19/6/07

Cultura alcohólica



Bajo el título "La batalla europea por el vodka" el reportero Alix Kroeger,de BBC, escribió este artículo para los "espiritistas a la roca". Cultívense:

En el vestíbulo del Parlamento Europeo, Polonia presentaba, de la forma más convincente que conoce, su caso para que se definiera con precisión lo que es el vodka.
Frente a una mesa, sobre la que había cientos de vasos alineados como soldados listos para entrar en combate, serpenteaba una larga fila de eurodiputados, trabajadores del parlamento y visitantes.
Los vasos se llenaban y vaciaban con gran rapidez. Aumentaba el volumen de la conversación. Ofrecían pan negro y salchichas polacas para bajar el alcohol.
El vodka servido estaba hecho exclusivamente a partir de papas o granos.
Los polacos querían que esa definición se aplicara a todo el vodka que se vende en la Unión Europea. Estaban dispuestos a aceptar que también se incluyera la remolacha azucarera, pero nada más.

Y no son los únicos que piensan así.

Los países bálticos -Estonia, Letonia y Lituania- junto a Finlandia, Dinamarca y Suecia apoyaban una campaña para que se incluyera una definición legal más estricta del vodka en la regulación sobre las bebidas alcohólicas.



Con Hungría y Eslovenia listos para apoyarlos, todo parecía indicar que el voto sería a su favor.
"En estos países producimos el 70% del vodka de la Unión Europea y consumimos el 70%, por lo que sabemos de lo que estamos hablando", dijo el eurodiputado finlandés Alexander Stubb.
Sin embargo, el Parlamento Europeo votó este martes a favor de una definición más amplia.

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Se les oponían países como España, Francia, Italia y Reino Unido, que no tienen una tradición secular de producción de vodka, pero han entrado hábilmente a este mercado creciente.
Ellos producen vodka a partir de materias primas menos tradicionales, como la remolacha azucarera, los cítricos y las uvas.
En los últimos meses se había negociado, con muchos dares y tomares, una propuesta de compromiso entre los eurodiputados y el Consejo de Ministro, que representa a los estados miembros.
Los eurodiputados sometieron a votación una enmienda a la regulación actual para definir al vodka como "una bebida alcohólica hecha a partir de papas o granos" o fabricada con "otros materiales agrícolas".
En este último caso, la botella lo debería decir en la etiqueta e incluir una lista de las materias primas.

"Bebe y deja beber"

Pero en las dos últimas semanas, el compromiso se vio bajo presión. Los países productores tradicionales de vodka querían una enmienda más enérgica, que pusiera límites estrictos al uso de la palabra vodka.
Me parece que lo que ellos quieren es obtener ventajas comerciales para su tipo de vodka y cerrar el mercado para el vodka fabricado en el Reino Unido y en muchas otras partes de la Unión Europea, dijo John Bowis, eurodiputado conservador británico.
Los polacos y finlandeses dicen que el vodka es su patrimonio, pero esta demanda también tiene una fuerte justificación desde el punto de vista comercial.
Mientras que las ventas de otras bebidas alcohólicas siguen a niveles estables, el valor del mercado del vodka está creciendo.
El eurodiputado conservador británico John Bowis cree que el debate debería limitarse a "bebe y deja beber".


División cultural

La Alianza Europea del Vodka, que venía haciendo campaña contra la definición más estricta, había advertido que llevarían el caso ante la Organización Mundial del Comercio, si fuera necesario.
Pero su portavoz, Chris Scott-Wilson, confiaba en que el Consejo de Ministros rechazaría cualquier medida para restringir el etiquetado del vodka y, en caso de necesidad, devolvería la regulación al Parlamento Europeo para que le sometieran de nuevo a consideración.
Incluso el eurodiputado finlandés Stubb, que apoyaba la posición tradicionalista del vodka, admitió que podía ser difícil adivinar, en una prueba a ciegas, de qué materias primas está hecho determinado vodka. Pero plantea que el quid de la cuestión es la calidad.
"Llámenlo de otra forma", sugiere, "no quiero que el vodka sea un producto que se pueda fabricar con cualquier producto agrícola, lo que básicamente quiere decir que uno lo podría usar para lavar ventanas".
Éste no es uno de los temas más urgentes de la agenda de la Unión Europea, pero ha puesto al descubierto una división cultural: una escisión regional que se basa en diferentes tradiciones de como tomar unas copas.
"Ésta es una batalla de los productores tradicionales de vodka contra los de vino", dice el eurodiputado finlandés Lasse Lehtinen.
"Deciden los que están en el medio, los países productores de cerveza", añadió.

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