Descartan reorganización completa del sistema político estadounidense de dos partidos
(Analistas dicen que ambos partidos resolverán los desafíos)
Por Ralph Dannheisser
Corresponsal especial de USA.GOV
Washington - ¿Está en peligro de extinción el sistema político de dos partidos en Estados Unidos?
Es poco probable, según aseguraron los analistas que participaron en un debate bipartidista auspiciado por los Archivos Nacionales, el pasado 14 de octubre. Pero lo que sí vaticinaron los tres ponentes es que se acerca el fin del ciclo conservador en el gobierno de Estados Unidos, que comenzó con la elección del presidente Ronald Reagan en 1980.
Estados Unidos ha seguido el modelo de los dos partidos desde sus comienzos como país. Con el ocaso de los Whig y el auge del Partido Republicano, en la década de 1850, las dos facciones dominantes han sido los Republicanos y el ya existente Partido Demócrata.
Alguna vez los candidatos de terceros partidos han tenido un buen desempeño en las elecciones presidenciales, como por ejemplo el ex presidente Theodore Roosevelt, cuya candidatura con el partido Bull Moose ayudó al demócrata Woodrow Wilson a ganar las elecciones de 1912; Robert La Follette, gobernador de Wisconsin, quien se presentó como candidato Progresista en 1924; George Wallace, gobernador de Alabama, candidato por el Partido Independiente Americano en 1968, un partido segregacionista, y el empresario Ross Perot, quien se postuló como candidato independiente en 1992. Pero ninguno de ellos salió elegido.
El panelista E.J. Dionne, un columnista de tendencia liberal en el diario Washington Post y principal académico en estudios de gobierno en la Institución Brookings, declaró que el sistema de los dos partidos "es tan resistente que solamente una crisis enorme podría romperlo". El último realineamiento que tuvo lugar en la década de 1850 fue un reflejo de la crisis por la esclavitud, observó.
Mientras no ocurra una cuestión de semejante magnitud "habrá desafíos locales que quizás tengan éxitos, pero es difícil suponer que el sistema entero llegue a quebrarse", dijo.
Dionne elogió a los partidos políticos por ser "una fuerza democratizadora" y por sus esfuerzos "para organizar las opciones de manera racional en una democracia de masas".
Citó favorablemente el sistema de los dos partidos en contraste con los sistemas multipartidistas, comunes en otros países. En Italia, desde donde informó sobre política, "los votantes votan por partidos que incluyen desde comunistas a fascistas, variantes de la Democracia Social y Democracia Crisitiana, además de Liberales y Republicanos". Ello resulta en un gobierno de coaliciones no democráticas que a menudo se agrupan a puertas cerradas, después de los resultados.
"Ahora bien, nuestros dos partidos son coaliciones confusas" internamente, "pero uno sabe quién está dentro de la coalición cuando deposita su voto el día de las elecciones", apuntó Dionne. "Así que puede más o menos saber quién va a resultar elegido, y me parece que eso en el fondo es más democrático".
David Brooks, columnista del diario New York Times y comentarista en el programa de televisión NewsHour with Jim Lehrer, coincidió que es poco posible una reorganización grande del sistema de los dos partidos. "No veo un cambio en el que vayamos a tener tres partidos, o dos partidos y medio, o un sólo partido", comentó.
Brooks, considerado en general como un conservador, mostró menos entusiasmo que Donne con respecto a los partidos políticos.
"Una de las cosas que actualmente corrompe a la política es la lealtad obsesiva al partido, la lealtad al equipo desplaza la lealtad a la verdad [...] lo cual socava el pensamiento y la conciencia individuales", dijo Brooks. Brooks citó como ejemplo los habituales almuerzos sobre política que se realizan en el Senado, "en los que se distribuye el mensaje de la semana y todos salen de ahí para repetirlo".
Douglas Brinkley, profesor en la Universidad Rice y autor del libro American Heritage History of the United States, se manifestó a favor del sistema de dos partidos. A pesar de los problemas, como el cabildeo y la excesiva lealtad partidaria a la que Brooks se refirió, "nos ha dado resultados bastante buenos", dijo.
En cuanto al tema de la longevidad (de los partidos), Brinkley vaticinó que "los partidos Demócrata y Republicano estarán aquí por mucho tiempo. No veo a ninguno de ellos autodestruyéndose en ningún momento cercano".
Dionne sostuvo que los problemas recientes en el sistema partidario resultan de "la radicalización del movimiento conservador estadounidense".
El modelo según el cual "los demócratas aprobaban los programas y los republicanos los hacían eficientes parece haber desaparecido en los últimos ocho años", puntualizó.
"Me parece que en la derecha se estropeó algo. Si los republicanos pierden esta elección, ello servirá para crear un fermento que le será útil al Partido Republicano", apuntó Dionne.
Dionne declaró que al ciclo conservador que comenzó con Reagan, "sencillamente se le ha acabado el impulso. Terminó el año 2006". Con los temas de la religión versus secularismo "creo que estamos en dos momentos claves, y por ello esta elección es tan entretenida".
Brinkley concurrió en que el año 2008 "marcará el final de la Era Reagan", y predijo que Estados Unidos "se adentra en un nuevo mundo".
"Coincido totalmente en que estamos en el final de una era conservadora, pero lo que viene después es lo que me tiene confundido", señaló Brooks. Una posibilidad, citó, es una "era de corporativismo progresista, en que esencialmente se subsidia a un montón de compañías y luego se utilizan los ingresos de esas empresas para causas progresistas, como causas ecologistas y otras cosas".
Cuando se le preguntó si el sistema partidario no se había hecho demasiado dependiente del dinero, Brooks rechazó la idea de que el dinero fuera el principal corruptor en la política de Estados Unidos. "Es obvio que la gente con dinero tiene más acceso, pero no creo que sea tan corruptor como el poder que da el amiguismo y los contactos personales, además de seguir ciegamente al equipo", afirmó.
En la política, el problema más grave no es el dinero, sino "lo largas que son estas campañas. Nunca terminan. Nuestros mejores políticos se gastan toda la vida candidateando, candidateando y candidateando. El momento en que terminen las elecciones, empiezan a presentarse su candidatura por otros cuatro años", dijo Brinkley.
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3 comentarios:
Esta cosa reaccionaria y poco degustable sigue existiendo? Mejor, bro, piensa y luego existe. Tu insistencia es aburrida.
¿Y por qué visitas este blog si no te agrada? ¿Eres masoquista? Por ejemplo, yo no visito tu blog, si es que tienes uno.
En una democracia genuina hay tolerancia y cabida para toda una gran diversidad de maneras de pensar.
Lo visito because:
"En una democracia genuina hay tolerancia y cabida para...bla, bla, bla..."
Tu mismitico lo has dicho. En cuanto a masoquismo, la idea de Angeline Jolie enfundada en un latex negro y un par de esposas me atormenta desde hace tiempo. Guao...
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