Un viejo pescador del malecón habanero era admirado por un grupo de jóvenes pescadores porque siempre enganchaba algún ejemplar de buen tamaño. Una tarde un joven le pregunta por qué cambia de carnada, unas veces con restos de pescado y otras con señuelo artificial.
El viejo le responde que eso depende de cómo se despierta por la mañana: si su pene amanece hacia la izquierda, usa pescado, si amanece virado hacia la derecha, señuelo. El joven, riéndose por la respuesta, le dice que el suyo amanece siempre tieso como una estaca.
Entonces el viejo le comenta: “¿Tú crees que si yo amaneciera como tú estaría comiendo mierda y pescando en el malecón?”
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