30/3/08

El mediocre en la era del clic

Desde el ambiente del congreso de artistas y escritores que empieza el lunes aquí en La Habana, les dejo estas notas:

Por: Enrique Soldevilla

La ignorancia es superable; la mediocridad, no, porque es una especie de subdesarrollo emocional, una capacidad inconclusa, una actitud ante la vida que se reproduce para perpetuarse.

Exhibicionismo de una autovaloración inadecuada, tatuada en su cerebro con las tintas de la ineptitud, el mediocre destila envidia profunda, endocrina, hacia la trascendencia intelectual de otros, pero intenta emular el saber y el pensamiento lógico de sus némesis intelectuales. Admira e intenta ridículamente copiar el estilo literario de algún autor circunstancial, hasta que encuentre al próximo para imitar nuevos rasgos. Por eso su idiolecto carece de fijador. Por eso sus ideas suenan como nota falsa. En una escala, dado su impulso de superación, clasificaría como mediocre A.

Su quehacer social transcurre colonizándose a sí mismo, envejeciendo con la creencia de ser genial, contaminando a otros mediocres B y C mediante un discurso ideológico oportunista como forma de adaptación al medio. Su arma predilecta es el choteo, esa forma primitiva de castigar denigrando a quien se le oponga dentro del grupo social.

En nuestros días el mediocre se expresa por Internet, crea un blog, lucha, quiere demostrarle su valía intelectual al mundo; improvisa y cita autores que suelen citar aquellos que sí poseen cultura, y de ese modo su medianía hace metástasis. La tecnología comunicativa se lo facilita, se globaliza su insignificancia conceptual, rebusca términos para impresionar al lector; su ego se infla, llegando atrevidamente a sentirse importante.

Su toque final y distintivo, si el caso lo amerita, es hacerse de un apellido compuesto -¿y esa insolencia del destino en bautizarlo Pérez?-, para enmascarar una vulgaridad que le molesta. Por estos y otros rasgos, en su conocido libro El hombre mediocre José Ingenieros define esa perniciosa condición humana del mediocre como un “accidente de la penumbra”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Di concretamente a quien te refieres, no nos dejes botados en la carretera. Muy buen articulo, por cierto,
IG

Anónimo dijo...

Los retrataste, bro,saludos
Aguayo