1-Un matrimonio vecino de Pepito estaba desesperado por tener un hijo, pero no había forma de que la mujer saliera embarazada. Un día por fin empezó a crecerle la barriga y, a los 9 meses, Felipe, el marido, la llevó corriendo para maternidad. Nada, aquello había sido un embarazo psicológico y el crecimiento de la barriga de la mujer era por eso. La noticia se corrió por el barrio y Felipe vivía avergonzado y no quería ni salir. Entonces Pepito fue a verlo y le dijo: "Felipe, préstame el güevo pa' echarle aire a la bicicleta...".
2-Llega un tipo a un centro de telegramas y le dice al escribiente:
- Quiero enviar un telegrama que diga: “Wenceslao, maricón”.
- ¿Cómo se pone guenseslao? –pregunta el escribiente.
- No sé, me imagino que se agacha.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Sigue con los chistes, a ver si se te pega algo.
Por que sera que todos estos envidiosos y reptiles del Versalles siempre escriben como anonimos? Por eso no van a coger ni pa chicle. Tok
Bueno, Troglo, yo soy anonimo pero no tan comemierda como el de las 19:00
Como siempre, usted se las bota con esos cuentos, aqui estoy gozando, jajajaja
Publicar un comentario