13/4/07

El choteo y el chiste: expresiones de la convivencia social

Por: Enrique Soldevilla

El chiste le ha ganado la batalla intelectual al choteo, figura actitudinal que aparece como herramienta peyorativa en la política contemporánea. El choteo surge cuando interpreta una amenaza a su statu quo, como un quiste que encapsula la piel para protegerla de una contaminación externa. Para el choteo esa contaminación es el cambio dialéctico de la vida en sociedad.

En la alborada del siglo XXI, caracterizado por un inimaginable desarrollo de los medios de comunicación de masas, que ha posibilitado una cobertura casi planetaria en materia de información de todo género, el chiste oral defiende un espacio en ese pujante intercambio, revelando una franca proyección de perpetuidad. Páginas Web de acceso masivo como Yupi, Terra o Yahoo, por ejemplo, ofrecen una cartera permanentemente actualizada de cientos de chistes. ¿Qué vitalidad poderosa lo sostiene mientras que otras formas de oralidad como el pregón o el piropo están en fase de extinción?
Desde el punto de vista socio funcional, una mirada a la evolución histórica de ciertas formas humorísticas es reveladora de una relativa correspondencia entre cada una de ellas y algunos momentos fundamentales del desarrollo de la civilización humana. Por ejemplo, al comparar el choteo, el epigrama y el chiste oral, podemos apreciar sus puntos coincidentes y sus diferencias dentro de lo que Darcy Ribeiro denominara "el proceso civilizatorio":

Formas de humor en correspondencia con los modos de organización social

CHOTEO
Forma de organización social: Clan, tribu, fratría. Pensamiento mágico-religioso.
Función: crítico-correctiva.
Dirección: desde el grupo soc.
hacia el individuo.
Intención: punitiva y ejemplarizante (Ortiz).
Objetivo: mantener la cohesión
social y el status quo (Ortiz).
Móvil: el misoneísmo (Ortiz).
Estructuras: cuasi literarias o
"fonético-lexicales" (silbidos,
trompetilla, palabras obscenas,
apodos y gestos).
Semiótica: actitudinal (blasfemia
religiosa, guataquería, parejería,
según F.Ortiz).
Prevalencia psicológica: emotividad.

EPIGRAMA
Forma de organización social: Descomposición del regimen gentilicio. Politeísmo.
Función: crítico-correctiva.
Dirección: desde el individuo hacia
la colectividad.
Intención: moralizante (no punitiva).
Objetivo: la superación ético-social.
Móvil: el mejoramiento del individuo.
Estructura: forma poética convencional.
Semiótica: literaria.
Prevalencia psicológica: la reflexión
consciente del individuo.


CHISTE ORAL
Forma de organización social: Cultura occidental. Familia nuclear. Monoteísmo.
Función: crítico-correctiva.
Dirección: desde la colectividad hacia
la colectividad.
Intención: valorativa, no punitiva.
Objetivo: el mejoramiento de las relaciones de convivencia social.
Móvil: el filoneísmo, el sentido de
progreso.
Estructura: literaria oral (cuento).
Semiótica: literaria.
Prevalencia psicológica: la reflexión
colectiva.

El denominador común de esas tres formas humorísticas es su función crítico-correctiva, pero se diferencian en la motivación y en la prevalencia psicológica de sus respectivas intenciones. De este modo vemos que el chiste oral no es equivalente del "choteo", confusión que conduce generalmente al concepto estereotipado del chiste como recurso exclusivo de irreverencia, de desacato y de "relajo" social, idea esa que limita la comprensión de la función y de la significación reales del chiste oral en el campo de las relaciones socia­les de convivencia.
Mientras el chiste es una forma de reclamo social, a la vez que un suceso literario, el choteo deviene actitud patológica en la vida de relación social; el chiste revela inclusión, integración al medio y posibilidad de auto superación, en tanto el choteo, como recurso primitivo para el mantenimiento de un status quo, es excluyente, intolerante, demuestra inadaptación al cambio, al desarrollo, a la incorporación de valores nuevos y positivos, al mejoramiento de la convivencia civilizada.
Las caracterización equivocada de degradación o irreverencia como inmanentes al chiste pudieran ser relativas cuando el sujeto y el objeto del mismo comparten una zona de identidad (ideológica, religiosa, política o cultural‑ nacional), como es el caso de los chistes sobre judíos contados por ellos mismos; cuando se reconoce al objeto de chanza como un valor de legítima autoridad, condición que no lo exime de constituir, en determinada circunstancia, un pretexto de humor.
Esto plantea, por otra parte, la cuestión de la percepción generacional de los valores establecidos y el surgimiento de los nuevos; en consecuencia, presupone la variación, en el tiempo, de esas "zonas de identidad compartidas" entre el sujeto y el objeto del chiste. Plantea, en suma, el desarrollo indetenible de la vida en sociedad. Por eso el chiste, interactuando en la civilización, le ha ganado la batalla intelectual al choteo. El primero es democrático; el segundo, despótico. Sin dudas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pensaba que eran lo mismo, na, que siempre se aprende algo nuevo todos los dias, Gentle.