construir el socialismo, y que –ya acomodados, cuando no corruptos–, ni siquiera querían saberlo. Si no hubiesen existido otros referentes nacionales, es decir, si la revolución cubana no hubiese tenido raíces profundas en su historia nacional y regional, si no hubiésemos contado con un liderazgo excepcionalmente creativo, conectado al pueblo, no habríamos sobrevivido a esa certeza.
¿En qué aspectos generales sintetiza las fortalezas de la Revolución hoy?
Las fortalezas están implícitas en lo anteriormente dicho. Puedo señalar, entre otras: 1. La revolución cubana tiene hondas raíces en la historia nacional; 2. La coherencia histórica del discurso revolucionario cubano, especialmente el de su máxima dirigencia, aún cuando pueda admitirse la existencia de diferentes etapas, y la transparencia de ese discurso; 3. La consecuencia en los principios, y la certeza popular de que existe una conciencia ética vigilante en la máxima dirección del país; 4. El capital humano creado por la revolución: médicos, ingenieros, científicos, creadores de las ciencias y las artes, especialistas en deportes; 5. La cultura política de las masas, que se sustenta en una comprensión clara de sus derechos sociales.
¿En dónde marcaría los principales defectos del presente político en Cuba? ¿Cuáles son los aspectos de mayor conflictividad hoy en la isla a nivel económico?La tensión social entre los intereses individuales y los colectivos, que es en mi criterio el punto neurálgico, no resuelto, del socialismo, alcanzó su mayor dramatismo en la Cuba de los noventa: la graduación de miles de nuevos profesionales –las generaciones más numerosas de la historia del país, los nacidos en los primeros sesenta–, coincidió con el desplome del referente socialista este europeo, y la contracción económica del país, consecuencia de la abrupta desaparición de todos los acuerdos económicos solidarios con el antiguo mundo socialista, y el endurecimiento del bloqueo estadounidense. Se aplicaron políticas económicas de sobrevivencia: la prioridad ya no era la construcción del socialismo (que por demás, había que rediseñar, aunque se proclamaba y se conservaba en sus principios rectores), sino la defensa de las conquistas alcanzadas. El socialismo no es, según pienso, el triunfo de los intereses colectivos sobre los individuales, sino el triunfo del humanismo revolucionario: la nuevas generaciones de cubanos poseen una individualidad más rica, más diversa, menos homogénea y nuevas necesidades, pero éstas no pueden ni deben ser satisfechas en el sentido burgués tradicional; hasta el momento, ninguno de los estados socialistas pudo construir una alternativa al concepto burgués de calidad de vida. Una Revolución es el proceso mediante el cual las masas empiezan a conformar colectividades de individuos. En la medida en que ese proceso se complete o deshaga, triunfa o fracasa una Revolución.
Pero pensar que es posible una sociedad universal de clase media capitalista es una anti-utopía reaccionaria (anti-utopía, digo en este caso, porque funciona como freno, como distracción y desvío de la utopía revolucionaria): ni la naturaleza resiste el nivel de explotación que presupone esa meta, ni la sociedad de consumo puede prescindir de la explotación de las mayorías por las minorías. Sobre los cubanos se cierne un peligro que atañe a esa dinámica esencial, así sea porque el acorralamiento al que es sometido el país no permite momentáneamente otra alternativa: las décadas de limitaciones materiales, por una parte, y las vidrieras ahora llenas de productos en moneda libremente convertible, así sea nacional, para la que no existe un acceso económicamente natural, por la otra, intensifican el ansia contenida de consumo. No olvidemos que todo el sentido de la llamada cultura moderna nos induce hacia el consumismo. El capitalismo tiene su expresión cultural en el consumismo, es decir, en la máxima fetichización de la mercancía (el individuo no como sujeto, sino como objeto del consumo) y consecuentemente, en la enajenación humana.“La nueva sociedad en formación tiene que competir muy duramente con el pasado –había escrito el Che–. Esto se hace sentir no sólo en la conciencia individual, en la que pesan los residuos de una educación sistemáticamente orientada al aislamiento del individuo, sino también en el carácter mismo de este período de transición con persistencia de las relaciones mercantiles” (21). Pero el combate ahora no es sólo contra el pasado: hay un presente de injusticias no estructurales en el interior de Cuba y de injusticias estructurales en el exterior, que se cierne tentador y desestabilizador sobre la conciencia individual. El Poder Global –y su sistema capitalista de valores– penetra y corrompe el poder local que intenta una vía alternativa. Porque para el socialismo, como decía el Che, “no se trata de cuántos kilogramos de carne se come o de cuantas veces por año pueda ir alguien a pasearse en la playa, ni de cuántas bellezas que vienen del exterior puedan comprarse con los salarios actuales. Se trata, precisamente, de que el individuo se sienta más pleno, con mucha más riqueza interior y con mucha más responsabilidad” (22). El freno que impone la sociedad para que el nuevo rico –no se trata de grandes fortunas, sino de repentinas acumulaciones de dinero que marcan una diferencia social que no se funda en el consabido a cada quien según su trabajo–, no se convierta en nuevo propietario, es decir, para que ese grupo social no se constituya en una nueva clase social, exacerba sus ansias de consumo y de igualación a los parámetros miamenses (de reafirmación personal mediante el consumo exhibicionista), y alimenta el espejismo de que sólo la existencia del estado revolucionario impide su tránsito definitivo al Paraíso del Capital. En realidad, los caminos filo marginales de acumulación en las condiciones de Cuba existen únicamente en virtud de la excepcionalidad del contexto: los llamados cuentapropistas (variante privada legal pero no céntrica de trabajo y en este sentido sólo parcialmente moral, contradicción que tiende a desdibujar los límites de lo moral y lo inmoral) o los que actúan de forma francamente no legal en negocios minúsculos pero lucrativos, existen porque no enfrentan la competencia de un mercado regido por las trasnacionales, obtienen por lo general la materia prima a costa del sector estatal y reciben sin distinción los beneficios sociales de la Revolución y el pequeño pero importante apoyo de la cuota alimenticia subsidiada por el Estado. En otro contexto latinoamericano serían barridos, u obtendrían apenas lo suficiente para la sobrevida.La pertenencia al sistema incluye la aceptación de sus reglas de juego: lo que es legal y lo que no lo es, por ejemplo, pero también o sobre todo, lo que es moral y lo que no lo es. Éste es precisamente el plano decisivo. Si la marginalidad como forma de vida se convierte en una posibilidad moralmente válida, su recurrencia a la ilegalidad es insignificante. Si el sector no céntrico deja de percibirse y de ser percibido como marginal –y como inmoral–, acabará conformando un centro alternativo capaz de aniquilar los valores socialistas. La solidaridad internacionalista y la solidaridad nacional son el antídoto moral que el Estado cubano –dueño de los medios de producción–, establece para la conservación y la reproducción de los valores socialistas. La marginalidad –la corrupción es una de sus manifestaciones– es un producto natural del capitalismo que, debidamente controlada, fortalece sus bases: es un resultado del individualismo salvaje que se reproduce en nuevas formas de individualismo salvaje. En el socialismo es siempre un resultado no deseado y disolvente. Si en los últimos años del siglo XIX –después de las advertencias martianas– ya era tardía la admiración incondicional hacia el modelo norteamericano, esa actitud es definitivamente reaccionaria y antinacional en los primeros años del siglo XXI. No por casualidad esa admiración al modo de vida yanqui se ha transformado en admiración al modo de vida miamense. Miami es la ciudad más reaccionaria de Estados Unidos en un sentido literal: sus coordenadas ideológicas se definen en la recuperación del pasado perdido –cubano, nicaragüense, venezolano, etc.–, en la glorificación abierta, descarada, de los valores más conservadores, antinacionales y en el enriquecimiento parásito que propicia la politiquería (la corrupción política). Es la ciudad de los derrotados por la Historia, y su adoración al sistema –carente ya de la fe primigenia en el ideal burgués– es esencialmente cínica. En Cuba existen dos corrientes, dos tendencias sociales, la central, que conserva y defiende los valores socialistas y sobrepone formas de realización personal ajenas al sálvese quien pueda? dominantes en el mundo contemporáneo, y la marginal, que sin mucha teorización ni una clara conciencia, pero basada en el escepticismo cínico del individualismo burgués, prefiere resolver su bienestar material. Muchos, la mayoría enfrenta retos cotidianos en el plano material, y en su solución invierte un tiempo precioso, pero la distinción que hago no se refiere a las condiciones de vida, sino a las condiciones de mente, de espíritu, de cada individuo. El futuro de Cuba depende de qué tendencia triunfe; yo vivo, lucho, trabajo por la socialista. La absorción de Cuba por Miami, la miamización de Cuba, sería la mayor derrota histórica del proyecto martiano de nación. Y hay conciencia de la magnitud del peligro. La llamada batalla de ideas impulsada por Fidel en los últimos años se concentra en esas coordenadas: rescate de sectores juveniles que no habían continuado los estudios universitarios, combate frontal a los focos de corrupción, asistencia a las capas más humildes y frágiles del país, abastecimiento a precios asequibles de productos de uso casero que eleven el nivel de vida y en relación con esto, revolución energética, etc. Una de las más audaces y revolucionarias acciones fue la revitalización de un concepto que parecía destinado a desaparecer con el siglo: el del internacionalismo. Sobre esto hablaré más adelante.
¿Le preocupa la certeza de imaginar un futuro sin Fidel Castro?
De cierta forma, ésa es una preocupación implantada en Cuba desde el exterior. Existe fuera de Cuba una expectativa morbosa sobre el qué pasará cuando Fidel no esté, y no dudo que algunos hasta tengan sus apuestas. Es más fácil vivir sin la mala conciencia, sin el desafío intelectual de saber que otro mundo mejor es posible: ya que Cuba sobrevivió al desplome del llamado socialismo, y persiste, quizás todo se deba a la incansable actividad de un genio malvado. Es un reconocimiento implícito a la genialidad política de Fidel, el inderrotable. Pero los cubanos ¿qué creemos? En primer lugar, sabemos que Fidel es insustituible. No en el sentido que quisieran los enemigos de la Revolución, no como jefe de estado. Los grandes hombres son insustituibles. Siempre que se quiso prolongar la estela creativa de un genio político se le disecó en fórmulas muertas: eso fue, de cierta forma, el leninismo, el maoísmo y los mausoleos de mármol que erigieron sobre sus cuerpos embalsamados. Quizás Martí y el Che tuvieron la suerte de haber muerto antes de iniciarse el período de construcción estatal, o muy al principio. En un artículo que escribí hace unos años decía a propósito de Martí, e indirectamente de Fidel:“Los políticos geniales como él son creadores. Trabajan siempre sobre las más impredecibles y en ocasiones efímeras coyunturas, sin dejarse atrapar en sus redes, sin repetir soluciones, porque diferentes son cada vez los problemas. ¿Quién ha pedido el manual salvador? ¿el libro imposible donde el Apóstol describiera las soluciones futuras de su República? La muerte de los grandes políticos deja siempre un vacío irreparable: no hubo ni habrá manuales de comportamiento que sustituyan el instante de creación. En política no hay recetas. Entonces ¿qué nos deja? Principios, horizontes, ejemplos de conducta, caminos andados y por andar, metas y análisis históricos que deben estudiarse como se abordan las partidas ajedrecísticas de los maestros, sabedores de que sobre el tablero nunca volverán a repetirse exactamente las mismas fichas y posiciones. ¿Es poco? De ninguna manera. Cuba tiene el privilegio de contar con el apostolado fundador de un hombre que supo trazar sobre las coordenadas de la naciente modernidad, un camino alternativo que integrara la justicia, la belleza y la verdad. La primera enseñanza de nuestro fundador es su propia condición de revolucionario. De radical, es decir, de hombre que va a las raíces. De creador, de político que no acepta el dictamen de las apariencias. No podía señalar soluciones posibles precisamente porque no aceptaba el imperio de lo posible, que suele ser lo aparente, lo irreal, lo verdaderamente imposible”.Quiero decir que Fidel es insustituible, y que su desaparición física provocará un vacío en nuestra vida política –qué digo, en la vida política del mundo contemporáneo–, que no podrá ser llenado por otro Fidel. A veces, lo confieso, la idea de su posible desaparición me parece un desafío enorme, que los cubanos y los terrícolas deberemos enfrentar. Eso sí, podrá morir en combate como Martí, si fuese necesario, pero nunca lo hará en Santa Marta, abandonado a su suerte. Por otra parte, estoy convencido de que no será el fin de la historia. La famosa frase de Fukuyama sirvió sobre todo para entender que la historia no termina, me refiero (y Fukuyama también) a la historia de los anhelos humanos por un mundo mejor. Pienso que hay líderes jóvenes capaces. De hecho, hoy por hoy, de la generación del centenario –la que hizo la Revolución–, sólo quedan en el gobierno cubano dos o tres personalidades, contando al propio Fidel y a Raúl. La sociedad cubana no es perfecta, no es homogénea, presenta las contradicciones propias que el subdesarrollo genera entre el nivel de instrucción y el nivel cultural, entre las aspiraciones individuales de sus hijos más preparados y las posibilidades reales, materiales, de satisfacción de esas nuevas necesidades; un subdesarrollo que el bloqueo ahonda, sostiene, prolonga. Pero es una sociedad políticamente culta, que posee reservas suficientes para enfrentar cualquier reto político. Después de Fidel, y más allá de Raúl, apenas cinco años menor, no hay nombres, no porque no haya hombres y mujeres, sino porque, en mi opinión, importará más la estructura partidista y las instituciones del Estado revolucionario que el liderazgo personal. Esto puede parecer un contrasentido: en un mundo en el que los partidos políticos viven una crisis terminal de descrédito, yo abogo por el fortalecimiento del Partido de la Revolución cubana como alternativa de triunfo. Un Partido fuerte es también un partido que promueve, que alienta la discusión interna y pública. Un Partido que no se concentre en la burocrática vida interna, sino en la construcción ideológica revolucionaria. Fidel lo planteó públicamente ahora, porque ahora toca hablar de ello: las revoluciones no son irreversibles (tampoco la nuestra) per se; son los hombres y las mujeres los que pueden o no hacerla irreversible. Todo depende de nosotros.
¿En qué aspectos podría detectar la vigencia del pensamiento del Che Guevara en la realidad cubana actual?
Quizás en Cuba los jóvenes usen menos camisetas, gorros o afiches del Che, que en otros países de nuestra América y del mundo. O quizás se use igual, sólo que tratándose de Cuba, alguien pudiera pensar que su uso debiera ser mayoritario. Eso sería no entender el significado social de su imagen. En el mundo, portar al Che es una señal de rebeldía, de esperanza, de compromiso individual. El mercado no pudo desvirtuar su sentido; incluso aquellos que un día lo portaron como moda –o que ahora mismo lo portan sin saber con claridad quién es el hombre–, intuyen que es un desafío, un Quijote moderno, catalogado como aquel de loco, y seguramente cuerdo, como aquel. Los cubanos no necesitan exhibir su pertenencia al bando de los que creen, de los que luchan. Los revolucionarios cubanos jugamos en la novena del Che (uso el lenguaje del béisbol). Pero los médicos cubanos que cumplen misiones internacionalistas, como él, suelen situar en sus consultorios, o en sus habitaciones, una bandera cubana y una foto del Che. El Che es para nosotros, antes que todo, la Revolución cubana, y después, la Revolución latinoamericana y mundial. Es un héroe incorrupto y ya definitivamente incorruptible. Fabelo, un gran pintor cubano, dibujó su rostro con una corona de espinas: es un Cristo contemporáneo. Sé que ésa es una imagen que repugna a ciertos teóricos, preocupados porque los héroes no se conviertan en mitos. Pero los pueblos, que son sabios, asignan funciones insospechadas a sus mártires. Y los enemigos históricos de la Revolución, que son por supuesto, los enemigos del Che, quieren destruir los símbolos revolucionarios, quieren que desaparezcan los héroes, que desaparezca el heroísmo, y tratan, infructuosamente, de señalarle defectos, errores, e incluso, perversidades. El Che no es Dios hijo, podría ser en todo caso un Dios griego, o un semi-dios, de los que triunfan después de caer, de los que terminan la batalla enfangados, heridos, maltrechos, un semi-dios asmático, que tiene que vencerse primero a sí mismo, que se equivoca, que rectifica, que exige y se exige mucho. El Che es el corazón ético de la Revolución cubana. Pero no es su única tarea. Nos legó también una obra de pensamiento que adquiere con el tiempo más actualidad. Sus reflexiones sobre lo individual y lo colectivo en el socialismo son imprescindibles. Hay un punto en el que la vida y la obra escrita, el pensamiento del Che se funden; si bien es cierto que no existe un camino hacia el socialismo, pienso en cambio que sólo existe un punto mágico, una puerta pequeñísima abierta, por la que podemos entrar a ese otro mundo posible, y ese punto físico, espiritual, es la fusión de la vida y la obra del Che.
¿Cuáles cree que deben ser las tareas ineludibles a abordar en el corto plazo y cuál es el papel que les corresponde a los más jóvenes en este proceso?
El papel de los jóvenes como siempre es decisivo. El futuro se gana o se pierde en la juventud. Y no creo en ninguno de los estereotipos clásicos: los jóvenes de hoy no son peores que los de ayer –esta juventud no está perdida, como suelen decir los que ya empiezan a sentirse viejos, creo que fue en los Diálogos de Platón donde leí por primera vez la frase–; si acaso me veo obligado a hacer comparaciones, siempre falsas, diría que son mejores en algunas cosas y quizás peores en otras. O mejor, diría que los años sesenta fueron diferentes a los noventa, o a la primera década del nuevo siglo. Pero ¿qué hay del hombre nuevo? Según mi interpretación, la concepción guevariana del hombre nuevo nada tiene que ver con la anulación definitiva de todos los sentimientos humanos catalogados como negativos: el hombre nuevo no siente celos, envidia, odio, ira, etc. No, por favor. No creo que el Che pensara en un robot nuevo, y no concibo un ser humano que no albergue los más variados y contradictorios sentimientos. Tampoco creo que el Che imaginaba al hombre nuevo como el hombre o la mujer perfectos: amante de la música de concierto, quinto dan de karate do, conocedor de tres o cuatro lenguas extranjeras, y científico eminente. Pienso que se refería sobre todo a relaciones sociales nuevas, de las que derivan comportamientos inusuales en el viejo régimen, que ya es el capitalista. Si un individuo rechaza la oferta de hacerse millonario por no traicionar la confianza de sus compañeros, por representar los colores de su patria o por contribuir con su grano de arena a la edificación de una nueva sociedad ¿acaso no es un hombre nuevo?; si es capaz de compartir las precarias condiciones de vida de otros seres humanos, de arriesgar incluso la suya, en misiones internacionalistas cuyos beneficios en términos materiales son comparativamente insignificantes ¿no se trata de un hombre, de una mujer nuevos? Bueno, usted siempre puede encontrar ejemplos de altruismo en cualquier sociedad, pero se trata de precisar cuál es la orientación, el sentido, de las dos alternativas sociales que tiene ante sí la humanidad: el capitalismo y el socialismo. Volviendo a mi tema preferido: se trata de construir una relación diferente entre lo individual y lo colectivo, mecanismos de enriquecimiento y realización individuales no burgueses, que incluyan la plena libertad individual. No digo que hemos hallado la fórmula, al contrario: es una meta todavía por alcanzar. Por eso me parece tan errado, tan peligroso, además de inviable, proponer –como han hecho algunos teóricos supuestamente desde la izquierda–, que Cuba intente ofrecerle a sus jóvenes el estándar de vida clase media de los países del Primer Mundo. El problema es otro, diametralmente opuesto, no porque debamos intentar perpetuar la pobreza (espero que mis lectores no saquen deducciones tan simplificadoras, el confort no es per se burgués, pero su centralidad en el proyecto de vida sí): el problema es atenuar la influencia corrosiva del mercado, y abrir las compuertas de la libertad individual sobre la base del compromiso, de la responsabilidad social. En la Cuba de hoy se interrelacionan todas las generaciones. El debate es colectivo. El futuro también.
Resulta profundamente conmovedor leer las crónicas del trabajo de la misión médica cubana en Pakistán por la prensa. ¿En qué otros gestos cotidianos o avances solidarios observa rasgos destacables del internacionalismo cubano?
El internacionalismo médico cubano –que en Venezuela y Bolivia ha incluido a maestros alfabetizadores, asesores de programas de seguimiento educacional–, es uno de los actos sociales y políticos más revolucionarios, más innovadores de la contemporaneidad, que debemos a la genialidad política de Fidel. Primero, porque es una acción inobjetable, profundamente humanista, que no se sustenta en el dinero; segundo, porque es una enseñanza de las capacidades del socialismo, de la diferencia que marca la voluntad política, que llega directamente a la conciencia de las masas, por encima de cualquier campaña mediática; tercero, porque es una escuela de recapacitación científica, política y humana para los médicos internacionalistas. Cuba está reciclando a sus revolucionarios. No mediante becas de estudio en escuelas del primer mundo, sino situando a sus especialistas en los barrios más pobres, y en las zonas más intrincadas del tercer mundo. Revitalizar el internacionalismo es una clave importante de nuestra sobrevivencia. Las revoluciones de Cuba, Venezuela, Bolivia y de cualquier otro país, con sus propias características, sólo tienen una alternativa: tejer una red de apoyos internacionalistas que combata la red de apoyos trasnacionales del poder imperialista. Introducir a los pueblos dentro de los pueblos: porque esta nueva forma de colaboración es entre pueblos, aunque los acuerdos se firmen entre gobiernos. Revitalizar el internacionalismo es revitalizar la solidaridad, el humanismo revolucionario, base indiscutible del socialismo.
Mientras el mundo parece moverse hacia la puja individualista entre personas y naciones, surgen unas paradójicas guerrillas del siglo XXI integradas por médicos y maestros que se mueven por aquí y por allá, que aparecen en las comunidades guaraníes del Paraguay y reaparecen entre los musulmanes paquistaníes. Los médicos cubanos jamás se piensan a sí mismos como parte de una clase superior o inferior. Tocan a los pacientes con las manos, no están apurados para irse, y conversan con ellos como simples vecinos o amigos. En realidad lo son, porque cargan el agua juntos, ayudan en tareas colectivas y están dispuestos a pasar la noche en vela junto al enfermo. En otras palabras: no reciben o visitan pacientes, sino seres humanos, a los que tratan de igual a igual. Agreguemos que son buenos especialistas, y que no cobran. Esos médicos han derribado las naturales aprensiones culturales de sociedades históricamente marginadas. Son bien recibidos en las más intrincadas aldeas de Benin, Argelia, Guatemala o Paraguay; en países y pueblos musulmanes o cristianos; mayas o guaraníes. Demuestran con su presencia que no existe un irremediable conflicto cultural o de civilizaciones entre los seres humanos. El conflicto que sí existe, y que se agudiza cada día, es el de clase. De alguna manera, manifiestan con su actitud virtudes del sistema social que los formó. Muchos de ellos sirvieron primero en las montañas de Cuba, en zonas apartadas del país.
La sociedad cubana alberga grandes reservas de solidaridad. Lo demostró durante el llamado Período Especial, y nuestra tarea política es estimular el crecimiento de esa solidaridad. Desde aquellos años noventa se instauró la costumbre en La Habana de pedir y dar botella, es decir, aventones, o colas, según se dice en otros países latinoamericanos, porque la situación del transporte público se tornó crítica; hay choferes que se resisten, alegan que la gasolina está cara, o prefieren llevar a muchachas bonitas, pero yo creo firmemente –y a veces cuando digo esto la gente sonríe, pero yo lo digo muy seriamente–, que cada vez que alguien pide una botella? y el conductor accede, se produce un pequeño triunfo del socialismo, y cada vez que surge una negativa aparece el rostro peludo del capitalismo. Por eso, cuando manejo trato de llevar gratuitamente la mayor cantidad de pasajeros; y cuando no manejo, pido botella, para salvar a todos los choferes, porque los que son trasladados –contrario a lo que puede suponerse–, le hacen un gran favor al chofer: le dan la oportunidad de ser solidarios.
Enrique Ubieta Gómez (La Habana, 1958) es ensayista e investigador. Autor de los libros Ensayos de identidad (1992), De la historia, los mitos y los hombres (1999) y La utopía rearmada (2002). Compiló y prologó el libro Vivir y pensar en Cuba. 16 ensayistas cubanos nacidos con la Revolución reflexionan sobre el futuro de su país (2004). Fundador y director de la revista de pensamiento Contracorriente (1995 -2004). En 2002 recibió la Distinción por la Cultura Nacional.
Sudestada y La Hainehttp://www.lahaine.org/

21/2/07

Trancando el dominó

Mientras crece el deseo mayoritario dentro de las instancias legislativa y empresarial norteamericana, así como entre la emigración popular cubana en ese país, de lograr un acercamiento, la actual administración, por el contrario, reafirma su obstinación de política exterior disfuncional hacia la isla. Hoy, en una intervención ante el Consejo de Las Americas, el Secretario de Comercio de EE.UU. Carlos Gutierrez planteó la deslegitimación de Raúl Castro, con lo cual se recrudece la postura de guerra fría que ha caracterizado la relación de ambos países durante los últimos 48 años. Un resumen de la agencia EFE aquí:

El secretario de Comercio de EEUU, Carlos Gutiérrez, dijo hoy que su país no 'legitimará' un gobierno de Raúl Castro en Cuba y no levantará el embargo a la isla, mientras el Congreso analiza propuestas para suavizar las sanciones.
Gutiérrez pronunció un discurso duro en nombre del gobierno del presidente George W. Bush, en el que descartó cualquier apertura hacia la isla si Raúl Castro releva en el poder a su hermano Fidel de manera permanente.'Sería un error trágico reconocer a un régimen sucesor en Cuba', dijo Gutiérrez en una conferencia organizada por el Consejo de las Américas, una organización que agrupa a las mayores multinacionales que invierten en América Latina.'Raúl Castro trae consigo una militarización aún más profunda de la sociedad cubana', añadió el funcionario, quien dijo que se trata del ministro de defensa que lleva más tiempo en el cargo en el mundo.
Tras la operación intestinal que en julio pasado obligó a Fidel Castro a delegar el poder en su hermano, y con el dominio de los demócratas en el Congreso de Estados Unidos, algunos legisladores en Washington han propuesto suavizar el embargo.Un grupo de congresistas republicanos y demócratas ha pedido reducir las restricciones a la venta de alimentos a Cuba y permitir las operaciones bancarias entre ambos países.Además, Charles Rangel, uno de los demócratas más poderosos de la Cámara Baja, y el republicano Jeff Flake impulsan un proyecto de ley para eliminar todas las restricciones para viajar a Cuba.Actualmente, los estadounidenses de origen cubano pueden visitar a sus familiares sólo una vez cada tres años, y Gutiérrez dijo que permitir más viajes supondría dar una fuente de dinero al régimen.
El secretario de Comercio, quien nació en La Habana en 1953 y siete años después se exilió en EEUU con su familia, descartó cualquier relajación del embargo.'Es muy ingenuo sugerir que levantar las sanciones económicas estadounidenses debilitará al régimen y forzará un cambio', dijo.
Pero EEUU tampoco ha logrado un cambio con su política de mano dura, según destacan los que quieren una apertura.'Hemos intentado ese camino y no ha funcionado, debemos intentar otra cosa', dijo Mavis Anderson, de la organización no gubernamental 'Latin America Working Group'.
Gutiérrez señaló que la culpa de los problemas de Cuba la tiene el gobierno comunista y que 'es totalmente equivocado' decir que el embargo ha empeorado las cosas.Como prueba, recordó que un tercio de los alimentos y las medicinas que hay en Cuba llegan de Estados Unidos.
No obstante, para Anderson es paradójico que Washington se apropie del mérito de esa ayuda, que se debe a remesas y paquetes que mandan los familiares desde Estados Unidos, y cuyo envío el gobierno de Bush intenta limitar.
Como en otras ocasiones, Gutiérrez destacó la falta de libertad política y la 'opresión' de los trabajadores en la isla. Sin embargo, estas condiciones también están presentes en China y aún así EEUU mantiene relaciones políticas y económicas con Pekín.El secretario de Comercio dijo que las situaciones no son comparables, pues en China hay libertad de empresa y de movimiento, y a Cuba la colocó, en cambio, 'en la misma liga' que Corea del Norte.
El mensaje de dureza es lo que la mayoría de los cubanos en el exilio, concentrados en Florida, quiere oír.Sin embargo, Gutiérrez advirtió de que EEUU 'no confiscará propiedades, ni apoyará cualquier demanda arbitraria de propiedades' en Cuba, algo que temen muchos cubanos de la isla.Afirmó que al contrario de lo que reitera el gobierno de La Habana, Bush no tiene intereses imperialistas en la isla y no planea una ocupación militar. 'El futuro de Cuba está en las manos del pueblo en Cuba', señaló. Además, se manifestó en desacuerdo con la inversión europea, especialmente española y canadiense en el sector turístico cubano. Destacó que los 2.100 millones de dólares que esa industria generó en 2003 no han mejorado la vida diaria en la isla y recordó que los hoteles están destinados a visitantes extranjeros, lo que crea 'un 'apartheid' turístico que refuerza la represión del pueblo cubano'.

20/2/07

¿Una carta escondida tras la aceptación de la figura de Raúl?

Estados Unidos prepara el terreno para cambiar su política hacia Cuba, del bloqueo a la penetración y provocar fracturas graves en la sociedad cubana, dirigidas en ambos casos a destruir la Revolución pero ahora desde dentro. Así opina Pedro Campos Santos, de la publicación digital Kaos en la Red. Fresquecito:

“Lo importante en política es lo que no se ve”
José Martí.
Estados Unidos prepara el terreno para cambiar su política hacia Cuba, del bloqueo a la penetración y provocar fracturas graves en la sociedad cubana, dirigidas en ambos casos a destruir la Revolución pero ahora desde dentro.
Una siniestra campaña diversionista contra el Comandante Raúl Castro, han venido desarrollando, en forma cada vez menos sutil, los servicios de desinformación del gobierno de Estados Unidos.
Diversos artículos y comentarios provenientes de la prensa estadounidense aluden a declaraciones abiertas de los Jefes de la Inteligencia de EE.UU. quines sugieren que la tranquilidad que proporcionaría un gobierno de mano dura militar y el pragmatismo económico que confieren a Raúl y a sus cuadros entrenados en empresas comerciales de las FAR, posibilitarían el desenvolvimientode los “actuales intereses” norteamericanos en Cuba.
Tales “intereses” son descritos como: “la necesidad de evitar un caos”a la desaparición del Comandante en Jefe Fidel Castro, promover una “transición” pacífica“, impedir una crisis migratoria y “desarrollar una economía de mercado” que posibilite la penetración de los capitales estadounidenses.
Soren Triff en el Nuevo Herald del 18 de enero, afirma: “las palmaditas de la CIA y el Pentágono, y el silencio de la Unión Europea no son legitimidad suficiente” y llega a la alucinación de “aconsejar” a Raúl sobre cómo lograr un mayor respaldo de la población y legitimidad para su Jefatura. El diversionista Alejandro Armengol en el Miami Herald, monstruosa y maquiavélicamente llega a calificara Raúl como el “hombre de Washington”.
¿Análisis realista, interesado o de doble lectura?
La valoración del origen, los medios usados y el contenido de estas informaciones que vienen sucediéndose, incluso –y muy importante-desde antes de la enfermedad del Comandante en Jefe y su proclama, evidencian un patrón de comportamiento: la mayoría son originadas en “fuentes de inteligencia” del gobierno norteamericano, se publica en medios y por “periodistas” dirigidos a los cubanos de allá y de acá y suponen “aprobación” sobre la conducción del gobierno por Raúl, “confianza” en que impedirá lo que “más le preocupa” a Estados Unidos: una emigración descontrolada, y “esperanza” en que asumirá reformas de mercado tipo chino, un “socialismo” para principiantes, que pocos no saben a dónde conduce.
¿Acaso la Inteligencia norteamericana no sabe cuántas sospechas levantan ante los cubanos y cuánto detestamos la aprobación, la confianza y la esperanza del Imperialismo en alguien o en algo? ¿No sabrán que esa “bendición yanqui” “podría descalificar” a Raúl ante los otros dirigentes, el pueblo, la historia de Cuba y los hermanos revolucionarios de todo el mundo?
Todos -ellos y nosotros- sabemos que detrás de toda esa parafernalia se esconde el verdadero interés de Estados Unidos, encubierto, de destruir la Revolución y evitar el desarrollo del Socialismo en Cuba, imponiendo –por cualquier vía-la restauración capitalista, que eufemísticamente ellos llaman “transición”, lo que a mediano plazo conllevaría inexorablemente a la anexión económica y luego a la política de Cuba a Estados Unidos, el tan anhelado sueño de la oligarquía yanqui desde que se identificó a sí misma como tal.
Revolución, Independencia y Socialismo son interdependientes. El socialismo en Cuba sólo será construido a contrapelo del Imperialismo, estén allí gobernando demócratas o republicanos. Estas verdades no necesitan más demostración.
¿Cual es pues entonces la intención norteamericana en lisonjear públicamente a Raúl Castro?
¿Creerán de verdad, que nosotros creemos, que ellos creen que Raúl va a traicionar nuestra Historia y va a intentar abrir las puertas al imperialismo vía economía de mercado capitalista tipo china? A nadie van a convencer los gringos de que ellos aceptan de buena gana la “sucesión” que tanto quisieron evitar para lograr su “transición” bien expuesta en el Plan Bush-FNCA, ni que desean la “tranquilidad en Cuba”, cuando se han pasado los 49 años de Revolución promoviendo todo tipo de caos en este país, por todas las vías posibles.
Evidentemente, en todo esto hay propósitos aviesos. Para decirlo a lo cubano: “Aquí hay gato encerra´o”.
No se percata aún el Imperialismo que está lidiando con el pueblo de Martí, quien preparó desde el mismo territorio de Estados Unidos -en silencio- una Revolución contra su propia expansión hacia Nuestra América que fue capaz de prever y nos enseñó, que “lo importante en política es lo que no se ve”. Poderosos señores del “Norte revuelto y brutal que nos desprecia”, antes que Lenin y antes de poder ver con sus propios ojos la primera guerra imperialista desatada por Ustedes para apoderarse de Cuba, Puerto Rico y las Filipinas, nuestro Héroe Nacional había descrito ya el meandro internacional de vuestro sistema.
A falta de informaciones precisas, no nos queda otra que acudir al análisis del arsenal histórico del diversionismo imperialista contra el movimiento revolucionario y los ex países socialistas. Tales acciones siempre se han basan en combinar elementos de la realidad con los de su invención, para buscar los efectos deseados, en el caso de Cuba: siempre crearle dificultades de todo tipo, destruir la Revolución y evitar la construcción socialista.
Aunque puede haber otras, dos tesis básicas no excluyentes aparecen claras en el análisis de esta perversa campaña mediática originada en la casa matriz de la CIA, en Langley, Virginia:
Tesis primera: Dado el fracaso de la política vigente por más de 45 años, el Imperio necesita crear las condiciones internas y externas que le permitan instrumentar las modificaciones tácticas necesarias a la siempre estrategia de destruir la Revolución; pero ahora desde dentro, para lo cual debe cambiar supolítica de agresión y bloqueo por la de acercamiento y penetración.

El pragmatismo del sistema así lo aconseja, aunque el mismo esté bastante ausente en esta Administración republicana que, como quiera que sea, es transitoria pero en la cual ya se podrían ir dando algunos pasos paulatinos hacia el cambio, amparados en“fines humanitarios”, como la ya autorizada venta de alimentos, beneficiosa para los agricultores norteños.
En el stablishment estadounidense se reconoce ampliamente que la política de agresión y bloqueo ha fracasado en sus propósitos de destruir la Revolución y obstaculizar la construcción de la nueva sociedad socialista. Los primeros a convencer allá sobre la necesidad del cambio, son los aliados ultra conservadores de Miami, algunos de los cuales -evidentemente sus agentes- ya hablan de la necesidad de ir caminando en otra dirección. Siempre la tradicional contrarrevolución histórica ha reflejado las políticasde sus benefactores, ésta no iba a ser la excepción. El cuartel de Miami, de abrogarse el “papel rector en la liberación de Cuba”, está pasando a reconocerse un rol de “apoyo a la oposición interna”.
Sin cambiar sus fines, ya muchos han empezado a trabajar en EE.UU. en la nueva política de acercamiento y penetración por pasos, la cual tiene entre sus plataformas principales promover en Cuba la economía del mercado que propicie la penetración del capital extranjero y el contagio por exaltaciónde los valores del estilo de vida de la burguesía norteamericana, estableciendo todos los lazos de “cooperación” posibles.
Significación especial y primaria confieren al intercambio masivo “persona a persona” que se proponen con una avalancha deemigrados, turistas, negociantes y funcionarios que con sus dineros, pacotillasy estilos de vida demostrarían las “bondades y superioridades” del sistema capitalista y su “vida fácil, llena de oportunidades”, proyectado sobre una sociedadcolmada de carencias y ávida de cambios.
EE.UU. buscará que el paulatino levantamiento del bloqueo“compruebe” la extrema necesidad, para la economía cubana, de buenas relaciones de todo tipo con su vecino del Norte, a fin de dar la razón y fortalecer a las posiciones internas de los defensores de las teorías de la dependencia del “desarrollo económico” de Cuba, de sus vínculos con el comercio y el capital norteamericano, los partidarios internos del “desarrollismo”. El triunfo de tales posiciones en nuestro seno abriría el camino al mercado, la vía china y a la penetración imperialista. Y nosotros “empezamos ayer”.
Aplicar esa política tiene como escollo principal la existencia de Fidel, pues mientras esté él al frente de la Revolución,caminar hacia el levantamiento del bloqueo sería reconocerla derrota y la humillación del Imperio. Su desaparición física, para la cual se vienen preparando, les permitiría presentar “un cambio en las condiciones”, que fundamentaría el cambio de política. Es la metódica justificativa del Imperio: las políticas se cambian o modifican no porque hayan fracasado las anteriores, sino porque las circunstancias han cambiado. La salida de Fidel de escena, es el sine qua non para la nueva política.
Otro importante obstáculo es el encono tradicional generado entre los dosgobiernos por la agresión y el bloqueo, lo cual “pudiera resolverse”, como ya muestran querer hacer, concentrando toda la responsabilidad histórica de la Revolución y el diferendo cubano-estadounidense, en la figura de Fidel, y “liberando” de la misma al resto de la dirección, especialmente a Raúl.
Las “evaluaciones” sobre Raúl, como las del “especialista” sobre Cuba de la CIA Brian Latell, lo presentan como una persona totalmente distinta a su hermano Fidel, “más humano, familiar, interesado en los problemas del pueblo, más dado a contar con los demás, más responsable y más eficiente en la gestión de dirección económica y partidario de la economía de mercado”.
Vistas así las cosas, no tendría Estados Unidos porque seguir con su política agresiva y de bloqueo, cuando ya exista “otro” gobierno en La Habana “dispuesto a cambiar las políticas de Fidel”; como si el gobierno cubano fuera “Fidel”, y ahora va a ser “Raúl”, que es otro, su “hermano pero distinto”. “Con Raúl empezó la transición”. ¿Se engañan ellos mismos? ¿Serán de verdad tan cretinos? ¿Qué quieren hacer creer a quién?
Es por tanto una posibilidad, que esta campaña esté en parte dirigida a tratar de “vender” a Miami, al público norteamericano y a sus aliados, a los que les gusta manipular informativamente, una imagen de Raúl, que favorezca el cambio de política, no de fines, una vez desaparecido Fidel. Los halagos a Raúl, estarían igualmente encaminados a tratar de aflojar las tensiones entre Cuba y Estados Unidos para facilitar el acercamiento previo que demandaría la nueva política.
Tesis segunda: El Imperialismo intenta crear divisiones en el seno de la sociedad cubana, alabando supuestas intenciones militaristas, totalitarias, capitalistas y “pro-chinas” de Raúl, que saben no cuentan con el respaldo mayoritario de los revolucionarios y el pueblo. Además, ellos sabenque solo el hecho de recibir el “beneplácito de los imperialistas” es suficiente para concitar el rechazo de los revolucionarios cubanos quienes, como nos enseñó el Che, en ellos no confiamos “ni tantico así, nada”.
Sabiendo que para los cubanos está muy claro que la conveniencia del Imperialismo, contraviene los intereses de Cuba, la Revolución y el Socialismo,se pueden apreciartresprobables propósitos interrelacionados, dados los claros efectos que tales lisonjas pueden provocar, algunos ya funcionando:
1-Conociendo que el Comandante Jefe no acepta, rechaza todo lo que huela a capitalismo y que especialmente toda su acción ha tenido una gran carga antiimperialistas, uno de los propósitos puede ser intentar aparentar fricciones entre Fidel y Raúl en las actuales difíciles circunstancias y entre las fuerzas y cuadros consideradospor ellos, más “ideológicos” fieles al legado de Fidel, en contraste con los que ellos evalúan como más “pragmáticos” de origen militar que han estado manejando negocios comerciales en Cuba en los últimos años. Otros efectos colaterales si “lograran crear una desconfianza” de Fidel hacia Raúl sería acelerar la enfermedad del Comandante en Jefe y desatar la “lucha por el poder” entre los cuadros que proceden de las FAR y los civiles.
2-Las continuas referencias al supuesto interés de Raúl en aperturas de mercado tipo china, pueden estar intentando provocar el rechazo al Segundo Secretario de una buena parte de los revolucionarios cubanos que objetamos el capitalismo en cualesquiera de sus formas, estamos convencidos de que todas sus variantes conducen a la anexión y estamos interesados en la profundización revolucionaria hacia más socialismo, como dijo Lage en Uruguay, que es decir más relaciones socialistas de producción, las cuales no están basadas en el trabajo asalariado, sino en la autogestión social socialista expuesta por Marx. Esta preocupación por una supuesta apertura a la economía de mercado, empieza ya a manifestarse, como se expresa en un artículo de Celia Hart publicado en Rebelión.
3-La insistencia norteamericana en el “control militar” sobre la sociedad y dadas las negativas experiencias anteriores de este tipo en otros países y en instituciones no militares cubanas, unida a la realidad de que muchos cuadros nombrados en la vida civil provienen del Ejército, puede tener la intención de enajenar el apoyo de fuerzas socialistas a la vez democráticas, civilitas y anti-totalitarias existentes en la sociedad cubana a la nueva dirección en funciones, ante la supuesta y diversionista pretensión atribuida a Raúl y a sus cuadros militares de “controlar” el país. La reciente reacción de sectores de la intelectualidad en el caso “Pavón”, evidencia las complicaciones que podrían derivarse de prosperar estas diversionistas intenciones enemigas.
Los analistas de Inteligencia y de la prensa imperialista siempre miran la historia a través de las personalidades y cuando más, a través de las tendencias políticas que ellos “identifican”. Para ellos Fidel hizo la Revolución, es la Revolución y, simple regla de carácter transitivo: sin Fidel, no habrá más Revolución. Con esta línea de pensamiento, ahora la Revolución será Raúl: “concentren el fuego contra él, los cubanos mismos se encargarán de acabarlo”.
Desde luego, sería mucho pedir a los “cubanólos” del Imperio que se han equivocadoen todos sus análisis respecto a Cuba, marcados siempre por elinterés clasista y diversionista, que entiendan realmente que la Revolución Cubana es una fuerza socio-cultural, una ola gigante antiimperialista de siglo y medio,al frente de la cual ha estado hasta ahora el genio de Fidel, pero sin él seguirán su esencia, carácter y avance, que le corresponde por imperativo de nuestra Historia y de todos los hombres y mujeres que estamos inmersos en esta batalla por el hoy y el futuro. Raúl y los otros que lo acompañan, lo sabemos los cubanos, irán como Fidel delante de esta marea, nutriéndose de ella y respondiendo a ella y no para servirse de ella, ni llevarla a ninguna parte que no sea lo que quiere y necesita ella: más socialismo.
Para los imperialistas no cuenta el pueblo que ha estado luchando por la independencia de Cuba desde 1868, desde 1895 –además- por las ideas democráticas y revolucionarias avanzadas del proyecto martiano, desde 1902 –también y siempre- contra la intervención norteamericana, que en los años 30 intentó una Revolución preñada de socialismo cubano, luchas populares todas que vinieron a entroncar en la Revolución que triunfo en 1959.
Independencia, antiimperialismo, democracia y socialismo en Cuba son una y la misma entrelazada obra que ha ido forjando, concatenando nuestro pueblo, nuestra Historia, nuestra Cultura. Al extraordinario magisterio de Fidel le ha correspondido encabezar estas luchas durante más de 50 años, los que vengan después acometerán las tareas relativas a su tiempo, pero en esa misma dirección.
La sociedad cubana toda, la dirección en funciones, el Partido, los trabajadores y el pueblo, deben estar atentos a los aviesos fines diversionistas del Imperialismo y sus agencias, tendientes todos a crear malestar y divisiones en Cuba, en las difíciles circunstancias actuales.
La nueva política de acercamiento y penetración que el imperio viene delineando, solo podrá ser derrotada con más socialismo, que es decir más autogestión social socialista, que implica participación, democracia e inclusión, integración bolivariana, bases profundas y duraderas de una sólida cohesión.
Si la cohesión verdadera en torno a fines y medios y no a la falsa unanimidad doble-moralista, de las fuerzas revolucionarias, es uno de los pilares estratégicos de nuestro proyecto como nación socialista, minarlo es uno de los objetivos del enemigo. Todo lo que afectela consolidación de ese principal sostén o vaya contra él, puede estar haciendo el juego a los planes diversionistas y siniestros del imperialismo.

Reaparece debate sobre quinquenio gris:¿Más sal en la herida?

Exorcizando fantasmas, de la periodista Dalia Acosta, es el nuevo artículo sobre el quinquenio gris. Aquí lo tienen:
LA HABANA, 20 feb (IPS) - La ampliación del debate iniciado en Cuba vía correo electrónico por un grupo de intelectuales a comienzos de año parece demostrar la necesidad de enterrar definitivamente las restricciones culturales del pasado, abrir espacios al diálogo, a la confrontación de ideas y a la diversidad.
"El temor ya fue conjurado. Es evidente que ese pasado no regresará. No lo permitiremos los escritores y artistas, y tampoco lo permitirán las instituciones", dijo a IPS el escritor Arturo Arango, uno de los participantes en el intercambio de correos que ya trascendió el tema inicial, sumó voces de la diáspora e, incluso, de otros países. Sobre la posibilidad de que los aspectos más negativos de la política cultural cubana del pasado o de su interpretación hayan sido del todo superados, el autor de novelas como "Muerte de nadie" estimó que esa vieja política aún "se abroquela en mínimos espacios en los que trata de sobrevivir y resistir". A su juicio, el debate a través de la red mundial de computadoras intenta "ponerla (a la política) en evidencia, para que los principios más libertarios, emancipadores, antidogmáticos, se expandan quizás de manera definitiva". "Lo que también estamos tratando de decir es que la Revolución Cubana perecería si retornan esos métodos, si renuncia a las complejidades que aportan el arte y la literatura, si desoye la voz de sus pensadores, de sus artistas. De eso, más que de salvaguardar nuestra propia obra, es de lo que se trata", añadió Arango. La también llamada "crisis de los correos" estalló tras la aparición en varios programas de televisión de Luis Pavón Tamayo, Armando Quesada y Jorge Serguera, todos vinculados como ejecutores al llamado proceso de "parametración" que afectó a amplios sectores de la cultura cubana en la primera mitad de los años 70. Entre los síntomas de aquel período, que impuso límites y que el ensayista Ambrosio Fornet llamó "quinquenio gris" aunque se extendió por casi un decenio, el escritor Leonardo Padura enumera "la censura de lo que hoy nos parecería ridículo" y la exclusión de "artistas y estudiantes por sus creencias religiosas o sus preferencias sexuales". A esto, añade, la sospecha frente a cada acción u opinión no sustentada por la más férrea ortodoxia, el dogmatismo exacerbado, la facilidad con que se acusaba a cualquiera de tener "problemas ideológicos", la marginación de los artistas cubanos del quehacer internacional "capitalista" y la insistencia en sovietizar y adoctrinar la creación. No cumplir los "parámetros" establecidos implicó, en su momento, el cierre de colectivos artísticos, como el teatro de Guiñol, y la marginación de narradores, dramaturgos y artistas de todos los sectores de la cultura. En 1976, la creación del Ministerio de Cultura marcó el fin de la política anterior y el inicio de una nueva época. La "memoria colectiva" cubana necesita de "una revisión de los lastres y desmanes de aquel pasado, como única alternativa para preservar en un futuro los espacios de reflexión, crítica, opinión, comunicación y creación ganados en el presente", asegura Padura en Cultura y Sociedad, publicación de la oficina de IPS en La Habana. Según el autor de "Máscaras" (1996), una novela que tiene entre sus personajes a un creador homosexual "parametrado", el consenso en torno a "una posición de principios" mostrado por el debate vía correo electrónico "constituye la muestra de un espacio ganado para la reflexión, la crítica e incluso la indignación". Además del rechazo a lo que pareció una reivindicación de los tres ex dirigentes, buena parte de los participantes en el intercambio resaltaron la necesidad de levantar el velo de silencio sobre ese período triste de la historia reciente, analizar sus causas y consecuencias, reconocer el error para evitar su repetición. Otros, como el escritor residente fuera de Cuba Amir Valle o el cineasta Enrique Colina, enumeraron síntomas del pasado que aún pueden encontrarse en el presente: películas nacionales que nunca se han mostrado en la televisión por su abordaje crítico de la realidad, libros no publicados y escasos espacios para la diversidad de criterios. "Para mí, esto nunca fue ‘el quinquenio gris’, para mí siempre ha sido ‘el período del escándalo silencioso’. Generaciones que han venido detrás se han formado en ese silencio", opinó en un correo electrónico el dramaturgo José Milián, quien se mantuvo sin escribir entre 1970 y 1974 y sin ver una obra suya llevada a las tablas hasta 1979. La cineasta Belkis Vega reflexionó sobre el necesario análisis y la posibilidad de evitarlo porque se piense que no es "el momento oportuno" o para no "darle armas al enemigo", una fórmula que en Cuba siempre se identifica con el gobierno de Estados Unidos y sus políticas hostiles hacia la Revolución Cubana. A pesar de estar convencidos de que "ser revolucionario es ser transformador, inconforme, crítico", muchos temas se postergan a "la espera de ese momento y lugar que nunca llega", para mantener la unidad y no darle "armas al enemigo", sin comprender que "el estaticismo paralizante es un arma bien eficiente", apuntó la directora de cine. La misma idea fue enfatizada por Fornet el 21de enero en la sede de la institución cultural cubana Casa de las Américas, durante la primera de un grupo de conferencias coordinadas por el centro cultural Criterios con el fin de abordar, desde diferentes aristas, la política cultural de "los años duros". "Los pactos de silencio suelen ser sumamente riesgosos, porque crean un clima de inmovilidad, un simulacro de unanimidad que nos impide medir la magnitud real de los peligros", afirmó el intelectual, testigo de la época analizada y uno de los primeros que en la pasada década aportó sus reflexiones críticas sobre lo que denominó "quinquenio gris". Además de la conferencia central de Fornet, el encuentro en la Casa de las Américas incluyó una intervención del ministro de Cultura de Cuba, Abel Prieto, y otra del ensayista Desiderio Navarro, quien se ha convertido en una especie de coordinador del debate electrónico desde el centro cultural Criterios. "En el ciberespacio, todo el que tiene acceso a correo electrónico puede intervenir. En una sala donde caben 450 personas, se imponen las invitaciones. Pero, indudablemente, hay más coherencia en un salón donde todos nos escuchamos a todos", opinó Arango sobre lo que se interpretó como un salto del debate del espacio privado al público. Los temas principales del debate volvieron a la palestra pública, el 3 de este mes, durante la presentación en los portales del Instituto Cubano del Libro, del ensayo de Navarro "Las causas de las cosas", una recopilación que incluye textos sobre la función crítica y la banalización de los medios de comunicación. La revisión del pasado, que algunos consideran "ya imparable", ha emergido también en los pasillos y en no pocas presentaciones de la Feria Internacional del Libro, que se realizó en La Habana del 8 al 18 de este mes. A partir de ese día, la feria se instaló en 40 ciudades cubanas para concluir el 11 de marzo. "Me permito afirmar que esta Feria está dedicada a todos los creadores cubanos", sin exclusiones y para superar "cualquier limitación que en el transcurso de los años pueda haber mostrado, soportado y sufrido nuestra cultura", apuntó en la inauguración de la feria el poeta César López, premio Nacional de Literatura. Con ese afán inclusivo, López mencionó entre los imprescindibles a Guillermo Cabrera Infante (1929-2005), Reynaldo Arenas (1943-1990), Jesús Díaz (1941-2002) y Heberto Padilla (1932-2000), escritores que murieron en el exilio defendiendo posiciones radicalmente opuestas al gobierno de Fidel Castro. "Sacaron el genio de la botella y ya no vuelve a entrar", dijo a IPS el escritor Reynaldo González, premio Nacional de Literatura 2003 y uno de los participantes en el debate electrónico. "Los errores son ‘pasado’ si se subsanan. Todo esto refleja la falta de transparencia mantenida por 30 años sobre los crímenes de lesa cultura cometidos por dogmáticos, intolerantes y aprovechados de la inadvertencia en algunos mandos" y, además, por "la impunidad" en que se han mantenido, añadió. González estimó que "la oposición a esos métodos y a la ideología estalinista que los genera" ha ganado fuerza no sólo en medios intelectuales sino también "en niveles de decisión". Sólo "luego de explicitar las causas y combatir los efectos" podrá "ocurrir la cicatrización", afirmó

Apuntes para una democracia sin suecos en América Latina

Por: Enrique Soldevilla
Somos participantes de un mundo cada vez más integrado y mejor interconectado, provocador de modificaciones del sistema internacional que obligan a un reacomodo de las partes que conforman su estructura. En este contexto los estados nacionales enfrentan el desafío de la adaptación al cambio invirtiendo en educación y cultura como condición inaplazable para su reinserción competitiva en el nuevo sistema internacional.
Como se conoce, ese proceso globalizador transcurre de modo asimétrico entre los países altamente desarrollados, los de un desarrollo económico intermedio y los de un subdesarrollo depauperante. En consecuencia, el reposicionamiento permanente dentro del proceso globalizador, las ventajas, desventajas, retos y oportunidades, dependerá de la posición de cada país en la escala antes referida, pero los que hayan invertido más en educación, aquellos que fomentan el capital humano, poseerán mayores ventajas competitivas.
En América Latina este "golpe de modernidad" exige adaptarse al cambio, buscar el nuevo queso de la praxis democrática, como obligación previa para la competitividad en todos los órdenes del quehacer humano; requiere superar los viejos esquemas de gestión política desmontando el falso axioma protodemocrático de que los partidos políticos, subsidiados por el erario público, constituyen el principio y el fin de la democracia. Impulsa a abrirle camino al precepto de que la Ley es el único y verdadero elemento central y ordenador de la vida en democracia. Esta convicción excluye cualquier otra construcción teórica que desplace o menoscabe el rol protagónico del imperio de la Ley dentro de la convivencia democrática moderna.
Experiencias de nuestra contemporaneidad, como los procesos de descolonización y las conquistas de los derechos civiles en los Estados Unidos y en Sudáfrica, así como de los movimientos ecologistas del siglo XX, invitan a reflexionar que una mayor o menor calidad del desempeño democrático es resultado de la mentalidad, de la actitud y de la conducta de los ciudadanos, por eso se desarrolla, se tuerce y se auto reproduce permanentemente en la dialéctica del contenido y de la forma con que los hombres la recrean, generalmente a conveniencia de intereses sectarios.
El derrotero democrático actual busca la consolidación de espacios de multi participación política que tienen su punto de partida, de equilibrio y de ordenamiento en la Ley, pues las citadas conquistas de los derechos civiles fueron posibles porque existía y funcionaba como valor inamovible, en la conciencia social, el referente conceptual del imperio de la Ley. Y para que la Ley sea la columna central de la democracia moderna es imprescindible comprender la importancia de la cultura, incluida en ella la conciencia ética, en la construcción de ambas: de la ley y de la democracia. De modo que abogar hoy, en la alborada de un nuevo siglo, por la democracia mediante la cultura, debiera ser la más legítima de las convocatorias para dejar atrás todo el salvajismo y la mediocridad que aún nos vician.
El "golpe de modernidad" obliga a la inversión social como única vía de superar el subdesarrollo económico; a cultivar el pensamiento cívico, legalista, cooperativo y solidario dentro de la comunidad, a fomentar la idea de que democracia es algo más que la existencia vegetativa y simbólica del pluripartidismo; algo más que la letra amañada o que el espíritu preterido de una Constitución y que cualquier procedimiento electoral. Obliga a educar en la idea renacida de que el imperio de la transparencia y de la institucionalidad son factores que encauzan la auto reproducción del sistema socioeconómico en la ruta del desarrollo. Obliga, en suma, a ocuparse de los demás, a invertir en infraestructura, erradicar la insalubridad, el analfabetismo, el desempleo y, sobre todo, la mediocridad política que bloquea el progreso hacia una sociedad competitiva dentro de un mundo interconectado y cambiante.
La funcionalidad real de las instituciones fomentadoras de la democracia moderna no requiere la inmigración de suecos. Depende de la cultura de los hombres y de la voluntad política altruista con que hayan sido concebidas. Si son estructuradas con genuino humanismo podemos estar seguros de que tales instituciones van hacia la democracia y de que ésta viene hacia nosotros.

18/2/07

FIDEL CASTRO MEJORA Y "LO VEREMOS PRONTO", DIJO ALARCON

Por: Fernando García , del periódico digital Lavanguardia.es
Ricardo Alarcón de Quesada (69 años) preside el Parlamento cubano desde 1993. Doctor en Filosofía y Letras, entre 1966 y 1978 fue embajador ante la ONU, donde llegó a vicepresidente de la Asamblea General. También fue ministro de Exteriores y se le considera un hombre de peso en la cúpula del poder de la Cuba de Fidel Castro.

- Fidel Castro lleva seis meses apartado del ejercicio directo de la presidencia debido a su enfermedad. ¿Qué ha cambiado?
- Bueno, lo de apartado...
- O alejado.
- Eso es más exacto. Lo que ocurre es que no le vemos en el modo en que nos tenía acostumbrados. Una de las características de Fidel es que ha llevado muchos temas de forma muy directa, tocándolos. Es su estilo. El cambio mayor es ese alejamiento físico. Cuando ha ocurrido algo, lo mismo haya sido un huracán, él ha estado allí y no sólo en la reunión donde se han valorado daños sobre un papel. Ahora no puede, lógicamente, al hallarse en recuperación postoperatoria. Pero le aseguro que sigue estando al tanto de todos los asuntos importantes. Como Raúl Castro ha dicho, tiene un teléfono al lado y lo usa mucho.
- ¿A usted le llama?
- Hemos hablado por teléfono algunas veces, pero él se concentra en el vicepresidente Carlos Lage y el canciller Felipe Pérez Roque. Lage [ Economía] es muy metódico y capaz de transmitir lo esencial de modo conciso. Y Felipe, también con esa cualidad, se ocupa de la actividad internacional, aspecto muy sensible al que Fidel dedica gran atención.
- ¿Y qué ha cambiado en Cuba?
- Ni la sociedad, ni la política, ni las orientaciones básicas han cambiado. Quizá lo más notable es la reacción de los cubanos a la proclama de Fidel del 31 de julio (delegación provisional en Raúl), que se da de cachetes con tantas especulaciones que circularon en el exterior; una reacción madura, ecuánime, serena, solidaria, por supuesto junto con el dolor. Se ha confirmado la solidez de las instituciones y la gran cohesión de la sociedad cubana.
- ¿Y qué es lo que puede variar, y lo que no, a partir de ahora y después de Fidel?
- Cada persona es única e irreemplazable. Vamos cambiando, la vida es eso. Unos pasan al retiro, unos mueren, otros crecen... Y cual uno trae su impronta. A comienzos de los noventa, cuando cayó el modelo soviético con el golpe tremendo que eso supuso para la economía cubana al tiempo que EE. UU. recrudecía su bloqueo, en todo el mundo se anunció el fin del socialismo cubano con un triunfalismo desmedido e injustificado: Cuba tenía que cambiar en la dirección que se suponía triunfadora. Y sin embargo, ¿de qué estamos hablando hoy? Mire alrededor. Lo que predomina en América Latina es la bancarrota de esa opción que supuestamente iba a ganar. La tendencia es acercarse a lo que ha significado Cuba. Hay por todas partes una crítica a fondo del modelo capitalista; la búsqueda de fórmulas alternativas: el socialismo, o mejor los socialismos, del siglo XXI. Aquí es casi una broma defender el modelo neoliberal; nadie le pide a Cuba que haga lo que cada vez se hace menos en Latinoamérica. Hay que estar loco para querer mantener el mundo de desastres ecológicos que el casi presidente de EE. UU. Al Gore ha descrito.
- ¿Es de esperar un retorno de Fidel al mando directo y diario?
- Su recuperación marcha muy bien. Es él quien ha colocado un punto de cautela, porque tiene una adicción incurable a la verdad y un rechazo visceral al engaño. Siempre nos recuerda que es una situación delicada y compleja, aunque también ha tenido que admitir que va muy bien. Confío en que no sólo seguirá dirigiendo como ahora lo temas fundamentales sino que lo veremos más cercanamente.
- ¿Cómo antes?
- Lo natural sería que fuera como antes pero sin emplear tantas horas apareciendo y haciendo visitas. Pero yo, siendo 11 años menor, he experimentado fatiga y asombro al ver su capacidad de trabajo. No me atrevo a decir que estará en una posición más discreta y morigerada, pues podría hacer el ridículo. Él es capaz de volver a sorprendernos a todos.
- Raúl Castro tiene otro estilo, y fama de ser más pragmático que Fidel.
- Otro estilo que también conocen los cubanos. No le gusta el protagonismo. Eso da un cambio de forma. Es llano y directo. Le gusta ir al grano y las soluciones más que hacer análisis y enredarse en discusiones. Pero recuerdo que al principio Raúl era el extremista, el radical, el comunista. Ahora resulta que es el pragmático y mesurado. Pues bien: también entonces era pragmático y es radical ahora.
- ¿Qué opina de las hipótesis de reformas en Cuba según el modelo chino o vietnamita?
- Nosotros no somos chinos. Hay elementos de las experiencias chinas que pueden ser muy útiles, pero también a la inversa. La idea de un modelo único se acabó entre los socialistas inteligentes. Es en Occidente donde aún hay gente que mantiene esa tonta idea.
- ¿Temen que la corrupción frene posibles reformas o la evolución del país?
- Fidel dijo que la Revolución no sería derrotada por el enemigo; que los únicos que podríamos destruirnos somos nosotros. Y el elemento principal es la corrupción. Se trata de un fenómeno universal que en Cuba no es tan fuerte como en algunos otros países. Pero para nosotros puede tener esa consecuencia. Al contrario que en un país capitalista, en un país socialista la corrupción lo hace menos socialista. Es contraria a la idea del entorno social solidario que la Comisión Económica para América Latina de la ONU señaló como mecanismo que frenó aquí las consecuencias adversas de introducir mecanismos de mercado. La corrupción no tiene como única causa las manifestaciones de capitalismo que hemos tenido que introducir, pero es uno de los factores, junto con las carencias materiales.

El chiste de los domingos

Suena el teléfono a las 3 de la madrugada.
-Aló, ¿Doctor? Habla Arístides, el capataz de su hacienda.
-Hola Arístides, ¿pasó alguna cosa grave?
-No, nada serio Doctor, sólo quería avisarle que su lorito se murió.
-¿Mi lorito? ¿Aquel que gané en el concurso el mes pasado?
-Si patrón, ese mismo.
-¡Coño, qué lástima! Yo que había pagado una pequeña fortuna por él.
-Pero... ¿de qué murió?
-Comió carne podrida.
-¿Carne podrida? ¿Y quién le dio carne podrida?
-Nadie Doctor, él se la comió de uno de los caballos que estaban muertos.
-¿Caballos? ¿Qué caballos?
-Dos de sus caballos pura sangre. Los pobres se murieron de cansancio, por tener que halar agua de la cisterna.
-¿Y por qué halaban agua de la cisterna?
-Para apagar el fuego.
-¿Fuego, qué fuego? ¿Dónde?
-En su casa patrón...una vela se cayó debajo de una cortina y prendió fuego a la casa.
-¿Vela? Pero... ¿quién encendió una vela en mi casa si tiene electricidad?
-Fue una de las velas usadas en el velorio.
-¿Velorio? ¿Cuál velorio?
-El velorio de su mamá, patroncito. Ella llegó en la madrugada sin avisar y yo le metí un balazo pensando que era un ladrón.
-¡Noooooooooooooooooooooooooooooooo! ¡No puede ser!
-¡Ya, ya, patrón, no exagere! ¡No arme tanto escándalo por un lorito de mierda!

17/2/07

¿Transición en Cuba?:Fidel y Raúl, dos estilos

Aquí les dejo un artículo de Lisandro Otero, publicado hoy en Granma Internacional:

Con el desarreglo de salud de Fidel Castro se ha producido en Cuba un transitorio traslado de los poderes políticos y estatales al segundo hombre de Cuba, el General de Ejército y Segundo Secretario del PCC, Raúl Castro. No obstante la probable caducidad de esas prerrogativas ya se advierten cambios y muchos se preguntan sobre la posibilidad de que sean definitivos. Como no poseemos ninguna vía de información de la alta cúpula de dirección del país nos limitamos a exponer las observaciones del hombre de la calle, lo que especula el ciudadano común, aventurándonos en estas hipótesis sin sostén oficial.
El primer cambio ostensible es la reducción de la frecuencia de los discursos del dirigente interino y la brevedad de los mismos. Cuando la Revolución triunfó era necesaria una vasta obra de persuasión, un gigantesco esfuerzo de educación política en un pueblo que había sido prejuiciado con embustes y distorsiones de nuestra historia y de nuestra vida política. De ahí la longitud de los discursos de Fidel y la frecuencia de los mismos. No es necesaria ahora esa tarea de argumentación y proselitismo ante un pueblo cuyo capital humano es su principal riqueza, un pueblo educado que posee asertos y criterios bien formados.
El propio Raúl ha dicho que no le complace la exposición sobrada. Han disminuido los despliegues masivos reiterados, las concentraciones, desfiles, los mítines de protesta, las asambleas y congregaciones multitudinarias. Raúl habla corto, es condensado, no se extiende indefinidamente, habla de temas concretos que afectan a la población:
Cuando la Unión Soviética fue invadida por los nazis se reemplazaron los lemas alusivos al socialismo por otros que incitaban a la defensa del territorio patrio. Los nuevos emblemas hablaban de la Santa Madre Rusia y ello alentó a veinte millones de soviéticos a derramar su sangre por la tierra en que nacieron. La doctrina fue sustituida por el patriotismo. Ahora, en la nueva etapa cubana, vemos en pancartas y carteles una divisa nacional de larga historia: "¡Viva Cuba Libre!", usada por los mambises en su lucha anticolonial. Otras veces leemos "¡Viva la Patria!", de similar carga emotiva.
Mucho se ha hablado de la capacidad organizativa de Raúl, de la manera eficiente en que preparó las Fuerzas Armadas, creó escuelas de capacitación militar, elevó el nivel de instrucción estratégica de los altos oficiales, fundó talleres y fábricas de implementos militares. Luego, esas facultades se emplearon en el perfeccionamiento de empresas de la economía. Ahora, esa misma capacidad se ha volcado en la solución de los tres problemas fundamentales de la sociedad cubana: alimentación, transporte y vivienda.
En uno de sus últimos discursos Fidel habló de la posibilidad de la propia Revolución de autodestruirse si no se empleaba en suprimir el fenómeno de la corrupción, anomalía que surge del actual desnivel entre precios y salarios. Cada trabajador se ve sometido a presiones aritméticas para lograr que su sueldo le alcance para sobrevivir entre los días de cobro. La única salida que ve a sus angustias es la sustracción o la malversación. Raúl le habrá concedido prioridad al análisis y solución de ese problema primordial de nuestra vida cotidiana.
Raúl habló en el Congreso de la FEU sobre la generación histórica que estaba en sus últimos tiempos y debía ser sustituida por nuevas promociones que ahora se incuban en nuestras universidades. No hubo pretensión de eternidad, ni de permanencia infinita en el gobierno; reconoció la caducidad generacional y la necesidad de sustitución eventual de los actuales dirigentes históricos, según lo determinen las circunstancias vitales. De hecho ya se han operado renovaciones importantes: algunos, como Felipe, Lage y Abel eran muy jóvenes o no habían nacido cuando transcurrieron los años de combate contra la tiranía batistiana.
Raúl ha hecho una convocatoria al debate. Las mejores soluciones surgen de la suma de objeciones discrepantes, ha dicho. Fue una invitación al razonamiento y la evaluación. De ahí el reciente examen de los intelectuales sobre el período de intolerancia y proscripciones que caracterizó la gestión cultural en los años setenta. Aunque el actual manejo de los asuntos culturales es óptimo y Abel Prieto puede ser calificado, sin dudar, el mejor Ministro de Cultura que ha tenido la Revolución en toda su historia, no está de más exorcizar fantasmas del pasado.
Cada vez se advierte más el funcionamiento de un auténtico gobierno colegiado. La distribución de las representaciones en altas ceremonias de Estado en el exterior, las comparecencias públicas nacionales, el despliegue mediático de un mosaico muy variado de dirigentes, nos está indicando que existe una autoridad múltiple. Lage, Alarcón, Felipe, Lazo, Abel son algunos de los rostros más visibles de la nueva pluralidad.
El llamado al diálogo con Estados Unidos y a la solución de nuestros diferendos es otra característica de la nueva situación, aunque ya Fidel había hecho, en el pasado, convocatorias similares. Raúl reclamó respeto a nuestra soberanía en tales pláticas y acatamiento a la igualdad entre Estados, pero ello es poco probable que ocurra mientras esté en la Casa Blanca un incompetente y altanero mandatario, tan comprometido con los agitadores cavernarios de Miami (que no son todo el exilio). A Bush le queda poco más de un año en el poder y la oferta de Raúl sigue sobre la mesa para la atención del próximo Presidente.
En general el clima de tensión política ha disminuido. La vida ciudadana es más relajada, menos inquieta. Contra las predicciones catastróficas de nuestros antagonistas todo parece funcionar bien, aún con las dificultades críticas, ya señaladas, sin solucionar aún. Apuntamos menos a un idealismo sin fronteras, hacia utopías y esperanzadas quimeras, y más hacia acuerdos y respuestas positivas a los problemas concretos. En Cuba se estaría operando una mutación suave, apacible y ordenada. ¿Una transición? Ni transición ni sucesión, continuidad. Una continuidad de principios, un cambio de estilo con la misma base revolucionaria.

16/2/07

Vattimo: el filósofo opina de política cubana

La agencia española EFE reporta desde la Feria Internacional del Libro, en La Habana, estas declaraciones del filósofo Gianni Vattimo, quien hace poco tambien fue entrevistado por Rafael Hernández, director de la revista Temas. Aquí lo que piensa el pensador:


El filósofo y político italiano Gianni Vattimo dice que no sabe si Cuba permanecerá como 'castrismo' después de Fidel Castro, pero no cree que EEUU pueda invadir la isla.

'No sé si permanecerá como castrismo, porque el problema que vemos en Europa es: si muere Fidel ¿qué pasa?, yo no lo sé, no creo que EEUU vaya a poder invadir Cuba', indicó Vattimo en una entrevista con Efe en La Habana, donde participa en la Feria Internacional del Libro.Vattimo considera que el comunismo no es necesariamente malo aunque lo haya sido en el pasado, se declara convencido de que la democracia no se puede conseguir con métodos democráticos, y cree que Cuba ha adquirido nuevo protagonismo por el momento que vive la región.El filósofo, de 70 años, señala que 'el comunismo no es necesariamente malo, obviamente lo ha sido', y afirma que el estalinismo sigue siendo 'un fantasma' para el movimiento de izquierda, que, en su opinión, 'tendría que recuperar sus valores tradicionales'.Considera que 'si Stalin o la revolución soviética hubieran hecho una revolución más humana en Rusia, (el comunismo) quizá podría haber sido algo más'.'Yo nunca he sido comunista, no sé por qué', indicó, al señalar que tal vez 'puedo convertirme ahora' desde un punto de vista tecnológico.'La capacidad de control que da la tecnología pienso que es una nueva forma de intolerancia capitalista (...), la tecnología moderna no puede ser liberadora sino en una situación de socialismo', afirmó.
Defensor de la posmodernidad, enemigo de dogmas y precursor de la relativización de los valores absolutos, Vattimo afirma que 'la democracia no se instaura con métodos democráticos. Desafortunadamente es así, incluso (George) Bush (presidente de EEUU) dice lo mismo', señala.No le escandaliza el hecho de que en Brasil se compraran diputados, una forma de 'violencia menor', dice, y es sentencioso al subrayar que son 'las presiones internacionales las que limitan los poderes al interior de los países'.'No hay democracia que empiece democráticamente. Los franceses que le cortaron la cabeza del rey no hicieron un referéndum', agrega.Cree que es necesario 'subvertir el orden democrático normal porque, si no, está planeado para que todo siga igual' y considera normal la aparición de figuras como Hugo Chávez en Venezuela al frente de movimientos políticos de cambio.'Me parece bastante fisiológico, la clase militar era una de las clases más compactas e instruidas en América Latina, no me parece tan extraño', apunta.Tras pasar por el Parlamento europeo como diputado por el partido italiano Izquierda Democrática, Vattimo dice que no cree más en Europa 'como proyecto federal'.'No tengo más ilusiones porque, sobre todo la política de cada país, está determinada por las fuerzas reaccionarias', afirma.Opina que el momento que vive el mundo está bajo la sombra de una 'corrupción moral', fruto del descreimiento de la gente y de la ausencia de 'motivos prácticos materiales para creer' en las transformaciones.Vattimo es autor entre otras obras de 'Más allá de la interpretación' (1998); 'Filosofía y poesía: Dos aproximaciones a la verdad' (1999); 'Diálogos con Nietzsche. Ensayos 1961-2000' (2002); 'Por un cristianismo no religioso' (2003) y 'Nihilismo y emancipación' (2004).

14/2/07

Cuba: entre pasado y futuro

El sitio digital Equilibri.net publica hoy esta opinión de la periodista Andrea Donofrio:

El pasado 30 de enero, después de tres meses de ausencia, el Líder Máximo ha reaparecido en la televisión, todavía frágil, pero en mejores condiciones respecto a como aparecía en el último vídeo. Sus condiciones siguen, por lo tanto, una "lenta, pero constante recuperación", desmintiendo las voces que hablaban de la muerte inminente del líder. Sin embargo Fidel no se ha tenido a los márgenes de la vida política del país; como ha declarado su hermano Raúl, Presidente cubano ad ínterin, sino que habría sido informado en todo momento de los acontecimientos fundamentales, y consultado sobre los temas más importantes para el futuro de la isla, "aunque sin posibilidad de interferir". El paciente se habría mantenido en contacto constante con el Vicedirector Carlos Lage y con el Ministro de Exteriores Felipe Pérez Roque a través del teléfono.
Raúl al poder
La carismática presencia de Fidel, en todo momento al lado del hermano, estaría favoreciendo una sucesión política sin percances, garantizando la buena salud de Cuba y la continuación de su obra político-ideológica.De hecho, el paso de la entrega de poderes no ha supuesto ningún cambio traumático para la vida política del país: el nuevo Presidente está imponiendo un estilo político diferente, pero basado sobre valores análogos y sobre el control político y económico del Estado. Incluso sin alterar la hegemonía del Partido Comunista Cubano (PCC), la acción de Raúl se mueve en las siguientes líneas: pequeñas y limitadas aperturas económicas para mejorar el bienestar de la población; una gestión colegial de la vida económico-política del País; una invitación constante a la denuncia de la corrupción y de los casos en los que se percibe un funcionamiento defectuoso por parte del gobierno a la hora de reformar el sistema (declarando que “la revolución está cansada de justificaciones"); la creación de una Comisión compuesta por economistas, políticos y profesores para discutir el viejo tema de la propiedad; y finalmente, la tentativa de mejorar las tres "fuentes de precariedad" más grandes para la población local: alimentación, transporte y vivienda. La temática más candente está representada por la economía. Según muchos analistas internacionales, el Presidente pro tempore sería partidario de una reforma a la “vietnamita” o a la “china”, así como de un férreo control económico por parte del Estado para garantizar una mayor libertad de acción a particulares y a empresarios extranjeros. En cambio, para los analistas nacionales, el problema está “mal puesto”. Es decir, el modelo chino no es exportable, y al intentar hacerlo, se estaría imponiendo un modelo operativo y funcional en un contexto que no es el suyo, un contexto diferente. La reforma del sistema económico no puede prescindir de la atenta valoración de las condiciones de la isla y sus potencialidades; la tentativa de dotar al país con una economía de mercado tendrá que tener en consideración los elementos endógenos a la economía cubana, intentando mejorar las condiciones generales de la población local. Otro gran riesgo que Raúl tendrá que afrontar es el tema de las relaciones con Estados Unidos. El pasado 2 de diciembre, en ocasión de las celebraciones en conmemoración al desembarco del Granma, Raúl lanzaba un desafío al gobierno estadounidense, proponiendo una distensión de las relaciones bilaterales basadas en la confianza de que "los conflictos se solucionan no con las guerras, si no a través de soluciones políticas." El Presidente se declaró dispuesto a discutir la normalización de las relaciones en la mesa de negociaciones, respetando la independencia de la isla y sobre la base de los principios de "igualdad, reciprocidad, no injerencia y respeto mutuo." La postura asumida por La Habana parece bastante clara: preparados para discutir con la condición de que se reconozca la soberanía y la independencia de la isla. Pero Estados Unidos parece hacer "oídos sordos", mientras que la administración Bush se muestra poco propensa a cualquier tipo de negociación, no cediendo para nada en el tema del embargo, e intensificando el "Plan de Transición."
Economía
A pesar de que generalmente se perciba la exigencia de una reforma del sector, la economía cubana se ha mostrado particularmente dinámica a lo largo del 2006, marcando un crecimiento récord. Según datos procedentes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), por segundo año consecutivo el país caribeño ha registrado un considerable incremento y un fuerte dinamismo. Si el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en 2005 fue de 11,8%, el 2006 registraría un crecimiento del PIB igual al 12,5%, en virtud de una reanudación de las exportaciones y un considerable aumento de los servicios profesionales. Pero el país tiene que afrontar grandes desafíos como el problema energético o el tema del medioambiente. El programa gubernativo quiere mejorar la eficiencia metalúrgica y energética de la isla, además de invertir 300 millones de US $ que se destinarán principalmente a la industria del níquel, uno de los principales productos exportables de la isla, presente en la provincia de Holguín. A nivel mundial, Cuba es el cuarto productor de níquel, y después de la firma del acuerdo con Venezuela, parece decidida a aumentar su producción de las 77.000 toneladas actuales a las 120.000 toneladas al año. En efecto, el pasado 24 de Enero, el Vicedirector cubano, Lage, y el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, suscribieron un amplio acuerdo de colaboración. Los pasos más importantes se llevaron a cabo en el campo energético y minero, con la creación de una compañía bi-nacional para la producción de acero inoxidable, el desarrollo de los minerales derivados del níquel y la previsión de un estudio conjunto para la realización de una instalación para la producción de energía eléctrica en Cuba. Además, la compañía estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) y la CubaPetróleo (CUPET) han alcanzado un acuerdo para la realización de exploraciones y la explotación de los recursos en la Zona Económica Exclusiva de la isla en el Golfo de México. CUPET y PDVSA prevén la realización de proyectos de cuantificación y certificación de las reservas de hidrocarburos en la falla petrolífera del Orinoco. Los acuerdos representan un paso ulterior en el proceso hacia la integración bilateral en el seno de la alternativa Bolivariana para Las Américas (Cfr. ALBA: la alternativa Bolivariana para las Américas);en consideración de las temáticas tratadas, se han definido que ambos Países son "de gran importancia estratégica."
El nuevo liderazgo
La decisión de que Raúl reemplazase a su hermano mayor en el caso de ausencia o imposibilidad temporal o "definitiva" por parte del mismo, que aparece recogida en la Constitución cubana, era una hipótesis remota, llevada a cabo temporalmente (durante los viajes de Fidel al extranjero), que se hizo realidad el pasado 31 de Julio. La diferencia es sustancial: un gobierno ad ínterin de 5 días no es lo mismo que uno de seis meses. Fidel, aún reservando para si la gestión de los "acontecimientos oficiales de alta prioridad" (como por ejemplo la operación diplomática en las Naciones Unidas del pasado mes de Noviembre, en la que se dice que "condujo" personalmente la moción australiana contra el embargo estadounidense), tiene un margen de acción extremadamente reducido. El tono apocalíptico sobre el futuro de la isla, después del sorprendente anuncio de Fidel, parece haberse desmentido completamente. El camino que está emprendiendo la isla parece contradecir el pensamiento de todos los que creían que sin Fidel, el País se habría hundido por completo: Cuba está demostrando ser un País sólido, organizado e institucionalizado. Fidel es líder indiscutible, autoridad carismática incontestable de la Revolución, pero no sólo eso: parece haber logrado, al menos hasta hoy, ganar la batalla más difícil, es decir "no vincular el proceso revolucionario a su persona", permitiendo así la supervivencia de la criatura incluso ante el alejamiento de su creador. Parece claro que la evolución política cubana está guiada por los hombres elegidos por Fidel, que incluso bajo una máxima independencia, actúan conforme al dictado castrista. Raúl continúa su labor de forma pragmática y atenta, consciente de la presencia insustituible de Fidel ("el liderazgo no se hereda”) y de la exigencia de compactar el PCC y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Estas dos entidades son la columna vertebral del régimen, los actores principales del nuevo escenario político nacional. El poder político de las FAR procede de su misma historia y de la presencia de los militares en los cuadros del PCC. Además, el Presidente pro tempore está llevando a cabo una obra de modernización de la burocracia cubana, declarando que es necesario "ceder el paso a las nuevas generaciones". Conforme a esto, durante el Congreso del PCC, el pasado mes de Julio, los hermanos Castro han reactivado la Secretaría del Comité Central, organismo del gobierno suprimido en 1991. Compuesta por 12 miembros, además de los hermanos Castro, la Secretaría está formada por 8 personas por debajo los cincuenta años, pertenecientes a la segunda y tercera generación de la Revolución. La secretaría y la fuerte personalidad de Pérez Roque y Carlos Lage plantean un futuro para Cuba a la insignia de la continuidad, con la sustitución del poder personalista y carismático por aquel de la burocracia colegial desarrollada bajo las enseñanzas del Líder Máximo.En la isla no se ha producido una "sucesión convencional", sino un traspase bastante lento del mando, a la insignia de la continuidad, sin alterar la vida cotidiana de la isla. Raúl sigue la línea de su predecesor, aunque con algunas novedades. En primer lugar, la diferencia de estilo: discursos breves y directos, dejando "espacio y palabra" a las otras personalidades del Partido. Encima de las prioridades del "nuevo Presidente", están los tres temas a los que se debe prestar una especial atención: el problema alimenticio, el de los transportes y el de las viviendas, centrando la misma agenda política sobre su disolución. Además, Raúl no deja de lado las críticas a la burocracia nacional, a su desorganización y a la ausencia de colaboración en los diferentes rangos jerárquicos. Finalmente, Raúl parece propenso a continuar la obra de "modernización" del aparato directivo y la estricta lucha contra la corrupción.La concesión de libertades a los disidentes políticos del Régimen en los días precedentes favorece la imagen del nuevo gobierno, que es vista como la "representación práctica" de la buena voluntad del Presidente de desarrollar un cambio efectivo en la estrategia política nacional y una posible apertura al diálogo con franja local más critica con el castrismo.
Conclusión
La continuidad castrista parece haberse convertido en una realidad efectiva. Raúl, que en una primera fase parecía un simple "Caronte" de un nuevo ciclo político, falto como estaba de un ideal plenamente caudillista, parece haber llevado la escena política cubana por un nuevo curso. Con su reconocido pragmatismo, el nuevo mandatario ha conseguido llevar a cabo un cambio imperceptible en la cumbre y en la estructura del poder pasando del "Poder Supremo" de Fidel, a un triángulo con él mismo situado en el pico más alto, y con las Fuerzas Armadas y el partido en los rincones más bajos. El Partido Comunista y el ejército se benefician de un nuevo protagonismo y de las garantías de unidad de la isla, asumiendo funciones relevantes en el campo político y económico (las FAR administran más de 800 compañías, el 30% del total, controlando directamente sectores estratégicos como el azúcar, las construcciones o el turismo). Son muchos los desafíos para el gobierno cubano. Para empezar, la necesidad de una reforma económica. Y luego, está también el problema con EE.UU: Raúl ha tendido su mano a Estados Unidos, pero la respuesta del ejecutivo estadounidense ha sido la asignación de nuevos fondos federales para "promover la democracia en Cuba" a través de una "agencia" expresamente creada para la transición. Presumiblemente la oferta se merecía una mejor suerte; la vía de la negociación era la única posibilidad que le quedaba para solucionar el problema, por lo que, como ocurre en esta clase de juego en la que una parte decide invertir, esta vez tocará a Cuba esperar un cambio en la administración norteamericana. El nuevo organigrama colegial gobierna demostrando que, incluso siendo huérfana del "padre" de la revolución, la isla no está precipitada al abismo o colapsada, lo que seria aún peor. El gobierno cubano ad interim opera con absoluta tranquilidad, demostrando que el futuro de Cuba no se decide “fuera del País”: los cubanos determinarán cuál será el camino más viable a continuar o de qué manera se puede "reformar" la Revolución.