21/3/08

Los demócratas desafían a los Díaz Balart en la Florida

Por LAURA WIDES-MUÑOZ, del Houston Cronicle

Durante más de dos décadas, los hermanos Díaz Balart han representado al sur de la Florida, primero en la legislatura estatal y después en el Congreso nacional, luchando para mantener la política estricta hacia Cuba.
Los dos provienen de una familia cubana prestigiosa con cuatro generaciones en el servicio público. Su padre frecuentó alguna vez el prestigioso Club Americano en La Habana junto con su entonces amigo y cuñado y posteriormente enemigo, Fidel Castro.
De muchas maneras, han simbolizado la imagen de la comunidad cubanoestadounidense exiliada de la Florida, republicana y ferozmente anticastrista, hasta hace muy poco prácticamente sin oposición. Hasta ahora.
Por primera vez Lincoln Díaz Balart, de 53 años, que busca su noveno período en la Cámara de Representantes nacional, y su hermano Mario, de 46, que busca el cuarto, enfrentan serios desafíos de un tipo diferente de cubanoestadounidenses: dos demócratas de familias mucho menos ilustres.
En campañas que se consideran un referendo sobre la política estadounidense, los desafiantes quieren aliviar las restricciones a los cubanoestadounidenses que buscan visitar o enviar dinero a sus familiares en la isla. Pero también hacen campaña sobre otros asuntos que son prioritarios para la mayoría en Estados Unidos: el cuidado de la salud, Irak y la economía.
Andy Gómez, un experto en Cuba de la Universidad de Miami, dijo que las campañas señalan la creciente madurez política de los cubanoestadounidenses.
"Se trata menos de los antecedentes que determinar quién está más calificado para representar nuestros intereses y reponer los fondos necesarios para apoyar el sur de la Florida", dijo Gómez.
La elección de este año es en parte la evolución natural de una comunidad que se ha hecho cada vez más diversa.
Los nuevos inmigrantes que llegan en balsas o embarcaciones clandestinas y retienen sus vínculos familiares con Cuba tienen menos en común con la primera ola de refugiados de elite que huyeron de Cuba en avión en los años 60 y han sido bastiones del partido republicano. Los cubanoestadounidenses nacidos en Estados Unidos siguen oponiéndose enérgicamente al gobierno comunista de la isla, pero muchos anteponen cuestiones nacionales e internacionales al afán de derrocar ese régimen.
Las historias personales de los desafiantes de este año ilustran este cambio.
Al igual que las de los Díaz Balart, sus familias llegaron en la primera ola de exiliados pero en circunstancias mucho más modestas.
Raúl Martínez, de 59 años, que busca la banca que ocupa Lincoln Díaz Balart, es hijo de un dirigente sindical de los taxistas. Martínez es conocido por haber transformado el suburbio de Hialeah durante sus más de 20 años como alcalde, por una condena por corrupción federal que fue revocada, y por un temperamento explosivo.
El desafiante de Mario Díaz Balart, Joe García, de 44, mezcla un aire de político de la vieja escuela con una tendencia política más moderna. Se formó al lado del líder cubanoestadounidense más reverenciado e intransigente, Jorge Más Canosa, antes de dirigir una agencia estatal que desreguló la industria telefónica de la Florida.
García y Martínez desean rescindir las estrictas restricciones de viaje y remesas a la isla y permitir la ayuda directa a los disidentes cubanos, aunque ninguno de los dos demanda el levantamiento del embargo de cuatro décadas a Cuba.
García dice que el embargo ha fracasado en su propósito de conseguir cambios concretos. "Pero es una postura moral", se apresuró en aclarar.
Ambos dicen que considerarían cortar fondos para las transmisiones de Martí TV, del gobierno estadounidense, a Cuba _proyecto predilecto de los Díaz Balart_ si la emisora no se las ingenia para superar las interferencias cubanas o para mejorar su reputación de programación prejuiciada.
Más allá de Cuba, los dos desafiantes sostienen que serían más efectivos que los dos titulares si los demócratas retienen su mayoría en la cámara baja. Han atacado a los Díaz Balart por votar a favor de George W. Bush en la guerra, rebajas impositivas, la oposición a la investigación de las células troncales y al rechazo a subsidios para el cuidado de la salud para millones de niños.
El esfuerzo por desbancar a los Díaz Balart es parte de una estrategia a nivel nacional del partido demócrata por copar los distritos tradicionalmente republicanos, que también desafía a la legisladora Ileana Ros Lehtinen, otra republicana de Miami, aunque se considera que ella tiene asegurada la reelección.

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