Más allá del Quinquenio o del Decenio
Concluido los llamados quinquenio gris o decenio negro, la problemática abordada no concluye. Ciertamente desaparecen algunas de las figuras que más daño hicieron como la señora Malmierca, Llanusa, Muzio, Pavón, Serguera, Quesada, Fundora, Vecino y otras, y con éstas sus desastrosas consecuencias. Otras figuras se retractan de facto y dejan de incursionar punitivamente en las diversas zonas de la cultura. Hart, desde el Ministerio de la Cultura, es artífice de una visible rectificación y superación de las secuelas de esos años.
Imaginar que todo lo discutido es agua pasada que no mueve molinos, sería no menos ingenuo. La promoción de Carlos Aldana abre otro episodio para la controversia, donde se dan de la mano su quehacer dogmatizante en los ya mencionados tiempos de la Dirección Política Central y sus viejos vínculos a los jóvenes promocionados por los años del sectarismo. Erróneamente identificado por trasnochados corresponsales extranjeros como “el tercer hombre de Cuba,”Aldana muy pronto daría muestras de retorno a las viejas políticas punitivas, a pesar de ciertos aires properestroikos al inicio y que eran en realidad producto de su vieja propensión prosoviética. El caso más bochornoso, sin lugar a dudas, lo sería el de Pedro Luis Ferrer, pero no es el único. Aldana se creía dotado del poder de sentar cátedra casi continuamente. Su mandato levantó no pocos resquemores y reanimó algunos fantasmas.
Intentó además, infructuosamente, controlarlo todo, desde el ICAIC, con la desastrosa y derrotada propuesta de fundirlo con el ICRT, hasta la UNEAC, donde lo intenta con una candidatura bien fabricada al frente de la cual marchaba el escritor –largamente bendecido hasta entonces en medios oficiales- Lisandro Otero, uno de los enfant terribles de Lunes de Revolución y del binomio Llanusa-Muzio. Y entonces, la intelectualidad agrupada en la UNEAC se movilizó –como ahora, contra los Pavón, Serguera y compañía- con un candidato alternativo que se llevaría la abrumadora mayoría, el hoy Ministro de Cultura, Abel Prieto, con su irreverente y elocuente melena, verdadero tributo a los turbulentos años 60. Los tiempos cambiaban y mientras Abel se consolidaba,[11] Aldana, el gran disertante, perecía en la ignominia de las corruptelas (1992) que siempre acompañan a todo poder. Y Pedro Luis Ferrer sigue componiendo y cantando y todos aprecian su obra y entereza personal.
Perestroika y Llamamiento
A primera vista, cualquiera diría, que esto nada tiene que ver con lo que se discute ni forma parte del quinquenio gris o el decenio negro, que es otra cosa o dimensión diferente. Creo lo contrario y permítanme argumentar.
Empiezo por decir que en Cuba no ha habido un ejercicio más democrático que la prolongada discusión del Llamamiento al IV Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC). Estas reuniones marcaron un hito en el ejercicio de una elevada cultura política y de debate abierto; muchísima gente se expresó con total honestidad y valor en el curso de las reuniones donde dicho documento fue discutido. Y es innegable que ello estuvo influido en los años precedentes, sobre todo desde mediados de los 80, por los procesos de perestroika y glásnost en la extinta Unión Soviética, promovidos por Mijail Gorbachov. Estos procesos habían impactado ampliamente a la clase política cubana, suscitando importantes reflexiones, segundas lecturas y críticas de nuestra propia experiencia. En este contexto ocurrieron cinco cosas importantes que sí tienen mucho que ver con lo que llamo la anti-cultura de la prohibición.
Primero, tan pronto se hizo evidente la magnitud del impacto del debate en la Unión Soviética, sobrevino una primera reacción: prohibir la circulación y venta de las publicaciones soviéticas que circulaban en Cuba, desde Tiempos Nuevos hasta Sputnik. El procedimiento carecía de sentido alguno y mucho menos de eficacia. Prohibir no hace desaparecer el problema ni reduce su impacto o influencia en nuestro medio. Algo similar había ocurrido en 1963 cuando se le prohibió a la agencia de noticias china Xinhua divulgar entre más de 30 000 suscriptores sus boletines con toda la polémica con la dirigencia soviética de entonces. Sin embargo, cuando la crisis en torno a Checoslovaquia (1968), se siguió un patrón completamente distinto: Publicar en Granma todo lo que se publicaba o escribía sobre esta crisis en todo el mundo. Esto era lo más indicado y saludable puesto que de cualquier manera la gente seguía informándose, actualizándose y debatiendo. Es lo que siempre debió hacerse, pues un máximo de transparencia siempre nos daría más fuerza moral, capacidad de persuasión y de convocatoria. Sin embargo, prohibir seguía interpretándose todavía años más tarde como un escudo contra la penetración[12] de ideas e influencias percibidas como “malsanas”. Semejante componente –perestroika y glásnost- condicionó en parte no pocos de los planteamientos en las reuniones del Llamamiento.
Segundo, el derrumbe del muro de Berlín y de la URSS si bien podían utilizarse para descalificar a la perestroika y a la glásnost (cosa esta advertida ciertamente desde muy temprano por Fidel Castro en repetidas ocasiones[13]), añadiendo lo de Tiennamen como ejemplo de influencia de signo negativo, estos hechos no lograban disminuir ni desacreditar muchas de las ideas y críticas derivadas de aquellos procesos.
Por otra parte –tercer elemento crítico-, coincidía todo esto con el impacto del caso Ochoa-La Guardia, cuestión esta que condicionaba cautelas y nuevos abroquelamientos entre sectores de la dirigencia cubana. Y si bien todo esto podía explicar una dinámica de rigidez y nuevos atrincheramientos ideológicos y políticos, lo cierto es que para muchos cubanos en la clase política, e incluyo aquí a toda la intelectualidad cubana, era evidente que ambas cosas –la carga negativa y la carga positiva de todos esos acontecimientos y su concatenación- no eran excluyentes en modo alguno y no debían dar pie a descalificar en bloque lo positivo de todo lo ocurrido ni que el término de properestroiko se empleara por Aldana y otros casi como un insulto y virtual acusación tenebrosa contra no pocos.
Cuarto elemento, la reacción de un sector de la dirigencia cubana –con un destacado protagonismo del propio Aldana y algunos de sus más vociferantes seguidores como Darío Machado, Amado Soto, Lázaro Barredo o León Cotayo - fue marcadamente hostil a la mayor parte de los planteamientos formulados en las reuniones del Llamamiento. Llovieron las críticas oficiales por los canales del Partido, las refutaciones a tales planteamientos abundaron a puertas cerradas, a diferencia del proceso público, abierto, de la discusión del Llamamiento. Prevaleció un ambiente particularmente conservador, restrictivo e intolerante. Podría argumentarse que los factores concatenados –perestroika, Ochoa, derrumbe, Tiennamen- podían ciertamente contribuir a una explicación racional acerca de porqué tanta nueva rigidez y tanta intolerancia, tanto abroquelamiento, pero en modo alguno sirve al propósito de disculparlos o aceptarlos.
Quinto elemento y final, y a manera de colofón lamentable de esos años 90 se produjo el llamado “caso CEA” (Centro de Estudios de América). Desde comienzos de los 90 y en particular después de las discusiones del Llamamiento al IV Congreso, el equipo de investigadores y personal del CEA comenzaron a ser percibidos con particular hostilidad oficial en los círculos del Departamento Ideológico, donde los Darío Machado, los Amado Soto y otros creaban una atmósfera de intrigas y sospechas en contra de lo que era una de las instituciones dedicadas a la investigación en la esfera de las ciencias sociales de mayor prestigio dentro y fuera de Cuba. El Coronel Rolando Alfonso Borges, a cargo del Departamento Ideológico desde comienzos de los 90, y José R. Balaguer, miembro del Buró Político que había sustituido a Aldana en el control y supervisión de las esferas de Educación, Cultura e Ideología, tomaron como buenas las fabricaciones en contra del CEA, las sobredimensionaron en el contexto de las circunstancias extremas que Cuba vivía en esos momentos y se las “vendieron” como monumental paquete a Raúl Castro. Tal vez lo peor de todo era que todo ello se hacía a espaldas de los afectados.
Como resultado de este nuevo entramado contra un brillante, dedicado y leal grupo de gente de pensamiento incisivo, penetrante y culto, cuyo quehacer intelectual estaba plenamente reconocido y avalado dentro y fuera de Cuba, la resolución del V Pleno del Partido (Marzo 27 de 1996) enfilaba su artillería pesada contra el CEA, lo crucificaba públicamente, con los peores epítetos a la usanza inquisitorial, como instrumentos del quintacolumnismo fomentado por EE.UU. y los cubanólogos norteamericanos, abandono de principios clasistas, etc.
Era un episodio único e insólito; una arremetida sin precedentes, aunque algunos señalaran que se estaba en presencia de una reedición agravada del triste episodio de Pensamiento Crítico. Lo más dañino era el impacto intimidatorio del lenguaje oficial empleado en contra de este grupo de investigadores. De nuevo cabe apuntar que el fantasma de los debates durante las discusiones del Llamamiento subyacían en todo lo ocurrido. No pocos lo vieron como un pase de cuentas donde se mezclaban los debates del 90 y 91, las envidias hacia el talentoso y exitoso desempeño de dicho centro de investigaciones más la intolerancia hacia interpretaciones y propuestas no generadas ni santificadas por la línea oficial, nacidas de la postura enfermiza de que el conocimiento y el pensamiento sólo pueden tener una sola instancia.
Los pormenores de este caso son más o menos conocidos por muchos, dentro y fuera de Cuba. No obstante, exploremos algunas de las lecciones a extraer. ¿Quintacolumnistas y toda la carga de epítetos contra un grupo de investigadores consagrados en su dedicación a la revolución? Esto carecía de credibilidad por completo. Peor aún era “cocinarlo” a espaldas de los perjudicados. Repito e insisto en esto pues discrepar o incluso contra argumentar respecto al trabajo del CEA, podía ser legítimo y hasta necesario, pero no como acción artera, desleal y carente de transparencia, máxime cuando era bien sabido que otras figuras e instancias del poder en Cuba –sin necesidad de mencionar a Manuel Piñeiro, en lo que sería una importante lista de figuras claves- tenían en alta estima el quehacer intelectual y la condición política del personal del CEA, investigadores y auxiliares por igual.
Tres observaciones finales sobresalen en este caso.
Primero que todo, el coraje colectivo de los integrantes del CEA en enfrentar, discutir y refutar los planteamientos del V Pleno y los ataques formulados contra ellos en reuniones posteriores. Cualquier cobardía los hubiera anulado para siempre y en esto sentaron un poderoso ejemplo. Siempre será poco lo que se diga acerca de la entereza y consistencia de este grupo de intelectuales.
Segundo, el lenguaje del V Pleno hacía temer los peores desenlaces y las acusaciones e insinuaciones de los Torquemadas subalternos encabezados por Darío Machado y los otros en reuniones posteriores, no dejaban lugar a dudas en su reclamo de rabo y orejas, como en buena faena taurina. Podían esperarse sanciones disciplinarias, pérdida de militancia y empleo, exclusión del sector de las ciencias sociales y otras, pero la consistencia y valentía demostrada en la defensa de sus posiciones y actuaciones, asi como el aprecio y simpatías de que gozaba el equipo del CEA entre otros sectores de la dirigencia y la intelectualidad –en particular muy visible en las intervenciones de Manuel Piñeiro y Abel Prieto- condujeron a una especie de congelamiento o “empate técnico,” cuya decisión, evidentemente, no partía de Balaguer o sus subalternos, sino de Fidel y Raúl.
Tercero, los peores desenlaces esperados desaparecían de la escena, el equipo de investigadores del CEA ciertamente fue desarticulado y dispersado, pero sus componentes individuales fueron plenamente respetados, ubicados en diferentes posiciones, en su mayoría acordes con sus perfiles, y en su abrumadora mayoría ahí continúan con su penetrante y culto quehacer, sin dejación de sus útiles herejías pasadas o actuales. El CEA, bajo la dirección de Darío Machado, dejó de ser lo que era en la cultura, en el pensamiento social y en las relaciones internacionales de Cuba, pero ya Darío Machado ni siquiera es director del CEA ni de cosa alguna que valga la pena mencionar. Y el quehacer científico e intelectual de los Rafael Hernández, July Carranza, Pedro Monreal, Aurelio Alonso, Fernando Martínez y los otros, es procurado por todos y sus trabajos leídos con enorme interés. A Darío Machado, como ente simbólico de episodios y tiempos oscuros, nadie lo procura ni lee. Y esta es la moraleja final del caso CEA.
Hoy y Mañana
Aun en los amargos momentos del caso CEA, hubo afirmaciones repetidas cuyo valor trascienden el episodio y apuntan a nuestro futuro: la experiencia del socialismo cubano tiene que ser repensada. Se dijo de maneras y énfasis diferentes, pero fue un reclamo claro y reiterado y que no quiere decir rendir o revertir aquellas cosas esenciales en las que se expresa la más amplia convergencia.
Algunos años más tarde, en el viejo parque Menocal, de 17 entre 6 y 8, se inauguró una singular escultura, la de John Lennon. Cientos de voces allí reunidas, a capella nacida de lo más hondo, entonaron aquella canción, suerte de himno increíble, que lleva por título Imagine. Allí estaban dos símbolos, uno, Fidel Castro; el otro, Abel Prieto. El primero elogiaba la letra de semejante canción. ¿Desagravio? ¿Reconocimiento de muchas cosas? Todo eso y más...
A comienzos del 2007, mientras leía las palabras de César López en ocasión de la Feria del Libro, pronunciadas en presencia de Raúl Castro, pasó en unos pocos segundos por mi memoria casi todo este apretado recuento. En este contexto también leía las reacciones internéticas a lo de Quesada, Pavón y Serguera y todo lo que le ha seguido como valiosa secuela (declaración del ICRT, de la UNEAC, reuniones en Casa de las Américas, en el ISA y todo lo demás). Y me dije -desde mi distancia y añoranzas- que creo que vamos por buen camino....
Más recién todavía, apenas unos dias atrás, en julio del 2007, leía a Fernando Martínez en su presentación en el Centro Teórico-Cultural Criterios y me identificaba plenamente con él cuando planteaba:
Será fructífero, y sin duda trascendente, que nos apoderemos de toda nuestra historia, que investiguemos sus logros, sus errores y sus insuficiencias, sus aciertos y sus caídas, sus grandezas y sus mezquindades, y convirtamos el conjunto en una fuerza más para enfrentar los problemas actuales de la revolución y la transición socialista, y para reformular y hacer más ambicioso nuestro proyecto de liberación.
Es una deuda con nuestro pasado reciente, con nuestro presente y las generaciones más jóvenes, y con ese futuro mejor que todos haremos, pero sin dejar de lado el alerta perenne contra cualquier forma de dogma, de monopolios de tesis, de intimidación expresa o velada al desarrollo del pensamiento, de la cultura, las artes y de sociedades mejores y más justas.
Notas:
[1] Véanse al respecto los escritos y entrevistas de Orlando Borrego, cercano colaborador del Ché, acerca de cómo este último insistía en aproximarse críticamente al marxismo manualesco facturado en Moscú, en contra de las simplificaciones del marxismo, la diversidad de enfoques y pensamiento y otros temas afines.
[2] Debe anotarse que si bien esto ocurrió y que nunca se divulgaron públicamente –circulando sí entre la clase política por diferentes medios y mecanismos de distribución restringida- las tesis de los PPCC de Europa Occidental y en particular del llamado eurocomunismo, la dirigencia cubana nunca se sumó a los ataques que el Partido Comunista de la Unión Soviética y sus seguidores hacían de semejantes tesis y del eurocomunismo. Fidel Castro y Carlos Rafael Rodríguez fueron especialmente cuidadosos en este tema y de mantener a Cuba en una posición independiente. También debe anotarse cómo, en diferentes momentos de los años 60, obras diversas y ensayos de Charles Bettelheim, Althusser, Lukács, Mandel y Gunder Frank, entre otros, habían circulado en Cuba, aportando interpretaciones y enfoques muy diferentes a la teoría y práctica del pensamiento socialista europeo.
[3] Proyecto que fue previamente sometido y aprobado por Fidel Castro y sus oficinas a partir del interés y respeto que la obra de Lewis despertaba por entonces.
[4] Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), primer antecedente de lo que sería más tarde la Columna Juvenil del Centenario y la Divisiones Permanentes de Infantería que culminaron en la creación del Ejército Juvenil del Trabajo, adonde debían fluir los excesos de jóvenes llamados al Servicio Militar Activo en aquellos años. Entre 1964 y 1966, el proyecto fue absolutamente deformado para convertirlo en unidades militares de castigo –cosa esta particularmente alentada por sectores del MININT, como el Departamento de Lacras Sociales, que llegaron a lanzar recogidas masivas e indiscriminadas por La Rampa y otras áreas- a las que se remitían a jóvenes homosexuales, melenudos, creyentes que desafiaban al servicio y elementos de claros antecedentes delictivos o manifiestamente desafectos junto a muchos otros jóvenes que no reunían ninguna de estas características. Convertidas en virtuales unidades de castigo, la crítica popular y en el propio seno de las estructuras dirigentes de la revolución, llevaron a una pronta rectificación por el propio Raúl Castro en persona, quien designó al capitán Quintín Pino Machado para disolver dichas unidades definitivamente y poner fin a tales prácticas, reconociéndose desde entonces que lo ocurrido había sido un disparate político mayor. Para una lectura autocrítica de estos acontecimientos, léase el testimonio de Fidel Castro a Ignacio Ramonet en 100 Horas con ...
[5] Entre 1968 y 1970, Llanusa llegó a ser percibido como el tercer hombre en Cuba dada la cantidad de organismos, instituciones y esferas que llegó a controlar, sentaba pautas y rumbos en sepetecientas mil cosas al mismo tiempo, incluyendo sus incursiones punitivas en el ámbito de la creación artístico-cultural...hasta que un buen dia se cruzó con Fidel en la calle 42 y éste le pidió detenerse y conversar. Al hacerlo, Fidel deslizó la frase: “Llanusa, la gente por ahí andan diciendo que tu tienes más poder que yo...” Llanusa llegaba a la casa infartado y de ahí en adelante pasaría a trabajar en temas de agricultura y relaciones con los campesinos, donde parece que tuvo una trayectoria más positiva, al menos al decir de algunos campesinos en Matanzas por los años 70.
[6] Episodio menos conocido fue el intento de algunos en el MININT de ganar méritos como veladores de la cultura a expensas, ni más ni menos, que de Onelio Jorge Cardoso, y su maravilloso cuento corto Caballo, cargado de belleza y ternura. Los Torquemadas se aparecieron con la infamia de que era una alegoría del deseo de ver morir a Fidel Castro. Lamentablemente para ellos, el paquete era tan burdo y la honestidad de Onelio tan grande, que aquello no pudo prosperar.
[7] Raúl Castro tendría una actuación posterior con respecto al caso de Pensamiento Crítico en la que arremetería públicamente contra esta publicación y varios de sus más brillantes investigadores. Enarboló el peligro del diversionismo ideológico, los estigmatizó como proclives a dejarse arrastrar por semejante corriente y al referirse a uno de ellos –Jorge Gómez Barranco- formularía una alegoría particularmente dañina con el segundo apellido de Jorge, el de Barranco, al decir que él y los demás “nos llevaban al barranco del revisionismo”, término muy en boga por parte de los ideólogos soviéticos. Pero, esta arremetida de Raúl Castro contra Pensamiento Crítico agravaría la atmósfera y actitudes generadas a partir de su discurso acerca del “diversionismo” y creaba un precedente especialmente dañino. De aquella acción contra Pensamiento Crítico, diría Fernando Martínez Heredia lo siguiente: “El pensamiento social recibió un golpe abrumador. Se cerró de tal manera el espacio, que las corrientes no marxistas fueron malditas y se trató de erradicarlas, se consideró incorrecto conocerlas y aún más tratar de utilizarlas. Dentro de las corrientes marxistas se afirmó que sólo la soviética era la aceptada y la correcta...” (Temas No. 3, La Habana). César Gómez Barranco, mantendría su identidad y lealtad propias a pesar de todo, para convertirse en el animador y talento del muy celebrado Grupo Moncada, mientras que Fernando Martínez sigue siendo una de las figuras más respetadas del pensamiento social en la Cuba de hoy. Alusiones autocríticas de parte de Raúl Castro sobre aquellas acciones pueden encontrarse en varias entrevistas concedidas por su hija, Mariela Castro, y por él mismo en su famosa conversación con Manuel Piñeiro en torno al caso CEA 25 años después.
[8] De Abrantes recordemos no sólo aquel famoso discurso en homenaje, y virtual desagravio, a la intelectualidad cubana de la segunda mitad de los 80, el que fuera por entonces percibido como reconocimiento y disculpa de un pasado con un registro de no pocos errores y abusos. También hay que recordar en esos años algo no público, pero bien comentado. En Matanzas, el delegado y jefe del MININT en esta provincia, organizó un asalto violento contra un recital de Clarilda Oliver, insigne poetisa, que este buen señor y algunos percibían como “desafecta.” Semejante acción no fue idea de Fidel, Raúl o Abrantes, sino de Torquemadas subalternos tratando de, por esos medios, ganar méritos. El balance fue la destitución y sanciónn de todo el personal del MININT involucrado en la fabricación y decisión de semejante acto.
[9] Aunque parezca increíble, algunos cabezas calientes en la Dirección Política de las FAR llegaron a la conclusión que Tora! Tora! Tora! (excelente filme con estilo de recuento documental sobre los acontecimientos que rodean el ataque de Pearl Harbor) no debía ser exhibida por brindar una visión demasiada benigna de la conducta de EE.UU., pero que, dicho sea de paso, sí era exhibida para personal de las FAR y el MININT..
[10] La fundación de Pensamiento Crítico y las actividades del Departamento de Filosofía en la segunda mitad de los 60 fue obra de Fidel Castro. El inspirador y apoyo principal, lo fue Fidel Castro, el hereje por excelencia dentro del proceso cubano. Rolando Rodríguez, Aurelio Alonso, Fernando Martínez y los demás lo saben perfectamente. Las polémicas y confrontaciones con los PPCC de América Latina y el Caribe y con la dirigencia soviética, le dieron particular aliento, pero los que allí escribían no se percataron que después de los sucesos de Praga en el 68 y la normalización temporal de las relaciones con los soviéticos, marcarían, irremediablemente, la muerte anunciada de Pensamiento Crítico y del Departamento de Filosofía ante el altar de la nueva, pero siempre frágil y temporal luna de miel con los bolos (de nuevo, uso de un cubanismo típico durante décadas para describir a los soviéticos). Las tertulias informales de cientos de estudiantes con Fidel en la Plaza Cadenas (hoy Ignacio Agramonte) en los 60 –episodio nunca estudiado o documentado-, siempre hasta altas horas de la noche, sembraron en miles de estudiantes durante años las más sanas herejías de entonces junto con Pensamiento Crítico, marcando a toda una generación, no pocos de los cuales ocupan hoy importantes posiciones dirigentes en Cuba.
[11] Recordemos su valiente argumentación pública, a fines de 1993, en contra de los criterios de Fidel, frente a frente y ante las cámaras de la TV, acerca de porqué tantos intelectuales y artistas se marchaban del país en esos momentos.
[12] José R. Balaguer, miembro del Buró Político del PCC, en ocasión de la polémica con los académicos del Centro de Estudios de América (CEA) diría en 1996, refiriéndose a los años de la perestroika y la glásnost: “El momento en que vivimos es tan complejo y difícil como cuando empezó la Perestroika. Creo que hicimos lo correcto, impedimos que nos penetrara.”
[13] En 100 Horas…Puede ser leído todo el razonamiento del Fidel Castro sobre Gorbachov.
___________________________________________________
31/8/07
30/8/07
La guerra de las ideologías (II)
De nuevo, el anecdotario es abundante. Es de recordar la polémica entre Fidel y un grupo de científicos británicos que trabajaban en el Instituto de Ciencia Animal de la Universidad de La Habana en torno a la cría de ganado, suelos y forrajes. En dicho debate, alrededor de 1964, un ingeniero pecuario cubano nombrado Felipe Quintana (con excelentes credenciales durante la lucha insurreccional) decidió coincidir con los británicos y discrepar de Fidel. A los británicos se les suspendió su contrato y volvieron a Londres, pero los “segurosos” (cubanismo de entonces muy popular en el seno de la clase política para referirse a los oficiales de la Seguridad del Estado) de la señora Malmierca no encontraron nada mejor que recomendar el encarcelamiento del ingeniero Quintana. Cuando se le sometió esta propuesta a Fidel, los que por poco van presos son ellos y no el ingeniero Quintana, a quien Fidel reconoció y protegió en todo momento.
Esos mismos “segurosos” encontrarían luego, hacia fines de los 60, su primer caso estrella con el torpedeo y final anulación del proyecto en Cuba del afamado sociólogo e investigador norteamericano Oscar Lewis[3], autor de Los Hijos de Sánchez (la versión de Lewis sobre esos acontecimientos se encuentra en el prefacio de la obra de Lewis, Four Men: Living the Revolution – An Oral History of Contemporary Cuba, Vol 1, 1977).
Pero, el caso estrella culminante de la señora Malmierca y la antesala del Quinquenio Gris estarán representados por el affaire Padilla, que más allá de todas las diferencias o distancias que Padilla tuviera con el proceso revolucionario, no se justificaba ni por su contenido, ni por los procedimientos policíacos empleados, ni por los costos políticos, incluyendo la pérdida de lealtades entre amigos y simpatizantes en otros países. Años más tarde, otro maltrado de esa época primera, Pablo Armando Fernández, abundó en su libro Junto a las Voces del Designio (larga entrevista conducida por el periodista Luis Báez) con atinados juicios y testimonios acerca de estos episodios que anteceden al llamado Quinquenio Gris.
Menos ruidosos, pero no menos lamentables, lo habían sido los casos o “marañas” (y me disculpan por el uso de cubanismos de la época) contra Virgilio Piñera, César López Antón Arrufat y Eduardo Heras León, cuya postura y reacción fueron bien diferentes a la de Heberto Padilla. A diferencia de este último, aquellos se aferraron a su identidad y lealtad. ¿Y qué podrá decirse de los intentos en contra de Silvio y Pablo que, en común trinchera, pelearon en contra de todo aquello pese a sus ostracismos temporales en la UMAP[4] o en el pesquero Playa Girón respectivamente, pero no menos aferrados a esa misma identidad y lealtad?
Por otro lado, y paralelamente desde mediados de los 60, tiene lugar un importante cambio en la esfera de las instituciones de Educación y Cultura, cuando el recién fallecido José Llanusa Gobel asume la cartera de Educación y con ello el control del Consejo Nacional de Cultura. Llanusa jugaría un papel de primer orden en alentar, promover y respaldar activamente a cuanto Torquemadas tropical quisiera destacarse. Se hizo Llanusa de una mano derecha (con toda justicia cabe el término derecha) de apellido Muzio, de profesión psiquiatra, y cuyos excesos y abusos le ganarían un especial lugar en la memoria del repudio colectivo entre intelectuales reconocidos, jóvenes talentos que surgían e incluso simples estudiantes. En los centros educacionales –las universidades incluídas- Llanusa[5] y sus Torquemadas protagonizaron lamentables abusos. Dos de los más notables fueron los procesos en contra de Servando Cabrera Moreno –uno de los gigantes de la plástica cubana-, separándolo de su cátedra en el Instituto Superior de Arte y contra Samuel Feijoó –escritor prolífico, folklorista, sociólogo sin título, ensayista de primera, animador cultural, pintor y fundador de valiosas publicaciones ya desaparecidas tan importantes como Islas y Signos- en su querida Universidad Central de Las Villas. A diferencia de Padilla, en estos dos concurrían dedicación y compromiso con la Revolución, como en los mencionados casos de Silvio y Pablo, Virgilio Piñera, Antón Arrufat, Eduardo Heras León o César López. Mientras, su creación artística intentaba ser silenciada y anulada por los Torquemadas menores de Llanusa, quien justificaba y respaldaba tales acciones.[6]
Al binomio Malmierca-Llanusa (seguido después con inicial vehemencia por su sustituto proveniente de las FAR, el Comandante José R. Fernández) se suman otras dos instancias indispensables para comprender el tantas veces mencionado Congreso de Educación y Cultura de 1971. Por un lado, la Comisión de Orientación Revolucionaria, más tarde Departamento de Orientación Revolucionaria (hoy Departamento Ideológico), bajo la égida de Orlando Fundora, auspiciará y respaldará buena parte de las acciones e intentos de sentar cátedra y dogma en la esfera de la cultura por parte de los ya mencionados.
A lo anterior, se sumará, por último, la enorme influencia del MINFAR, de dos maneras diferentes. Primero, mediante un discurso a puertas cerradas que pronuncia Raúl Castro en contra del llamado diversionismo ideológico. Ciertamente, EEUU en su confrontación con Cuba, desplegaba directa o indirectamente todo un instrumental encaminado a erosionar los fundamentos ideológicos y políticos del proyecto cubano. Esto era, y todavía es, algo innegable. Pero, ir más allá y suponer que literatura, plástica, teatro o cine de otras latitudes, en suma el arte universal, debían asumirse con ojo policíaco y tomar las medidas necesarias en contra de ese arte, o del arte en general mejor dicho, interno y externo, no santificado y oficializado fue lo que los Torquemadas tropicales interpretaron e intentaron convertir en doctrina oficial.
¿Era esto lo que Raúl Castro quiso decir? ¿Instruyó él de manera explícita a que se procediera de esta manera?¿O interpretaron los Torquemadas tropicales que para ascender en su escala de valores y congraciarse con el poder era precisamente eso lo que debían hacer? Ciertamente, tal discurso los alentaba y sentaba cierta base de legitimidad para sus abusos, aunque también es cierto que Raúl Castro no hizo explícito ni escribió una directiva santificando los desafueros que sobrevendrían.[7] Sin embargo, lo cierto es que dicho término –diversionismo ideológico- se convirtió en la base de sustentación de tales sujetos y de sus acciones nefastas durante aquellos años de la década de los 70.
Lo segundo a tomar en consideración, fue que la Dirección Política Central de las FAR bajo Fernando Vecino Alegret primero y después bajo la jefatura de Antonio Pérez Herrero jugaron a semejante interpretación y se distinguieron por promover a Pavón y demás personajes, aplaudiendo sus proyecciones y acciones, empleando la revista Verde Olivo y su programación radial como cajas de resonancia.
La combinación de estos cinco factores –la señora Malmierca, Llanusa, Muzio y su equipo seguido por Fernández, Orlando Fundora desde la COR, la utilización de los discursos de Raúl sobre el diversionismo y Pensamiento Crítico y la actuación de Vecino Alegret y Pérez Herrero- fueron responsables desde la segunda mitad de los 60 hasta la creación del Ministerio de Cultura de las acciones que muchos ya han descrito con la fuerza de sus testimonios (Desiderio, Fornet, Colina y otros). Representaron una fuerza real, una amenaza real, causaron daños notables y peor aún, ejercieron un poder intimidatorio –fomentar el miedo no tiene perdón ni excusa- y retardatario de primera magnitud y no por un quinquenio ni un decenio. Esta misma combinación de tendencias y fuerzas es la que promueve, controla y domina el llamado Congreso de Educación y Cultura, en 1971, simbolizando el apogeo de la contra-corriente al Congreso Cultural de La Habana de 1968.
No pocos, que no debían haberlo hecho, se incorporaron activamente a esta corriente de ortodoxia marxóloga sovietizante con tintes tropicales, incluyendo algunos que luego tomarían rumbos bien opuestos como Raúl Rivero, Norberto Fuentes, Eliseo Alberto “Lichi” Diego, Manuel Díaz Martínez e incluso los ya difuntos Jesús Díaz (el cual se empeñó en negar su pertenencia a los órganos cubanos de la Seguridad del Estado, cuando media Habana sabe que sí lo había sido) y Manuel Moreno Fraginals, que se nos convertía durante años en conferencista y consejero personal en temas de cultura general de Tony Pérez y su equipo. Para muchos en el mundo cultural de entonces tales figuras fueron claramente percibidas como portavoces de una tal política y beneficiarios privilegiados de este sector de la cultura oficial.
Pero, ¿acaso era esto que describimos la conducta del poder en Cuba? Ciertamente, NO. Era en efecto la de una parte importante del poder, poderosa, influyente y muy destructiva en diversos planos. Pero, más importante todavía es entender que esta situación tenía una contrapartida no menos importante y no menos influyente que pugnaba, cuestionaba, detenía o neutralizaba o equilibraba mucho del quehacer destructivo de esas otras instancias y de las ideas de que eran portadoras. Quien no quiera entender ni reconocer esos tiempos en este contexto, es porque desconoce la realidad histórica del proceso cubano, conoce sólo una parte de la trama o insiste en su enfoque unilateral por las más diversas razones.
A los que representaban lo que pudiéramos llamar el bloque de la cultura oficial o anti-cultura, se le oponía, de mil maneras diferentes, lo que pudiéramos llamar el bloque de resistencia o libertad real. Si los Torquemadas tropicales tuvieron y tienen nombres y apellidos, aquellos que levantaron su voz y actuaron, pública y privadamente, también los tuvieron: El Ché, Osvaldo Dorticós Torrado, Carlos Rafael Rodríguez, Haydée Santamaría, Armando Hart Dávalos, Alfredo Guevara, Raúl Roa García, Celia Sánchez Manduley y otros, se contaron entre aquellas figuras del poder que no secundaron esos rumbos y apoyaron y protegieron un concepto más creativo y amplio, tolerante y polémico, y que respaldaron activamente a muchos intelectuales y creadores. La proximidad con Fidel de estas figuras que menciono –amén de un anecdotario abundante que lo ubica en oposición a los representantes de la anti-cultura- sugiere a todas luces una evidente interacción entre ellos y el beneplácito del primero. Otros ejemplos pudieran ser citados para confirmar esta manera indirecta, pero de apoyo y legitimidad, a los que se oponían a la corriente que insisto en llamar anti-cultura.
Más arriba mencioné que en el propio MININT también se enfrentaban diferentes posiciones. La señora Malmierca o el propio Ramiro Valdés bien poco tenían que ver con Sergio del Valle o Manuel Piñeiro, figuras estas de una mayor visión y cultura o incluso, en determinadas circunstancias, del propio José Abrantes, sobre todo años más tarde.[8]
Si todo esto tiende a confirmar lo que trato de presentar como propuesta central, consideremos además lo que ocurrió a nivel legal. No puede pasarse por alto nunca que el propio Tribunal Supremo, el de Cuba, no el de Moscú o Beijing, fallara a favor de aquellos que presentaron en su momento sus respectivas demandas legales en contra de tales abusos. ¿Ocurrió algo de esto bajo el Stalinismo?! Ni pensarlo! El anecdotario para ilustrar todo esto sería largo y alcanzaría para llenar un interesante volumen.
Por eso insisto en lo que pudiera aventurarse como mi propuesta de interpretación: ni quinquenio gris ni decenio negro ni 49 años color de rosa, sino un proceso constante, continuo, contradictorio, de flujo y reflujo, de experiencias e ideas contrapuestas en cuanto a la mejor o peor conducción del proyecto cubano.
Por esta razón, nunca faltaron a los cubanos las mejores manifestaciones del arte y la literatura en general, lo mejor del cine norteamericano, latinoamericano, europeo y japonés[9], de abundante música norteamericana en ondas nacionales, aunque con frecuencia sólo en instrumentales. Y que lo mismo ocurriera con la literatura latinoamericana y de no pocos autores norteamericanos y europeos, asi como con otras muchas manifestaciones artísticas.
Como estudiante de Historia que fui puedo testimoniar que para entender a los EEUU no estudié ningún manual soviético, sino autores norteamericanos (ninguno de ellos de filiación comunista) y para la Historia Universal a Maurice Crouzet y su grupo de académicos franceses, aunque en filosofía y economía sí tuviera que digerir a los manuales soviéticos en los años 70, cosa que no ocurría en los 60. Y en Historia de Cuba, Sergio Aguirre –contrario a lo que se afirma por algunos en Miami y otras partes- jamás logró desplazar ni competir seriamente con la indispensable obra de Ramiro Guerra, Jorge Ibarra, Hortensia Pichardo, José Luciano Franco, José A. Portuondo, Francisco López Segrera, José Tabares del Real y otros, que fueron maestros de generaciones enteras. Como bien argumentara con insistencia Carlos Rafael: La Historia de Cuba no puede escribirse ni explicarse sin la presencia de la obra monumental de Ramiro Guerra. Estos extremos se expresaban en la realidad cubana. Prohibiciones de ciertos textos y autores sí las hubo como también libros situados en condición de RESERVA en la Biblioteca Nacional o ediciones limitadas, sólo accesibles mediante cartas de organismos. Con el cine y la TV ocurrían episodios no menos lamentables como los descritos ahora con toda autoridad por Colina o por la desaparecida Consuelito Vidal, mucho antes de todos estos debates.
Sin embargo, mi propuesta de interpretación es que se trata de ciertos ciclos o períodos, con prohibiciones coyunturales o limitaciones puntuales y no sistémicas, corrientes y acciones que no se originaron nunca a partir de planteamientos o instrucciones de Fidel Castro, sino de otras instancias y sectores del poder. Y mucho más: estamos hablando y discutiendo acerca de lo ocurrido en los ámbitos de la política cultural y sus diversas esferas, pero un cuadro no menos controversial y accidentado pudiera abordarse –espero que algún dia se haga- acerca del terreno de las políticas económicas y nuestras experiencias, cuyos episodios datan igualmente de los albores mismos de la revolución, continuaron a lo largo de los 60, 70 y 80 y hoy reverdecen bajo el prisma de alcanzar un mejor futuro. Así, aproximadamente, se condujeron las cosas en esos largos decenios y los debates por los que hoy se transita confirman plenamente la necesidad y vigencia de los mismos.
Encontramos en estas décadas luces y sombras, oscurantismos y momentos brillantes. Se fue desde herejías fecundas como Lunes de Revolución y más aún de Pensamiento Crítico [10]– cuya clausura en los años del llamado quinquenio gris es, con certeza, el capítulo más oscuro y dañino- hasta la destrucción del Guiñol de los Camejo, desde las herejías de Fellini, Rocha o Wajda o lo mejor de Kurosawa hasta las prohibiciones que nos detalla Colina o tener que ir a la Biblioteca Nacional para leer a Ian Fleming o Jorge Luis Borges. Nunca hubo un desenvolvimiento lineal ni monolítico y en esto guarda la experiencia cubana una notable diferencia con el Stalinismo o el Maoísmo.
Esos mismos “segurosos” encontrarían luego, hacia fines de los 60, su primer caso estrella con el torpedeo y final anulación del proyecto en Cuba del afamado sociólogo e investigador norteamericano Oscar Lewis[3], autor de Los Hijos de Sánchez (la versión de Lewis sobre esos acontecimientos se encuentra en el prefacio de la obra de Lewis, Four Men: Living the Revolution – An Oral History of Contemporary Cuba, Vol 1, 1977).
Pero, el caso estrella culminante de la señora Malmierca y la antesala del Quinquenio Gris estarán representados por el affaire Padilla, que más allá de todas las diferencias o distancias que Padilla tuviera con el proceso revolucionario, no se justificaba ni por su contenido, ni por los procedimientos policíacos empleados, ni por los costos políticos, incluyendo la pérdida de lealtades entre amigos y simpatizantes en otros países. Años más tarde, otro maltrado de esa época primera, Pablo Armando Fernández, abundó en su libro Junto a las Voces del Designio (larga entrevista conducida por el periodista Luis Báez) con atinados juicios y testimonios acerca de estos episodios que anteceden al llamado Quinquenio Gris.
Menos ruidosos, pero no menos lamentables, lo habían sido los casos o “marañas” (y me disculpan por el uso de cubanismos de la época) contra Virgilio Piñera, César López Antón Arrufat y Eduardo Heras León, cuya postura y reacción fueron bien diferentes a la de Heberto Padilla. A diferencia de este último, aquellos se aferraron a su identidad y lealtad. ¿Y qué podrá decirse de los intentos en contra de Silvio y Pablo que, en común trinchera, pelearon en contra de todo aquello pese a sus ostracismos temporales en la UMAP[4] o en el pesquero Playa Girón respectivamente, pero no menos aferrados a esa misma identidad y lealtad?
Por otro lado, y paralelamente desde mediados de los 60, tiene lugar un importante cambio en la esfera de las instituciones de Educación y Cultura, cuando el recién fallecido José Llanusa Gobel asume la cartera de Educación y con ello el control del Consejo Nacional de Cultura. Llanusa jugaría un papel de primer orden en alentar, promover y respaldar activamente a cuanto Torquemadas tropical quisiera destacarse. Se hizo Llanusa de una mano derecha (con toda justicia cabe el término derecha) de apellido Muzio, de profesión psiquiatra, y cuyos excesos y abusos le ganarían un especial lugar en la memoria del repudio colectivo entre intelectuales reconocidos, jóvenes talentos que surgían e incluso simples estudiantes. En los centros educacionales –las universidades incluídas- Llanusa[5] y sus Torquemadas protagonizaron lamentables abusos. Dos de los más notables fueron los procesos en contra de Servando Cabrera Moreno –uno de los gigantes de la plástica cubana-, separándolo de su cátedra en el Instituto Superior de Arte y contra Samuel Feijoó –escritor prolífico, folklorista, sociólogo sin título, ensayista de primera, animador cultural, pintor y fundador de valiosas publicaciones ya desaparecidas tan importantes como Islas y Signos- en su querida Universidad Central de Las Villas. A diferencia de Padilla, en estos dos concurrían dedicación y compromiso con la Revolución, como en los mencionados casos de Silvio y Pablo, Virgilio Piñera, Antón Arrufat, Eduardo Heras León o César López. Mientras, su creación artística intentaba ser silenciada y anulada por los Torquemadas menores de Llanusa, quien justificaba y respaldaba tales acciones.[6]
Al binomio Malmierca-Llanusa (seguido después con inicial vehemencia por su sustituto proveniente de las FAR, el Comandante José R. Fernández) se suman otras dos instancias indispensables para comprender el tantas veces mencionado Congreso de Educación y Cultura de 1971. Por un lado, la Comisión de Orientación Revolucionaria, más tarde Departamento de Orientación Revolucionaria (hoy Departamento Ideológico), bajo la égida de Orlando Fundora, auspiciará y respaldará buena parte de las acciones e intentos de sentar cátedra y dogma en la esfera de la cultura por parte de los ya mencionados.
A lo anterior, se sumará, por último, la enorme influencia del MINFAR, de dos maneras diferentes. Primero, mediante un discurso a puertas cerradas que pronuncia Raúl Castro en contra del llamado diversionismo ideológico. Ciertamente, EEUU en su confrontación con Cuba, desplegaba directa o indirectamente todo un instrumental encaminado a erosionar los fundamentos ideológicos y políticos del proyecto cubano. Esto era, y todavía es, algo innegable. Pero, ir más allá y suponer que literatura, plástica, teatro o cine de otras latitudes, en suma el arte universal, debían asumirse con ojo policíaco y tomar las medidas necesarias en contra de ese arte, o del arte en general mejor dicho, interno y externo, no santificado y oficializado fue lo que los Torquemadas tropicales interpretaron e intentaron convertir en doctrina oficial.
¿Era esto lo que Raúl Castro quiso decir? ¿Instruyó él de manera explícita a que se procediera de esta manera?¿O interpretaron los Torquemadas tropicales que para ascender en su escala de valores y congraciarse con el poder era precisamente eso lo que debían hacer? Ciertamente, tal discurso los alentaba y sentaba cierta base de legitimidad para sus abusos, aunque también es cierto que Raúl Castro no hizo explícito ni escribió una directiva santificando los desafueros que sobrevendrían.[7] Sin embargo, lo cierto es que dicho término –diversionismo ideológico- se convirtió en la base de sustentación de tales sujetos y de sus acciones nefastas durante aquellos años de la década de los 70.
Lo segundo a tomar en consideración, fue que la Dirección Política Central de las FAR bajo Fernando Vecino Alegret primero y después bajo la jefatura de Antonio Pérez Herrero jugaron a semejante interpretación y se distinguieron por promover a Pavón y demás personajes, aplaudiendo sus proyecciones y acciones, empleando la revista Verde Olivo y su programación radial como cajas de resonancia.
La combinación de estos cinco factores –la señora Malmierca, Llanusa, Muzio y su equipo seguido por Fernández, Orlando Fundora desde la COR, la utilización de los discursos de Raúl sobre el diversionismo y Pensamiento Crítico y la actuación de Vecino Alegret y Pérez Herrero- fueron responsables desde la segunda mitad de los 60 hasta la creación del Ministerio de Cultura de las acciones que muchos ya han descrito con la fuerza de sus testimonios (Desiderio, Fornet, Colina y otros). Representaron una fuerza real, una amenaza real, causaron daños notables y peor aún, ejercieron un poder intimidatorio –fomentar el miedo no tiene perdón ni excusa- y retardatario de primera magnitud y no por un quinquenio ni un decenio. Esta misma combinación de tendencias y fuerzas es la que promueve, controla y domina el llamado Congreso de Educación y Cultura, en 1971, simbolizando el apogeo de la contra-corriente al Congreso Cultural de La Habana de 1968.
No pocos, que no debían haberlo hecho, se incorporaron activamente a esta corriente de ortodoxia marxóloga sovietizante con tintes tropicales, incluyendo algunos que luego tomarían rumbos bien opuestos como Raúl Rivero, Norberto Fuentes, Eliseo Alberto “Lichi” Diego, Manuel Díaz Martínez e incluso los ya difuntos Jesús Díaz (el cual se empeñó en negar su pertenencia a los órganos cubanos de la Seguridad del Estado, cuando media Habana sabe que sí lo había sido) y Manuel Moreno Fraginals, que se nos convertía durante años en conferencista y consejero personal en temas de cultura general de Tony Pérez y su equipo. Para muchos en el mundo cultural de entonces tales figuras fueron claramente percibidas como portavoces de una tal política y beneficiarios privilegiados de este sector de la cultura oficial.
Pero, ¿acaso era esto que describimos la conducta del poder en Cuba? Ciertamente, NO. Era en efecto la de una parte importante del poder, poderosa, influyente y muy destructiva en diversos planos. Pero, más importante todavía es entender que esta situación tenía una contrapartida no menos importante y no menos influyente que pugnaba, cuestionaba, detenía o neutralizaba o equilibraba mucho del quehacer destructivo de esas otras instancias y de las ideas de que eran portadoras. Quien no quiera entender ni reconocer esos tiempos en este contexto, es porque desconoce la realidad histórica del proceso cubano, conoce sólo una parte de la trama o insiste en su enfoque unilateral por las más diversas razones.
A los que representaban lo que pudiéramos llamar el bloque de la cultura oficial o anti-cultura, se le oponía, de mil maneras diferentes, lo que pudiéramos llamar el bloque de resistencia o libertad real. Si los Torquemadas tropicales tuvieron y tienen nombres y apellidos, aquellos que levantaron su voz y actuaron, pública y privadamente, también los tuvieron: El Ché, Osvaldo Dorticós Torrado, Carlos Rafael Rodríguez, Haydée Santamaría, Armando Hart Dávalos, Alfredo Guevara, Raúl Roa García, Celia Sánchez Manduley y otros, se contaron entre aquellas figuras del poder que no secundaron esos rumbos y apoyaron y protegieron un concepto más creativo y amplio, tolerante y polémico, y que respaldaron activamente a muchos intelectuales y creadores. La proximidad con Fidel de estas figuras que menciono –amén de un anecdotario abundante que lo ubica en oposición a los representantes de la anti-cultura- sugiere a todas luces una evidente interacción entre ellos y el beneplácito del primero. Otros ejemplos pudieran ser citados para confirmar esta manera indirecta, pero de apoyo y legitimidad, a los que se oponían a la corriente que insisto en llamar anti-cultura.
Más arriba mencioné que en el propio MININT también se enfrentaban diferentes posiciones. La señora Malmierca o el propio Ramiro Valdés bien poco tenían que ver con Sergio del Valle o Manuel Piñeiro, figuras estas de una mayor visión y cultura o incluso, en determinadas circunstancias, del propio José Abrantes, sobre todo años más tarde.[8]
Si todo esto tiende a confirmar lo que trato de presentar como propuesta central, consideremos además lo que ocurrió a nivel legal. No puede pasarse por alto nunca que el propio Tribunal Supremo, el de Cuba, no el de Moscú o Beijing, fallara a favor de aquellos que presentaron en su momento sus respectivas demandas legales en contra de tales abusos. ¿Ocurrió algo de esto bajo el Stalinismo?! Ni pensarlo! El anecdotario para ilustrar todo esto sería largo y alcanzaría para llenar un interesante volumen.
Por eso insisto en lo que pudiera aventurarse como mi propuesta de interpretación: ni quinquenio gris ni decenio negro ni 49 años color de rosa, sino un proceso constante, continuo, contradictorio, de flujo y reflujo, de experiencias e ideas contrapuestas en cuanto a la mejor o peor conducción del proyecto cubano.
Por esta razón, nunca faltaron a los cubanos las mejores manifestaciones del arte y la literatura en general, lo mejor del cine norteamericano, latinoamericano, europeo y japonés[9], de abundante música norteamericana en ondas nacionales, aunque con frecuencia sólo en instrumentales. Y que lo mismo ocurriera con la literatura latinoamericana y de no pocos autores norteamericanos y europeos, asi como con otras muchas manifestaciones artísticas.
Como estudiante de Historia que fui puedo testimoniar que para entender a los EEUU no estudié ningún manual soviético, sino autores norteamericanos (ninguno de ellos de filiación comunista) y para la Historia Universal a Maurice Crouzet y su grupo de académicos franceses, aunque en filosofía y economía sí tuviera que digerir a los manuales soviéticos en los años 70, cosa que no ocurría en los 60. Y en Historia de Cuba, Sergio Aguirre –contrario a lo que se afirma por algunos en Miami y otras partes- jamás logró desplazar ni competir seriamente con la indispensable obra de Ramiro Guerra, Jorge Ibarra, Hortensia Pichardo, José Luciano Franco, José A. Portuondo, Francisco López Segrera, José Tabares del Real y otros, que fueron maestros de generaciones enteras. Como bien argumentara con insistencia Carlos Rafael: La Historia de Cuba no puede escribirse ni explicarse sin la presencia de la obra monumental de Ramiro Guerra. Estos extremos se expresaban en la realidad cubana. Prohibiciones de ciertos textos y autores sí las hubo como también libros situados en condición de RESERVA en la Biblioteca Nacional o ediciones limitadas, sólo accesibles mediante cartas de organismos. Con el cine y la TV ocurrían episodios no menos lamentables como los descritos ahora con toda autoridad por Colina o por la desaparecida Consuelito Vidal, mucho antes de todos estos debates.
Sin embargo, mi propuesta de interpretación es que se trata de ciertos ciclos o períodos, con prohibiciones coyunturales o limitaciones puntuales y no sistémicas, corrientes y acciones que no se originaron nunca a partir de planteamientos o instrucciones de Fidel Castro, sino de otras instancias y sectores del poder. Y mucho más: estamos hablando y discutiendo acerca de lo ocurrido en los ámbitos de la política cultural y sus diversas esferas, pero un cuadro no menos controversial y accidentado pudiera abordarse –espero que algún dia se haga- acerca del terreno de las políticas económicas y nuestras experiencias, cuyos episodios datan igualmente de los albores mismos de la revolución, continuaron a lo largo de los 60, 70 y 80 y hoy reverdecen bajo el prisma de alcanzar un mejor futuro. Así, aproximadamente, se condujeron las cosas en esos largos decenios y los debates por los que hoy se transita confirman plenamente la necesidad y vigencia de los mismos.
Encontramos en estas décadas luces y sombras, oscurantismos y momentos brillantes. Se fue desde herejías fecundas como Lunes de Revolución y más aún de Pensamiento Crítico [10]– cuya clausura en los años del llamado quinquenio gris es, con certeza, el capítulo más oscuro y dañino- hasta la destrucción del Guiñol de los Camejo, desde las herejías de Fellini, Rocha o Wajda o lo mejor de Kurosawa hasta las prohibiciones que nos detalla Colina o tener que ir a la Biblioteca Nacional para leer a Ian Fleming o Jorge Luis Borges. Nunca hubo un desenvolvimiento lineal ni monolítico y en esto guarda la experiencia cubana una notable diferencia con el Stalinismo o el Maoísmo.
Etiquetas:
Cuba,
debate ideologico,
quinquenio gris
29/8/07
La guerra de las ideologías (parte I)
Bajo el título NI QUINQUENIO GRIS NI DECENIO NEGRO, SINO INTERMINABLE LUCHA DE IDEAS Y DIVERSIDAD EN LA CUBA REVOLUCIONARIA, les dejo una aproximación histórica al origen de debate ideológico actual. Mañana la segunda y última parte.
Por Domingo Amuchastegui
Los albores del 2007 en Cuba estuvieron caracterizados por intensos debates en el terreno de las ideas, tanto en los planos económico como en el de la creación artística. Y los debates continúan, lo que es muy saludable. Especial resonancia, y cobertura informativa, tuvo el debate entre creadores artísticos y literarios que se desató después de tres programas en la TV cubana con figuras de triste y conflictiva recordación y que en un pasado ya bien distante ostentaran importantes cargos relacionados con la creación y difusión cultural. Similar o tal vez mayor importancia tienen los debates e ideas que se manejan en el terreno de la experiencia cubana en la economía y de los cambios y reformas que semejante experiencia reclama.
Entre algunos de los involucrados en el debate acerca de las políticas culturales se repitieron los términos de “quinquenio gris” para calificar algunos años de los 70; otros alargaron el período hasta diez años y subieron el tono de gris a negro, caracterizándolos como “decenio negro,” pero en ambos casos coincidiendo en lo esencial: la presencia de políticas y acciones en el terreno de la creación artística y la difusión cultural que se distinguieron por prohibiciones absurdas y retardatarias, abusos, intimidaciones, aislamientos o “bloqueos burocráticos” (no publicación, no difusión, no salir a intercambios en el exterior) que dejaron heridas y resentimientos plenamente justificados entre los afectados.
Mis recuerdos, percepciones y propuestas de interpretación de aquellos tiempos son de otra índole, desde otras perspectivas y con otras connotaciones. No pretenden disminuir en grado alguno lo que se haya dicho o se pueda argumentar en un futuro sobre el tema en cuestión. Intentan ser, simplemente, un testimonio más, a manera de referencia de alguna utilidad, para las nuevas generaciones, en su crítica y mejor comprensión del pasado.
Primero que todo, quisiera aclarar que si bien se han aventurado algunas hipótesis y enfoques acerca de una especie de stalinismo tropicalizado, de un poder político esencialmente represor de toda manifestación cultural no santificada por el oficialismo y similares, no creo que sea éste el caso cubano. Nadie que conozca al stalinismo realmente puede con seriedad o rigor compararlo con las experiencias cubanas que estamos discutiendo; es como comparar un viento de cuaresma con un huracán categoría cinco. Y con esto no trato de justificar, disculpar ni minimizar lo ocurrido, sino simplemente contextualizarlo debidamente y en su justa medida.
No olvidemos cosas elementales, mi querido Watson... A todo poder organizado, le es característico la tentación de reglamentar y prohibir y, consiguientemente, de intimidar, abusar e incluso reprimir. Tal vez un ejemplo extremo sirva para ilustrar mi punto: Hace apenas unos dias leía a Leonard Pitts, uno de los columnistas más prestigiosos de EEUU, recordándonos cuanta intimidación, cuantas prohibiciones, silenciamientos y manipulaciones se habían originado en la administración Bush contra científicos y los resultados de sus trabajos, en torno al calentamiento global y otros temas. Y si queremos refrescar un poco más la memoria reciente recordemos Good Night and Good Luck, de George Clooney, el Fahrenheit/911, de Michael Moore o los excelentes ensayos de Ignacio Ramonet como La Tiranía de la Comunicación o Propagandas Silenciosas o las más tempranas contribuciones de Armand Mattelart...Retomando el refranero como fuente de conocimiento, me gusta recordar aquello de que en todas partes cuecen habas.
La otra dimensión que, notablemente, separa al caso cubano del horror stalinista en los planos de la creación artística –y en otros muchos que no vamos a discutir ahora- es el comportamiento del poder. El poder stalinista –luego de consolidado- se conducía como un bloque monolítico, constante y aplastante, mientras en el caso cubano lo que observamos es un comportamiento por parte del poder nada lineal, contradictorio, con diversas posiciones y actuaciones –tanto públicas como privadas- y con frecuentes desenlaces que nada tienen que ver con la brutalidad cavernaria del stalinismo.
Volviendo atrás
En estos meses he leído y releído anécdotas y episodios que ya tenía casi perdidos en la memoria asociados a los Pavón, Papito Serguera, Quesada y comparsa. Estas eran personas que poseían no sólo una indigencia intelectual mayúscula, sino que, sin clasificar siquiera como Torquemadas de menor cuantía, buscaban congraciarse con el poder y procurar su beneplácito y favores, mediante sus acciones, posando como puritanos veladores frente a la influencia de las manifestaciones extremas de la mal llamada cultura decadente del capitalismo y dispuestos a quemar a cuanta bruja se le antojara con tal de intentar acumular méritos con tales atropellos.
Lamentablemente para ellos, NUNCA tuvieron una política oficial, única, absoluta, específica y detallada que prohibiera a los Beatles, la pintura abstracta o erótica, el cine norteamericano, Los Siete Contra Tebas, Fuera de Juego o Los Condenados de Condado u otros de los contados extremos a que se llegó en algunos momentos...Por suerte, no contaron con un instrumento tal, aunque sí hubo, en determinadas coyunturas y períodos, fuertes corrientes a favor de que hubiera una tal política. Fueron aberraciones coyunturales o temporales que coexistieron con expresiones libérrimas de expresiones artísticas y literarias. Cuando recreamos el rosario quemante y vergonzoso de los episodios de los Quesada, Serguera o Pavón, paralelos a ellos, una y otra vez, brillan otras luces que no pueden olvidarse ni ser silenciadas (la Alfabetización, la escolarización masiva y sin límites, florecimiento de todas las artes, un cine extraordinario, de otros países y cubano, Conclusiones de un debate entre cineastas, Salón de Mayo en La Rampa, Canción Protesta, Congreso Cultural de La Habana, El Caimán Barbudo, novedoso periodismo como Siquitrilla y Fantomas, obras como Paradiso, Pensamiento Crítico, Grupo de Experimentación Sonora, debate en torno El Caso Morgan y todo lo demás). Y esto no hace sino probar, una vez más, que nunca hubo un bloque doctrinario absoluto y aplastante del tipo Stalin-Zhdanov y sí una dialéctica de conflicto en todas las instancias, niveles y figuras, y no sólo de la creación artística, sino también de la dirigencia política revolucionaria.
El recorrido de esta experiencia no es privativo de un quinquenio o década; estuvo presente hasta los 90 y pudiera manifestarse de nuevo, pero, sin duda, para salir mal parada. Los hechos recientes así lo demuestran.
Establecida esta premisa, al menos desde mi perspectiva y sin otra pretensión que refrescar la memoria histórica, pasemos, como buen cuentero, que no es lo mismo que cuentista, a examinar los procesos que están a debate.
La discusión del pasado algunos la remontan a Habana PM, pero yo no. Este documental no es el primer episodio ni remotamente y no sólo esto. Habana PM –en mi opinión se trató de un documental de poca monta acerca de una Habana que ya dejaba de ser eso que se describía y carente de valores u originalidad-, recibió la crítica oficial, cierto, pero muchísimo más que eso, recibió el rechazo y la condena de la abrumadora mayoría de la gente que lo vio y ahí quedó, sin penas, glorias, ni secuelas.
Desde mi perspectiva, el primer episodio está representado por el semanario Lunes de Revolución. No obstante sus enormes cualidades y sus muy heterogéneos componentes, Lunes –con el respaldo oficioso que tenía y que buscaba ampliar tratando de sentar cátedra- en la pluma de algunos de sus escritores más brillantes arremetieron con ánimos iconoclastas contra los fundadores y escritores del grupo Orígenes. ¿Estaban acaso Fidel Castro o Raúl Castro instigando a estos escritores en contra de Orígenes? Nada más distante de la realidad.¿ O acaso eran Carlos Franqui y dichos escritores, quienes en un arranque típico de sarampión destructivo, buscaban una especie de magistratura cultural en tiempos de revolución, tratando de anular a un grupo cuyas credenciales literarias, honestidad y humanidad –más sus convicciones cristianas- estaban muy por encima de las de ellos? Mi testimonio y vivencias tienden a validar muchísimo más esta última hipótesis.
Al mismo tiempo, a manera de segundo episodio, hubo otra ola gris (en términos telúricos deberíamos referirnos a ella como un tremendo tsunami y no simple ola), negra o gris con pespuntes negros, que estaría representada por diferentes figuras provenientes del Partido Socialista Popular, que enfilaron sus cañones contra figuras políticas de la izquierda e intelectuales (algunos de los cuales en el pasado habían sido expulsadas de dicho Partido, habían roto sus alianzas con el mismo por diferentes razones o diferido con el mismo en diversos temas). Raúl Roa, Alfredo Guevara, Vicentina Antuña, Enrique De la Osa, el propio Carlos Franqui y otros, se encontraban entre los atacados. Muchos viejos dirigentes del PSP –no todos, en honor a la verdad y distingo aquí a figuras como Carlos Rafael Rodríguez y José Felipe Carneado- también destilaban una marcada hostilidad contra las principales figuras del grupo Orígenes.
Mucho peor aún sería el intenso sectarismo político promovido por esos dirigentes del antiguo PSP. Los contornos políticos de ese sectarismo, sólo en parte discutidos públicamente por Fidel Castro, alcanzarían –en opinión de muchos dirigentes y cuadros en Cuba en esos momentos- ribetes de virtual intento de toma del poder o golpe de Estado por tales figuras con el aliento y respaldo del embajador soviético de entonces y alto oficial de la KGB, Serguei M. Kudriatzev, siguiendo instrucciones de Moscú. Alexander Alexeev y Oleg Darushenko –expertos soviéticos privilegiados en su participación de los acontecimientos cubanos de aquellos años- fueron testigos y partícipes de estos candentes acontecimientos y de los que poco o nada se habla o escribe. No por casualidad Kudriatzev sería expulsado de Cuba, junto a Anibal Escalante, a cajas destempladas y bajo fuerte escolta militar luego del discurso del 26 de marzo de 1962, en que Fidel Castro denunciara partes de esta trama.
En esos tiempos, figuras del PSP como Blas Roca, Anibal y César Escalante, Leonel Soto, Edith García Buchaca, Gaspar Jorge García Galló, Raúl Valdés Vivó, Mirta y Sergio Aguirre, Sidroc Ramos y otros se empeñaban en el ejercicio inútil de lo que debía o no debía leerse, estudiarse, expresarse. Y no sólo lo hacían con vehemencia nacida de convicciones –lo que puede considerarse hasta legítimo-, sino que muchos de ellos procuraban hacerlo desde sus respectivas e incrementadas cuotas de poder y mediante la intimidación y el abuso. Bajo sus alas protectoras prosperaban jóvenes como los Andrés Vilariño, los Merino, los Aldo Alvarez los Ravelo, los Bell Lara, los Bofill y muchos otros que ya olvido y que se conducían entonces como los hungweipings o guardias rojos de una anticipada –y por suerte malograda- revolución cultural a “la staliniana.”
En semejante contexto, tendría lugar la famosa reunión -con una nutrida representación de la intelectualidad cubana- en la Biblioteca Nacional con Fidel Castro a los efectos de discutir semejantes presiones e intentos bastardos de estos Torquemadas tropicales que tenían por norte normativo el llamado realismo socialista ratificado luego del mal llamado deshielo o crítica al stalinismo de 1956 (XX Congreso del PCUS).
En ese encuentro con los intelectuales -no olvidemos por un minuto el contexto de guerra civil y agresión extranjera que vivía el país-, Fidel Castro alentó amplios horizontes de la creación cultural en semejantes condiciones, pero sin arremeter frontalmente contra los Torquemadas tropicales. Más explícito y condenatorio lo sería en su discurso del 26 de Marzo de 1962 contra Anibal Escalante y en el análisis del caso de Matanzas, donde “el abuelo” Calderío (hermano de Blas) y Suárez (Indamiro Restano) eran culpables de políticas extremistas desastrosas que provocaron más alzamientos de guajiros que los propios fomentados por la CIA asi como las manifestaciones populares de descontento callejero en el ya casi olvidado incidente en Cárdenas, en el verano de 1962.
Las anécdotas de entonces abundan en un sentido y otro. Anécdota poco conocida de aquellos tiempos es aquella donde esos veladores del pensamiento llegaron hasta el punto de condenar una popular canción romántica (los Beatles no habían llegado al patio todavía) con el título de Adiós Felicidad. La cantante que la popularizó se la cantó a Fidel en plena calle y a él le pareció muy buena y afirmó que no tenía nada de reprobable...En el otro extremo del espectro, Blas Roca y otros rompían lanzas en contra del desarrollo de los estudios de Sociología en la Universidad de La Habana por considerar dicha disciplina una seudo ciencia burguesa, postura que simbolizaba la quintaesencia paralizante de las secuelas del stalinismo soviético.
Para aquilatar las enormes tensiones políticas que subyacían en este fenómeno, léanse con sumo cuidado las líneas que dedica el Ché a este fenómeno y su enorme carga negativa en El Hombre y el Socialismo en Cuba. El Ché desde muy temprano arremetió con su enorme capacidad contra el legado desastroso de la cultura manualesca, sovietizante y dogmática originada en Moscú e inoculada por medio de los vectores ya mencionados.[1]
Bajo el sectarismo y sus secuelas, los textos marxistas de factura francesa y la obras del francés Garaudy y del italiano Gramsci se silenciaban y aislaban[2]; la catequización marxista masiva se producía mediante las llamadas EBIR (Escuelas Básicas de Instrucción Revolucionaria), con una carga de dogmatismo y simplificaciones de la peor especie.
Apenas un año más tarde, en 1963, el sectarismo del viejo PSP afloraba nuevamente. Una vez más, Blas Roca y los instigadores detrás de él, se lanzaban contra Alfredo Guevara –con quien tenían viejas cuentas por considerarlo traidor al PSP por apoyar desde el inicio a Fidel y la línea insurreccional contra Batista- con la famosa polémica pública en torno a la exhibición del filme La Dolce Vita. Aunque Fidel llamaría a cesar la polémica dias más tarde, la misma había alcanzado suficiente vuelo para mostrar cuán diferentes posiciones y actitudes había con respecto a los temas de la creación artística y su difusión. No menos importante también había sido la polémica entre un grupo de cineastas con Mirta Aguirre y Edith García Buchaca, culminando con el documento titulado Conclusiones de un debate entre cineastas (1963).
Hacia la segunda mitad de los años 60, esa diversidad iría cobrando mayores polarizaciones, algunas de connotaciones particularmente negativas. Por un lado, en el seno de algunos de los órganos de la Seguridad del Estado (Contra-Inteligencia), ganaba amplitud, poder e influencia una dirección especializada en el área de la cultura bajo una figura de muy triste recordación por sus enfoques y acciones, una de las hermanas de Isidoro Malmierca (y me excusan por no recodar su nombre). Si su hermano había sido una figura clave de Anibal Escalante en el plano político en los años de extremo sectarismo, ella sería por unos cuantos años más, la real y verdadera figura máxima de la Inquisición policíaca contra el mundo de la intelectualidad, la encargada de inventar demonios y truculencias, sospechas y dudas contra numerosas figuras del mundo intelectual cubano que luego difundía y sembraba mediante infames informes entre la dirigencia revolucionaria, buscando ganar adeptos y méritos. Por suerte, dentro y fuera del MININT había muy diversas fuerzas y figuras (que discutiremos más adelante) que se le oponían, neutralizando una y otra vez no pocos de sus ataques y paquetes fabricados contra muy diversas figuras.
Por Domingo Amuchastegui
Los albores del 2007 en Cuba estuvieron caracterizados por intensos debates en el terreno de las ideas, tanto en los planos económico como en el de la creación artística. Y los debates continúan, lo que es muy saludable. Especial resonancia, y cobertura informativa, tuvo el debate entre creadores artísticos y literarios que se desató después de tres programas en la TV cubana con figuras de triste y conflictiva recordación y que en un pasado ya bien distante ostentaran importantes cargos relacionados con la creación y difusión cultural. Similar o tal vez mayor importancia tienen los debates e ideas que se manejan en el terreno de la experiencia cubana en la economía y de los cambios y reformas que semejante experiencia reclama.
Entre algunos de los involucrados en el debate acerca de las políticas culturales se repitieron los términos de “quinquenio gris” para calificar algunos años de los 70; otros alargaron el período hasta diez años y subieron el tono de gris a negro, caracterizándolos como “decenio negro,” pero en ambos casos coincidiendo en lo esencial: la presencia de políticas y acciones en el terreno de la creación artística y la difusión cultural que se distinguieron por prohibiciones absurdas y retardatarias, abusos, intimidaciones, aislamientos o “bloqueos burocráticos” (no publicación, no difusión, no salir a intercambios en el exterior) que dejaron heridas y resentimientos plenamente justificados entre los afectados.
Mis recuerdos, percepciones y propuestas de interpretación de aquellos tiempos son de otra índole, desde otras perspectivas y con otras connotaciones. No pretenden disminuir en grado alguno lo que se haya dicho o se pueda argumentar en un futuro sobre el tema en cuestión. Intentan ser, simplemente, un testimonio más, a manera de referencia de alguna utilidad, para las nuevas generaciones, en su crítica y mejor comprensión del pasado.
Primero que todo, quisiera aclarar que si bien se han aventurado algunas hipótesis y enfoques acerca de una especie de stalinismo tropicalizado, de un poder político esencialmente represor de toda manifestación cultural no santificada por el oficialismo y similares, no creo que sea éste el caso cubano. Nadie que conozca al stalinismo realmente puede con seriedad o rigor compararlo con las experiencias cubanas que estamos discutiendo; es como comparar un viento de cuaresma con un huracán categoría cinco. Y con esto no trato de justificar, disculpar ni minimizar lo ocurrido, sino simplemente contextualizarlo debidamente y en su justa medida.
No olvidemos cosas elementales, mi querido Watson... A todo poder organizado, le es característico la tentación de reglamentar y prohibir y, consiguientemente, de intimidar, abusar e incluso reprimir. Tal vez un ejemplo extremo sirva para ilustrar mi punto: Hace apenas unos dias leía a Leonard Pitts, uno de los columnistas más prestigiosos de EEUU, recordándonos cuanta intimidación, cuantas prohibiciones, silenciamientos y manipulaciones se habían originado en la administración Bush contra científicos y los resultados de sus trabajos, en torno al calentamiento global y otros temas. Y si queremos refrescar un poco más la memoria reciente recordemos Good Night and Good Luck, de George Clooney, el Fahrenheit/911, de Michael Moore o los excelentes ensayos de Ignacio Ramonet como La Tiranía de la Comunicación o Propagandas Silenciosas o las más tempranas contribuciones de Armand Mattelart...Retomando el refranero como fuente de conocimiento, me gusta recordar aquello de que en todas partes cuecen habas.
La otra dimensión que, notablemente, separa al caso cubano del horror stalinista en los planos de la creación artística –y en otros muchos que no vamos a discutir ahora- es el comportamiento del poder. El poder stalinista –luego de consolidado- se conducía como un bloque monolítico, constante y aplastante, mientras en el caso cubano lo que observamos es un comportamiento por parte del poder nada lineal, contradictorio, con diversas posiciones y actuaciones –tanto públicas como privadas- y con frecuentes desenlaces que nada tienen que ver con la brutalidad cavernaria del stalinismo.
Volviendo atrás
En estos meses he leído y releído anécdotas y episodios que ya tenía casi perdidos en la memoria asociados a los Pavón, Papito Serguera, Quesada y comparsa. Estas eran personas que poseían no sólo una indigencia intelectual mayúscula, sino que, sin clasificar siquiera como Torquemadas de menor cuantía, buscaban congraciarse con el poder y procurar su beneplácito y favores, mediante sus acciones, posando como puritanos veladores frente a la influencia de las manifestaciones extremas de la mal llamada cultura decadente del capitalismo y dispuestos a quemar a cuanta bruja se le antojara con tal de intentar acumular méritos con tales atropellos.
Lamentablemente para ellos, NUNCA tuvieron una política oficial, única, absoluta, específica y detallada que prohibiera a los Beatles, la pintura abstracta o erótica, el cine norteamericano, Los Siete Contra Tebas, Fuera de Juego o Los Condenados de Condado u otros de los contados extremos a que se llegó en algunos momentos...Por suerte, no contaron con un instrumento tal, aunque sí hubo, en determinadas coyunturas y períodos, fuertes corrientes a favor de que hubiera una tal política. Fueron aberraciones coyunturales o temporales que coexistieron con expresiones libérrimas de expresiones artísticas y literarias. Cuando recreamos el rosario quemante y vergonzoso de los episodios de los Quesada, Serguera o Pavón, paralelos a ellos, una y otra vez, brillan otras luces que no pueden olvidarse ni ser silenciadas (la Alfabetización, la escolarización masiva y sin límites, florecimiento de todas las artes, un cine extraordinario, de otros países y cubano, Conclusiones de un debate entre cineastas, Salón de Mayo en La Rampa, Canción Protesta, Congreso Cultural de La Habana, El Caimán Barbudo, novedoso periodismo como Siquitrilla y Fantomas, obras como Paradiso, Pensamiento Crítico, Grupo de Experimentación Sonora, debate en torno El Caso Morgan y todo lo demás). Y esto no hace sino probar, una vez más, que nunca hubo un bloque doctrinario absoluto y aplastante del tipo Stalin-Zhdanov y sí una dialéctica de conflicto en todas las instancias, niveles y figuras, y no sólo de la creación artística, sino también de la dirigencia política revolucionaria.
El recorrido de esta experiencia no es privativo de un quinquenio o década; estuvo presente hasta los 90 y pudiera manifestarse de nuevo, pero, sin duda, para salir mal parada. Los hechos recientes así lo demuestran.
Establecida esta premisa, al menos desde mi perspectiva y sin otra pretensión que refrescar la memoria histórica, pasemos, como buen cuentero, que no es lo mismo que cuentista, a examinar los procesos que están a debate.
La discusión del pasado algunos la remontan a Habana PM, pero yo no. Este documental no es el primer episodio ni remotamente y no sólo esto. Habana PM –en mi opinión se trató de un documental de poca monta acerca de una Habana que ya dejaba de ser eso que se describía y carente de valores u originalidad-, recibió la crítica oficial, cierto, pero muchísimo más que eso, recibió el rechazo y la condena de la abrumadora mayoría de la gente que lo vio y ahí quedó, sin penas, glorias, ni secuelas.
Desde mi perspectiva, el primer episodio está representado por el semanario Lunes de Revolución. No obstante sus enormes cualidades y sus muy heterogéneos componentes, Lunes –con el respaldo oficioso que tenía y que buscaba ampliar tratando de sentar cátedra- en la pluma de algunos de sus escritores más brillantes arremetieron con ánimos iconoclastas contra los fundadores y escritores del grupo Orígenes. ¿Estaban acaso Fidel Castro o Raúl Castro instigando a estos escritores en contra de Orígenes? Nada más distante de la realidad.¿ O acaso eran Carlos Franqui y dichos escritores, quienes en un arranque típico de sarampión destructivo, buscaban una especie de magistratura cultural en tiempos de revolución, tratando de anular a un grupo cuyas credenciales literarias, honestidad y humanidad –más sus convicciones cristianas- estaban muy por encima de las de ellos? Mi testimonio y vivencias tienden a validar muchísimo más esta última hipótesis.
Al mismo tiempo, a manera de segundo episodio, hubo otra ola gris (en términos telúricos deberíamos referirnos a ella como un tremendo tsunami y no simple ola), negra o gris con pespuntes negros, que estaría representada por diferentes figuras provenientes del Partido Socialista Popular, que enfilaron sus cañones contra figuras políticas de la izquierda e intelectuales (algunos de los cuales en el pasado habían sido expulsadas de dicho Partido, habían roto sus alianzas con el mismo por diferentes razones o diferido con el mismo en diversos temas). Raúl Roa, Alfredo Guevara, Vicentina Antuña, Enrique De la Osa, el propio Carlos Franqui y otros, se encontraban entre los atacados. Muchos viejos dirigentes del PSP –no todos, en honor a la verdad y distingo aquí a figuras como Carlos Rafael Rodríguez y José Felipe Carneado- también destilaban una marcada hostilidad contra las principales figuras del grupo Orígenes.
Mucho peor aún sería el intenso sectarismo político promovido por esos dirigentes del antiguo PSP. Los contornos políticos de ese sectarismo, sólo en parte discutidos públicamente por Fidel Castro, alcanzarían –en opinión de muchos dirigentes y cuadros en Cuba en esos momentos- ribetes de virtual intento de toma del poder o golpe de Estado por tales figuras con el aliento y respaldo del embajador soviético de entonces y alto oficial de la KGB, Serguei M. Kudriatzev, siguiendo instrucciones de Moscú. Alexander Alexeev y Oleg Darushenko –expertos soviéticos privilegiados en su participación de los acontecimientos cubanos de aquellos años- fueron testigos y partícipes de estos candentes acontecimientos y de los que poco o nada se habla o escribe. No por casualidad Kudriatzev sería expulsado de Cuba, junto a Anibal Escalante, a cajas destempladas y bajo fuerte escolta militar luego del discurso del 26 de marzo de 1962, en que Fidel Castro denunciara partes de esta trama.
En esos tiempos, figuras del PSP como Blas Roca, Anibal y César Escalante, Leonel Soto, Edith García Buchaca, Gaspar Jorge García Galló, Raúl Valdés Vivó, Mirta y Sergio Aguirre, Sidroc Ramos y otros se empeñaban en el ejercicio inútil de lo que debía o no debía leerse, estudiarse, expresarse. Y no sólo lo hacían con vehemencia nacida de convicciones –lo que puede considerarse hasta legítimo-, sino que muchos de ellos procuraban hacerlo desde sus respectivas e incrementadas cuotas de poder y mediante la intimidación y el abuso. Bajo sus alas protectoras prosperaban jóvenes como los Andrés Vilariño, los Merino, los Aldo Alvarez los Ravelo, los Bell Lara, los Bofill y muchos otros que ya olvido y que se conducían entonces como los hungweipings o guardias rojos de una anticipada –y por suerte malograda- revolución cultural a “la staliniana.”
En semejante contexto, tendría lugar la famosa reunión -con una nutrida representación de la intelectualidad cubana- en la Biblioteca Nacional con Fidel Castro a los efectos de discutir semejantes presiones e intentos bastardos de estos Torquemadas tropicales que tenían por norte normativo el llamado realismo socialista ratificado luego del mal llamado deshielo o crítica al stalinismo de 1956 (XX Congreso del PCUS).
En ese encuentro con los intelectuales -no olvidemos por un minuto el contexto de guerra civil y agresión extranjera que vivía el país-, Fidel Castro alentó amplios horizontes de la creación cultural en semejantes condiciones, pero sin arremeter frontalmente contra los Torquemadas tropicales. Más explícito y condenatorio lo sería en su discurso del 26 de Marzo de 1962 contra Anibal Escalante y en el análisis del caso de Matanzas, donde “el abuelo” Calderío (hermano de Blas) y Suárez (Indamiro Restano) eran culpables de políticas extremistas desastrosas que provocaron más alzamientos de guajiros que los propios fomentados por la CIA asi como las manifestaciones populares de descontento callejero en el ya casi olvidado incidente en Cárdenas, en el verano de 1962.
Las anécdotas de entonces abundan en un sentido y otro. Anécdota poco conocida de aquellos tiempos es aquella donde esos veladores del pensamiento llegaron hasta el punto de condenar una popular canción romántica (los Beatles no habían llegado al patio todavía) con el título de Adiós Felicidad. La cantante que la popularizó se la cantó a Fidel en plena calle y a él le pareció muy buena y afirmó que no tenía nada de reprobable...En el otro extremo del espectro, Blas Roca y otros rompían lanzas en contra del desarrollo de los estudios de Sociología en la Universidad de La Habana por considerar dicha disciplina una seudo ciencia burguesa, postura que simbolizaba la quintaesencia paralizante de las secuelas del stalinismo soviético.
Para aquilatar las enormes tensiones políticas que subyacían en este fenómeno, léanse con sumo cuidado las líneas que dedica el Ché a este fenómeno y su enorme carga negativa en El Hombre y el Socialismo en Cuba. El Ché desde muy temprano arremetió con su enorme capacidad contra el legado desastroso de la cultura manualesca, sovietizante y dogmática originada en Moscú e inoculada por medio de los vectores ya mencionados.[1]
Bajo el sectarismo y sus secuelas, los textos marxistas de factura francesa y la obras del francés Garaudy y del italiano Gramsci se silenciaban y aislaban[2]; la catequización marxista masiva se producía mediante las llamadas EBIR (Escuelas Básicas de Instrucción Revolucionaria), con una carga de dogmatismo y simplificaciones de la peor especie.
Apenas un año más tarde, en 1963, el sectarismo del viejo PSP afloraba nuevamente. Una vez más, Blas Roca y los instigadores detrás de él, se lanzaban contra Alfredo Guevara –con quien tenían viejas cuentas por considerarlo traidor al PSP por apoyar desde el inicio a Fidel y la línea insurreccional contra Batista- con la famosa polémica pública en torno a la exhibición del filme La Dolce Vita. Aunque Fidel llamaría a cesar la polémica dias más tarde, la misma había alcanzado suficiente vuelo para mostrar cuán diferentes posiciones y actitudes había con respecto a los temas de la creación artística y su difusión. No menos importante también había sido la polémica entre un grupo de cineastas con Mirta Aguirre y Edith García Buchaca, culminando con el documento titulado Conclusiones de un debate entre cineastas (1963).
Hacia la segunda mitad de los años 60, esa diversidad iría cobrando mayores polarizaciones, algunas de connotaciones particularmente negativas. Por un lado, en el seno de algunos de los órganos de la Seguridad del Estado (Contra-Inteligencia), ganaba amplitud, poder e influencia una dirección especializada en el área de la cultura bajo una figura de muy triste recordación por sus enfoques y acciones, una de las hermanas de Isidoro Malmierca (y me excusan por no recodar su nombre). Si su hermano había sido una figura clave de Anibal Escalante en el plano político en los años de extremo sectarismo, ella sería por unos cuantos años más, la real y verdadera figura máxima de la Inquisición policíaca contra el mundo de la intelectualidad, la encargada de inventar demonios y truculencias, sospechas y dudas contra numerosas figuras del mundo intelectual cubano que luego difundía y sembraba mediante infames informes entre la dirigencia revolucionaria, buscando ganar adeptos y méritos. Por suerte, dentro y fuera del MININT había muy diversas fuerzas y figuras (que discutiremos más adelante) que se le oponían, neutralizando una y otra vez no pocos de sus ataques y paquetes fabricados contra muy diversas figuras.
Etiquetas:
Cuba,
debate ideológico,
política cultural,
quinquenio gris
26/8/07
El chiste de los domingos
Como el primer sanitario estaba ocupado Manuel pasó al siguiente. En cuanto se sentó, una voz de al lado dijo:
- Hola, ¿qué haces?
- Pues aquí, de viaje hacia el norte – respondió el gallego Manuel.
- ¿Y se puede saber de qué se trata? -preguntó el señor de al lado.
- Sí, claro -contestó Manuel un poco forzado- no es ningún secreto, voy a Puerto Plata y luego a Montecristi.
- Supongo que andas detrás de algún buen negocio -dijo el señor con seguridad.
- Sí, bueno... -contestó medio arrepentido de haber dado pie a esa conversación- eso espero ya que las posibilidades no son malas...
- ¿Sabes qué? -dijo enojado el señor de al lado- luego te vuelvo a llamar, se le está acabando la pila a mi celular y aquí al lado hay un comemierda que responde a todo lo que te pregunto.
- Hola, ¿qué haces?
- Pues aquí, de viaje hacia el norte – respondió el gallego Manuel.
- ¿Y se puede saber de qué se trata? -preguntó el señor de al lado.
- Sí, claro -contestó Manuel un poco forzado- no es ningún secreto, voy a Puerto Plata y luego a Montecristi.
- Supongo que andas detrás de algún buen negocio -dijo el señor con seguridad.
- Sí, bueno... -contestó medio arrepentido de haber dado pie a esa conversación- eso espero ya que las posibilidades no son malas...
- ¿Sabes qué? -dijo enojado el señor de al lado- luego te vuelvo a llamar, se le está acabando la pila a mi celular y aquí al lado hay un comemierda que responde a todo lo que te pregunto.
Etiquetas:
Cuba,
el chiste de los domingos,
humor
25/8/07
Enano ingresa con pene pegado a una aspiradora
Un artista enano, conocido por sus espectáculos excéntricos, fue hospitalizado de urgencia después de introducir su pene en una aspiradora, de la que no era posible extraer el miembro viril a causa de una mala maniobra.
El incidente se produjo mientras Daniel Blackner, apodado 'Capitán Dan, el enano demoníaco', del Circo del Horror, preparaba un espectáculo en el que debía atravesar el escenario con su pene dentro de un tubo de aspiradora, según la agencia Press Association.
El dispositivo que unía el aparato con el órgano sexual se soltó y el 'Capitán Dan' intentó repararlo con un pegamento muy fuerte. Blackner dejó secar el pegamento durante 20 segundos, en lugar de los 20 minutos recomendados. Al "conectarse" a la aspiradora antes de ingresar al escenario, el pegamento no se hallaba seco por lo que su pene se adhirió al aparato.
El artista enano debió ser llevado de urgencia a un hospital de Edimburgo, en el que su personal logró liberar su órgano sexual después de una hora de esfuerzos."Me encontré pegado a una aspiradora, sobre una silla de ruedas", dijo Blackner, quien aseguró que se trató del "momento más molesto de mi vida". "Habría querido que se me tragara la tierra.
Y otro enano fañoso, también del circo, declaró con acento leporino: " Onñ la inga no se juega".
El incidente se produjo mientras Daniel Blackner, apodado 'Capitán Dan, el enano demoníaco', del Circo del Horror, preparaba un espectáculo en el que debía atravesar el escenario con su pene dentro de un tubo de aspiradora, según la agencia Press Association.
El dispositivo que unía el aparato con el órgano sexual se soltó y el 'Capitán Dan' intentó repararlo con un pegamento muy fuerte. Blackner dejó secar el pegamento durante 20 segundos, en lugar de los 20 minutos recomendados. Al "conectarse" a la aspiradora antes de ingresar al escenario, el pegamento no se hallaba seco por lo que su pene se adhirió al aparato.
El artista enano debió ser llevado de urgencia a un hospital de Edimburgo, en el que su personal logró liberar su órgano sexual después de una hora de esfuerzos."Me encontré pegado a una aspiradora, sobre una silla de ruedas", dijo Blackner, quien aseguró que se trató del "momento más molesto de mi vida". "Habría querido que se me tragara la tierra.
Y otro enano fañoso, también del circo, declaró con acento leporino: " Onñ la inga no se juega".
Etiquetas:
Accidentes de circo,
curiosidades,
pene
23/8/07
Una historia de amor en La Habana
Una majestuosa mansión nace de una bella historia de amor que a principios de siglo conmocionó a la sociedad habanera. El escándalo sin embargo no pudo detener una pasión que, respaldada por el mejor de los sentimientos, el amor, llegó para quedarse y llevar a sus protagonistas a acontecimientos inusuales en la época.
Ella, Catalina Laza del Río Noriega, natural de Cárdenas, Matanzas; una mujer descrita por la prensa como “La Maga Halagadora”, ganadora de concursos de belleza, admirada por sus grandes ojos azules, su piel de nácar y su hermosa figura. Se casó en 1898 en Tampa, EEUU, con Pedro Luis Estévez Abreu (hijo de la patriota Marta Abreu y del Vicepresidente de la República) y al finalizar la Guerra de Independencia se establecen en La Habana, aunque realizaban numerosos viajes a París, donde también tenían residencia.
Él, Don Juan Pedro Baró, uno de los principales hacendados azucareros de la isla y hábil financiero, casado en ese tiempo con Rosa Varona, con la cual tenía una hija.
Se conocieron en uno de los grandes salones de baile en París, alejados de las estrecheces e hipocresías de la aristocracia. El encuentro fue breve, corto el diálogo, pero desbordante la ternura que desde el primer momento marcó esta relación, predestinada a desafiar los más conservadores códigos de la época. Esta joven de castaños rizos encontró el verdadero amor bajo la mirada del hacendado Juan Pedro Baró.
El romance había nacido, se mantuvo oculto hasta que fue descubierto por la tía del esposo, Rosalía Abreu de Castro, quien contrata a un detective privado que sorprende a los amantes en una suite del Hotel Inglaterra alquilada por Pedro Baró. Ella pidió la disolución del matrimonio, pero el esposo temía perder el gran prestigio de su apellido. Fue entonces cuando deciden hacer público su amor.
Cuentan que una vez entraron al teatro juntos. Ante la sinceridad de la pareja los asistentes abandonaron, uno a uno, el recinto. Desde el escenario los actores descubrieron conmovidos la triste silueta de un hombre que acariciaba en silencio las lágrimas de una mujer, y como si el teatro estuviera lleno continuaron la función. Entonces Catalina, agradecida, lanzó al escenario todas sus joyas.
El marido, furioso ante el escándalo provocado, la acusa ante la Ley de bigamia y adulterio; en la Cuba de principios de siglo no quedaba mucha felicidad para ellos. En todas las revistas y periódicos aparecían sus fotos con comentarios, acusaciones y hasta inventos. Así fue que viajaron hasta Europa, no para buscar un refugio sino, más bien, para cumplir con un destierro impuesto.
Poco tiempo después, durante una fiesta que se celebraba en la residencia de un cubano en París, Catalina se marcha ocultamente con Pedro Baró, casándose poco después al amparo de las leyes francesas y montan una lujosa casa en París, donde residen con gran fastuosidad.
Huyendo de las acusaciones de bigamia y adulterio impuestas por su esposo, y en busca de consuelo, los amantes tocaron la puerta del Vaticano. Durante gran parte de la tarde el Papa Pío XII escuchó su historia. Quizás conmovido, la máxima autoridad católica bendijo a los dos enamorados y dispuso la disolución del ya caduco matrimonio. Hasta que la muerte nos separe… se escurrió el susurro entre los caprichos del viento y las hojas perdidas cuando al pie de la supuesta tumba de Romeo y Julieta , se juraron amor para siempre.
Corría el año 1917 en Cuba, y el Presidente de la República, Mario García Menocal, firma la ley del divorcio, así los jóvenes decidieron regresar a su tierra, y ese mismo año quedan registrados oficialmente los primeros divorcio en Cuba: los de Luis Estévez con Catalina Lasa y Pedro Baró con Rosa Varona.
Los vecinos del habanero Vedado despertaron los primeros días de 1925 con la sorpresa de ver gigantescos cimientos en la Avenida Paseo. Los afamados arquitectos Govantes y Cabarrocas construyeron esta mansión que el riquísimo hacendado Juan Pedro Baró regalara a su bella esposa Catalina.
Realizada en un estilo totalmente ecléctico, con fachada renacentista florentino e interiores en Art Decó combinado con referencias egipcias, mármoles todos de Carrara. Se dice que la arena usada en los revestimientos se trajo desde las orillas de río Nilo, y los estucos fueron realizados por la casa “Dominique” de Francia, quien envió su personal a Cuba para realizar esos trabajos por el método “en caliente”.
La mesa, para doce comensales, es de mármol blanco construida in situ , con un espejo rectangular al centro. Bordea toda la mesa una cenefa de mármol amarillo con jaspe negro. Las paredes están terminadas con estuco amarillo.
La escalera, diseñada en forma helicoidal, tiene la baranda de hierro entorchado y cuadrangular, con un pasamano de plata laminada. En el centro del hueco que forma la escalera, hay una columna con una escultura de mármol. Al fondo, un vitral de enormes proporciones diseñado por Gaetan Leannin, de la casa A. Billancourt de París. La lámpara que ilumina la escalera es de cristal de Murano.
La jardinería fue proyectada por el francés Forrestier, autor de los jardines del Paseo del Prado , realizada por la casa Lemón Legriñá & Co., a la sazón la mejor de La Habana en este tipo de trabajos. Los muebles diseñados por Pedro Luis Estévez Lasa – hijo del primer matrimonio de Catalina.
En el proyecto también participó el afamado cristalero francés René Lalique, quien años después decoró el monumental panteón que Baró construyó para su señora en el Cementerio de Colón.
En poco tiempo se alzó un palacio soberbio, la primera casa inspirada en el estilo Art Decó en toda la isla. La misma aristocracia que tanto los discriminó y calumnió, asistía a la inauguración en octubre de 1927. Se dice que Baró mandó a diseñar una joya única como regalo a cada uno de los invitados; junto a cuadros de famosos pintores cubanos se enviaron las invitaciones a la inauguración del palacete.
En el jardín de la casona Juan Pedro hizo sembrar un rosal único, llamado “La Enamorada”, una rosa amarrilla, nacida del injerto de floricultores habaneros del Jardín El Fénix, una rosa redonda y de pétalos muy cerrados llamada Catalina.
Comenzaba así una felicidad que no duraría mucho tiempo, pues pocas veces la joven enamorada pudo verla florecer. Parecía que aún con tanto amor se le escapaba la vida. El 3 de diciembre de 1930, en los brazos de Juan Pedro, cerró los ojos Catalina. Su mirada azul se extinguió para siempre. Se apagó el eco, se desvaneció el hechizo de su risa.
Se dice que fue el entierro más elegante de la historia, los hombres vestían de frac y las mujeres de largo. Y a ella se le enterró como se entierran a las reinas egipcias, con todas sus joyas.
Catalina fue sepultada, en efecto, en el panteón que Juan Pedro mandó a construir casi al mismo tiempo que la casa, en la avenida principal de la Necrópolis de Colón; una gran mole de estilo Art Déco, semicircular, de mármol y con dos puertas monumentales que lucen sendos ángeles de alas amplias en bajorrelieve. La obra costó un poco más de un cuarto de millón de pesos en oro.
Pedro murió 10 años después de haber enviudado. Cuentan que se hizo enterrar de pie para velar de cerca el sueño de su amada Catalina, pero la tumba guardó siempre el secreto. Sus puertas con ángeles de granito negro nunca más se abrieron.
Al morir Baró, en la década del 40, su hija se queda con la casa. Al final de los años 50 los Embajadores de Francia la viven por un tiempo; luego en los 60 pasa a ser la Casa Cuba – URSS. A la caída de ésta, la mansión se cierra hasta el 2 de mayo de 1995, fecha en que se inaugura el Palacio de Amor de Catalina y Pedro como “La Casa de la Amistad y la Solidaridad de Cuba y los Pueblos”.
Fuente: Cubarte
Ella, Catalina Laza del Río Noriega, natural de Cárdenas, Matanzas; una mujer descrita por la prensa como “La Maga Halagadora”, ganadora de concursos de belleza, admirada por sus grandes ojos azules, su piel de nácar y su hermosa figura. Se casó en 1898 en Tampa, EEUU, con Pedro Luis Estévez Abreu (hijo de la patriota Marta Abreu y del Vicepresidente de la República) y al finalizar la Guerra de Independencia se establecen en La Habana, aunque realizaban numerosos viajes a París, donde también tenían residencia.
Él, Don Juan Pedro Baró, uno de los principales hacendados azucareros de la isla y hábil financiero, casado en ese tiempo con Rosa Varona, con la cual tenía una hija.
Se conocieron en uno de los grandes salones de baile en París, alejados de las estrecheces e hipocresías de la aristocracia. El encuentro fue breve, corto el diálogo, pero desbordante la ternura que desde el primer momento marcó esta relación, predestinada a desafiar los más conservadores códigos de la época. Esta joven de castaños rizos encontró el verdadero amor bajo la mirada del hacendado Juan Pedro Baró.
El romance había nacido, se mantuvo oculto hasta que fue descubierto por la tía del esposo, Rosalía Abreu de Castro, quien contrata a un detective privado que sorprende a los amantes en una suite del Hotel Inglaterra alquilada por Pedro Baró. Ella pidió la disolución del matrimonio, pero el esposo temía perder el gran prestigio de su apellido. Fue entonces cuando deciden hacer público su amor.
Cuentan que una vez entraron al teatro juntos. Ante la sinceridad de la pareja los asistentes abandonaron, uno a uno, el recinto. Desde el escenario los actores descubrieron conmovidos la triste silueta de un hombre que acariciaba en silencio las lágrimas de una mujer, y como si el teatro estuviera lleno continuaron la función. Entonces Catalina, agradecida, lanzó al escenario todas sus joyas.
El marido, furioso ante el escándalo provocado, la acusa ante la Ley de bigamia y adulterio; en la Cuba de principios de siglo no quedaba mucha felicidad para ellos. En todas las revistas y periódicos aparecían sus fotos con comentarios, acusaciones y hasta inventos. Así fue que viajaron hasta Europa, no para buscar un refugio sino, más bien, para cumplir con un destierro impuesto.
Poco tiempo después, durante una fiesta que se celebraba en la residencia de un cubano en París, Catalina se marcha ocultamente con Pedro Baró, casándose poco después al amparo de las leyes francesas y montan una lujosa casa en París, donde residen con gran fastuosidad.
Huyendo de las acusaciones de bigamia y adulterio impuestas por su esposo, y en busca de consuelo, los amantes tocaron la puerta del Vaticano. Durante gran parte de la tarde el Papa Pío XII escuchó su historia. Quizás conmovido, la máxima autoridad católica bendijo a los dos enamorados y dispuso la disolución del ya caduco matrimonio. Hasta que la muerte nos separe… se escurrió el susurro entre los caprichos del viento y las hojas perdidas cuando al pie de la supuesta tumba de Romeo y Julieta , se juraron amor para siempre.
Corría el año 1917 en Cuba, y el Presidente de la República, Mario García Menocal, firma la ley del divorcio, así los jóvenes decidieron regresar a su tierra, y ese mismo año quedan registrados oficialmente los primeros divorcio en Cuba: los de Luis Estévez con Catalina Lasa y Pedro Baró con Rosa Varona.
Los vecinos del habanero Vedado despertaron los primeros días de 1925 con la sorpresa de ver gigantescos cimientos en la Avenida Paseo. Los afamados arquitectos Govantes y Cabarrocas construyeron esta mansión que el riquísimo hacendado Juan Pedro Baró regalara a su bella esposa Catalina.
Realizada en un estilo totalmente ecléctico, con fachada renacentista florentino e interiores en Art Decó combinado con referencias egipcias, mármoles todos de Carrara. Se dice que la arena usada en los revestimientos se trajo desde las orillas de río Nilo, y los estucos fueron realizados por la casa “Dominique” de Francia, quien envió su personal a Cuba para realizar esos trabajos por el método “en caliente”.
La mesa, para doce comensales, es de mármol blanco construida in situ , con un espejo rectangular al centro. Bordea toda la mesa una cenefa de mármol amarillo con jaspe negro. Las paredes están terminadas con estuco amarillo.
La escalera, diseñada en forma helicoidal, tiene la baranda de hierro entorchado y cuadrangular, con un pasamano de plata laminada. En el centro del hueco que forma la escalera, hay una columna con una escultura de mármol. Al fondo, un vitral de enormes proporciones diseñado por Gaetan Leannin, de la casa A. Billancourt de París. La lámpara que ilumina la escalera es de cristal de Murano.
La jardinería fue proyectada por el francés Forrestier, autor de los jardines del Paseo del Prado , realizada por la casa Lemón Legriñá & Co., a la sazón la mejor de La Habana en este tipo de trabajos. Los muebles diseñados por Pedro Luis Estévez Lasa – hijo del primer matrimonio de Catalina.
En el proyecto también participó el afamado cristalero francés René Lalique, quien años después decoró el monumental panteón que Baró construyó para su señora en el Cementerio de Colón.
En poco tiempo se alzó un palacio soberbio, la primera casa inspirada en el estilo Art Decó en toda la isla. La misma aristocracia que tanto los discriminó y calumnió, asistía a la inauguración en octubre de 1927. Se dice que Baró mandó a diseñar una joya única como regalo a cada uno de los invitados; junto a cuadros de famosos pintores cubanos se enviaron las invitaciones a la inauguración del palacete.
En el jardín de la casona Juan Pedro hizo sembrar un rosal único, llamado “La Enamorada”, una rosa amarrilla, nacida del injerto de floricultores habaneros del Jardín El Fénix, una rosa redonda y de pétalos muy cerrados llamada Catalina.
Comenzaba así una felicidad que no duraría mucho tiempo, pues pocas veces la joven enamorada pudo verla florecer. Parecía que aún con tanto amor se le escapaba la vida. El 3 de diciembre de 1930, en los brazos de Juan Pedro, cerró los ojos Catalina. Su mirada azul se extinguió para siempre. Se apagó el eco, se desvaneció el hechizo de su risa.
Se dice que fue el entierro más elegante de la historia, los hombres vestían de frac y las mujeres de largo. Y a ella se le enterró como se entierran a las reinas egipcias, con todas sus joyas.
Catalina fue sepultada, en efecto, en el panteón que Juan Pedro mandó a construir casi al mismo tiempo que la casa, en la avenida principal de la Necrópolis de Colón; una gran mole de estilo Art Déco, semicircular, de mármol y con dos puertas monumentales que lucen sendos ángeles de alas amplias en bajorrelieve. La obra costó un poco más de un cuarto de millón de pesos en oro.
Pedro murió 10 años después de haber enviudado. Cuentan que se hizo enterrar de pie para velar de cerca el sueño de su amada Catalina, pero la tumba guardó siempre el secreto. Sus puertas con ángeles de granito negro nunca más se abrieron.
Al morir Baró, en la década del 40, su hija se queda con la casa. Al final de los años 50 los Embajadores de Francia la viven por un tiempo; luego en los 60 pasa a ser la Casa Cuba – URSS. A la caída de ésta, la mansión se cierra hasta el 2 de mayo de 1995, fecha en que se inaugura el Palacio de Amor de Catalina y Pedro como “La Casa de la Amistad y la Solidaridad de Cuba y los Pueblos”.
Fuente: Cubarte
Etiquetas:
casa de la amistad,
Catalina Laza,
Cuba,
Historia socialcubana,
mansiones cubanas
22/8/07
Cubanos: siempre alante
Los cubanos somos globeros, desde Matías Pérez; exagerados (recuérdese el pedo de Atanasio) y portadores de un gran sentido del humor (piénsese en Pepito). ¿Pero es esa la única imagen de cierta cubanidad atribuida? A pesar de algunas soluciones tardías, en muchos y variados campos del conocimiento hemos sido adelantados. Por ejemplo:
Cuba no tuvo moneda propia hasta el año 1915, cuando la primera acuñación ocurrió durante el gobierno de Mario García Menocal. Pero ese pequeño desliz se compensa con estos logros históricos:
Cuba tuvo el primer ferrocarril de América Latina, once años antes que España, su metrópoli colonial. Se inauguró el 19 de noviembre de 1837 y cubría la ruta Habana - Güines.
El primer sistema de alumbrado eléctrico de Cuba data de hace más de 110 años. Fue inaugurado en La Habana en marzo de 1889 e iluminaba algunas calles, el Parque de Isabel II y el Paseo de Isabel la Católica.
El primer tranvía circuló en Cuba desde hace más de un siglo. Fue en marzo de 1900 y unía Regla y Guanabacoa con un trayecto de 4Km.
El primer impreso cubano fue realizado en 1723. Se trataba de la Tarifa General de Precios de Medicinas y fue impresa el 11 de febrero de ese año.
La primera emisión de radio cubana fue en inglés y no en español. Ocurrió el 10 de octubre de 1922 al ser inaugurada la PWX por el presidente Alfredo Zayas; la primera voz que se escuchó fue la de Raúl Falcón, que presentó el mensaje presidencial en inglés al igual que el presidente al inaugurarla.
Cuba fue uno de los primeros países en tener emisiones de TV. Se inauguró Unión Radio Canal 4 el 24 de octubre de 1950, desde la casa de Gaspar Pumarejo en La Habana y las primeras imágenes trasmitidas fueron publicidad de los cigarros Competidora Gaditana y la Cerveza Cristal, así como un espectáculo con Pedro Almendariz y Carmen Montejo.
Cuba fue el segundo país del mundo, después de USA, en trasmitir la televisión en colores. Ocurrió en 1958 y permitió a Cuba tener el tercer canal de TV a color de la historia del mundo.
El primer vuelo internacional de la aviación latinoamericana fue realizado por cubanos. Ocurrió el 17 de mayo de 1913 de Cuba a Cayo Hueso, duró 2 horas 40 minutos y fueron los pilotos cubanos Agustín Parlay Domingo Roselló, quienes establecieron un record mundial.
Se dice también que la Marina de Guerra Cubana hundió el único submarino alemán neutralizado en el Caribe durante la Segunda Guerra Mundial.
El primer automóvil circuló por las calles de La Habana en 1900. Se acepta esta fecha por todos los autores, aunque algunos han recogido su llegada a Cuba en diciembre de 1898.
Un cubano fue el primer cosmonauta latinoamericano: Arnaldo Tamayo, quien a bordo del "Soyuz 18" realizó este viaje espacial el 18 de septiembre de 1980.
El primer periódico cubano se publicó en 1764 y se llamaba "La Gaceta deLa Habana".
La Ley del Divorcio se promulgó en Cuba en 1918.
El Primer Banco de Sangre Cubano se estableció en 1945.
Un cubano dio la primera anestesia con éter el 10 de marzo de 1847. En ese año se realizaron intervenciones con anestesia por éter en varios países de América Latina, pero por unos días de diferencia la primera se realizó en Cuba por el Dr. Vicente Antonio de Castro.
Cuba tuvo su primer Departamento de Rayos X en 1907. Fue en el antiguo hospital de las Mercedes, hoy Manuel Fajardo, inaugurado el 1 de mayo de1907 y dirigido por el Dr. Francisco Domínguez Roldán.
Cuba no tuvo moneda propia hasta el año 1915, cuando la primera acuñación ocurrió durante el gobierno de Mario García Menocal. Pero ese pequeño desliz se compensa con estos logros históricos:
Cuba tuvo el primer ferrocarril de América Latina, once años antes que España, su metrópoli colonial. Se inauguró el 19 de noviembre de 1837 y cubría la ruta Habana - Güines.
El primer sistema de alumbrado eléctrico de Cuba data de hace más de 110 años. Fue inaugurado en La Habana en marzo de 1889 e iluminaba algunas calles, el Parque de Isabel II y el Paseo de Isabel la Católica.
El primer tranvía circuló en Cuba desde hace más de un siglo. Fue en marzo de 1900 y unía Regla y Guanabacoa con un trayecto de 4Km.
El primer impreso cubano fue realizado en 1723. Se trataba de la Tarifa General de Precios de Medicinas y fue impresa el 11 de febrero de ese año.
La primera emisión de radio cubana fue en inglés y no en español. Ocurrió el 10 de octubre de 1922 al ser inaugurada la PWX por el presidente Alfredo Zayas; la primera voz que se escuchó fue la de Raúl Falcón, que presentó el mensaje presidencial en inglés al igual que el presidente al inaugurarla.
Cuba fue uno de los primeros países en tener emisiones de TV. Se inauguró Unión Radio Canal 4 el 24 de octubre de 1950, desde la casa de Gaspar Pumarejo en La Habana y las primeras imágenes trasmitidas fueron publicidad de los cigarros Competidora Gaditana y la Cerveza Cristal, así como un espectáculo con Pedro Almendariz y Carmen Montejo.
Cuba fue el segundo país del mundo, después de USA, en trasmitir la televisión en colores. Ocurrió en 1958 y permitió a Cuba tener el tercer canal de TV a color de la historia del mundo.
El primer vuelo internacional de la aviación latinoamericana fue realizado por cubanos. Ocurrió el 17 de mayo de 1913 de Cuba a Cayo Hueso, duró 2 horas 40 minutos y fueron los pilotos cubanos Agustín Parlay Domingo Roselló, quienes establecieron un record mundial.
Se dice también que la Marina de Guerra Cubana hundió el único submarino alemán neutralizado en el Caribe durante la Segunda Guerra Mundial.
El primer automóvil circuló por las calles de La Habana en 1900. Se acepta esta fecha por todos los autores, aunque algunos han recogido su llegada a Cuba en diciembre de 1898.
Un cubano fue el primer cosmonauta latinoamericano: Arnaldo Tamayo, quien a bordo del "Soyuz 18" realizó este viaje espacial el 18 de septiembre de 1980.
El primer periódico cubano se publicó en 1764 y se llamaba "La Gaceta deLa Habana".
La Ley del Divorcio se promulgó en Cuba en 1918.
El Primer Banco de Sangre Cubano se estableció en 1945.
Un cubano dio la primera anestesia con éter el 10 de marzo de 1847. En ese año se realizaron intervenciones con anestesia por éter en varios países de América Latina, pero por unos días de diferencia la primera se realizó en Cuba por el Dr. Vicente Antonio de Castro.
Cuba tuvo su primer Departamento de Rayos X en 1907. Fue en el antiguo hospital de las Mercedes, hoy Manuel Fajardo, inaugurado el 1 de mayo de1907 y dirigido por el Dr. Francisco Domínguez Roldán.
Etiquetas:
Cuba,
curiosidades,
tecnologías en la historia de Cuba
19/8/07
Adivinando a Fidel
Los rumores acerca del estado de salud de Fidel Castro desatados a nivel de algunos blogs de temas cubanos, y posteriormente reproducidos por algunas páginas digitales de mayor alcance, como Terra, han activado también la imaginación adivinatoria. Un forista de secretoscuba.net citó hoy a este sacerdote de Ifá:
Como ya lo anunció Orunmila el pasado viernes en una consulta que se le hiciera sobre el estado de salud del Comandante Fidel Castro en Cuba, éste habría muerto un poco menos de 16 días, con lo cual se estaría cerrando un ciclo en un pequeño espacio de tierra que hoy llamamos Cuba, pero que millones de años atrás habría formado parte del continente africano.
Para aquellos que tengan conocimiento de esta religión o que conozcan a algún sacerdote, les comento que los tres oddunes obtenidos el viernes 17 de agosto a las 4:00 p.m., mediante el oráculo de Ifà, sistema adivinatorio africano, nos confirmó sin lugar a duda la desaparición física del Comte. Fidel Castro Ruz. Para el momento de realizarse la consulta ante Orunmila, se sacaron tres odunes, un odu principal que algunos llaman Toyale, y dos testigos; fíjense que el odu toyale nos dice que Fidel ya está cumplido, el primer testigo fue Ejiogbe y cierra con el segundo testigo con Ofun Meji, Orunmila lo sentenció en ayewo (osogbo) Iku aro atonogua, es decir, en una condición astral negativa que conlleva a la muerte producida por una enfermedad venida del cielo. Y al realizar nuestra pregunta sobre su integridad física, Orunmila confirmó su desaparición en este plano a través nuevamente del odu Ejiogbe y Ofun Meji. De manera pues, que estoy 100% seguro que ya ese señor no está en este plano.
La consulta fue realizada por mi persona, awo de Ifá Ladde, al pie de Orunmila, usando para ello los ikines de Orunmila que me fueron entregados en la tierra de Ife, Nigeria, con el fin de alcanzar una comunicación espiritual directa con Orunmila, que como todos sabemos, recibió de manos de Shangò y con la volunta de Olodumare (Dios) las facultades para adivinar el pasado, presente y futuro de las cosas aquí en la tierra, y que desde tiempos milenarios se ha transferido dicho conocimiento y bendición de generación en generación. Es importante señalar que el fin último de ese mensaje fue anunciar la llegada de un nuevo ciclo para el pueblo cubano, que servirá de ejemplo para muchos pueblos del mundo. Sería irrespetuoso de mi parte anunciar algo que no ha ocurrido, pero visto que la palabra de Orunmila dada a través del Oráculo de Ifá no ha de caer al piso, doy por realmente cierta la adivinación. Con la muerte del Comte. Fidel Castro se cierra un cliclo más que político, astral, que repercutirá en varias naciones de este continente. Ifá ha hecho mención a través del Oráculo, que el fallecimiento del Comte. Castro se ha consumado ya, y aunque Ifá no precisa con exactitud espacios ni tiempo en que han de cumplirse sus anuncios, esto por considerarse que el tiempo es cíclico, al realizar nuestra pregunta se anunció que la muerte pudo haber ocurrido en los últimos 14 días. Ochosi lo prendió, Oshùn lo sentenció y Oggùn lo mató. Ashé to, ashé bo, aban Eshu.
Por su parte, la página digital La Voz, de Venezuela, publicó hoy domingo este vaticinio de un nigromante nativo:
"El Iluminado" recomienda estar alerta el próximo 27
En exclusiva para La Voz, el vidente más reconocido de Venezuela revela la predicción de unos hechos que pueden conmocionar al país y el mundo. Hermes Ramírez estima que el fenómeno astrológico que tendrá lugar el próximo 27 de agosto, puede repercutir en el país creando un ambiente de tensión y violencia. Además, cuenta que la muerte de una figura internacional puede cambiar el rumbo de las relaciones internacionales.
"El iluminado" es reconocido por su trayectoria en la televisión venezolana. Hoy en día, se ha mantenido en la palestra pública a través de una revista que lleva su nombre y con su trabajo comunitario en el estado Vargas, el cual lo ha perfilado como un posible candidato a la Gobernación de esa entidad.
Muerte de aliado
Hermes dio a conocer que "un importante aliado del Presidente Chávez fallece (se ve muerto), por su parte miembros adeptos de este personajes ocultarán la información. Un importante país, aprovechándose de la situación tratará de comenzar una alianza política, social y económica, esto pudiese traer consigo la caída desmesurada de un ideal y después de todo, se estaría concretando un conato de ruptura político-social con nuestro país."
Dada la situación "el Presidente Chávez hará lo posible por intervenir por la paz y la unión entre esos pueblos hermanos". Este pronóstico se asemeja a lo que ha estado sucediendo en Cuba, con Fidel Castro. En la isla se corren rumores de que al parecer se está ocultando información dentro del palacio de Gobierno, en cuanto al estado de salud del primer mandatario.
Además, el presidente provisional de la isla -comandante Raúl Castro- ha impulsado iniciativas para organizar democráticamente el país e iniciar conversaciones con EE UU. Al parecer, la nueva postura internacional de Cuba no le ha caído muy bien al Presidente Chávez.
Se activa dios de la guerra
"El iluminado" también anuncia que este 27 de agosto el pueblo de Venezuela tendrá la oportunidad de ver uno de los fenómenos más impactantes en la historia del universo. Se trata del acercamiento entre Marte y la Tierra, que permitirá divisar al "Planeta Rojo" de un tamaño similar al de la Luna, pero con color rojizo e inigualable. El acontecimiento tendrá lugar entre las 12 de la noche y 12.30 de la madrugada, que por cierto no volverá a suceder sino dentro de 6 mil años.
Tomando en cuenta que en la mitología griega y romana el planeta Marte es considerado el dios de la guerra, esta convergencia astrológica tendrá una influencia en Venezuela, la cual puede crear un clima de tensión y violencia en las calles. Por lo tanto, el vidente considera necesario que las autoridades se mantengan alertas ante cualquier incidente de insurrección o perturbación al orden público.
"El iluminado" es reconocido por su trayectoria en la televisión venezolana. Hoy en día, se ha mantenido en la palestra pública a través de una revista que lleva su nombre y con su trabajo comunitario en el estado Vargas, el cual lo ha perfilado como un posible candidato a la Gobernación de esa entidad.
Muerte de aliado
Hermes dio a conocer que "un importante aliado del Presidente Chávez fallece (se ve muerto), por su parte miembros adeptos de este personajes ocultarán la información. Un importante país, aprovechándose de la situación tratará de comenzar una alianza política, social y económica, esto pudiese traer consigo la caída desmesurada de un ideal y después de todo, se estaría concretando un conato de ruptura político-social con nuestro país."
Dada la situación "el Presidente Chávez hará lo posible por intervenir por la paz y la unión entre esos pueblos hermanos". Este pronóstico se asemeja a lo que ha estado sucediendo en Cuba, con Fidel Castro. En la isla se corren rumores de que al parecer se está ocultando información dentro del palacio de Gobierno, en cuanto al estado de salud del primer mandatario.
Además, el presidente provisional de la isla -comandante Raúl Castro- ha impulsado iniciativas para organizar democráticamente el país e iniciar conversaciones con EE UU. Al parecer, la nueva postura internacional de Cuba no le ha caído muy bien al Presidente Chávez.
Se activa dios de la guerra
"El iluminado" también anuncia que este 27 de agosto el pueblo de Venezuela tendrá la oportunidad de ver uno de los fenómenos más impactantes en la historia del universo. Se trata del acercamiento entre Marte y la Tierra, que permitirá divisar al "Planeta Rojo" de un tamaño similar al de la Luna, pero con color rojizo e inigualable. El acontecimiento tendrá lugar entre las 12 de la noche y 12.30 de la madrugada, que por cierto no volverá a suceder sino dentro de 6 mil años.
Tomando en cuenta que en la mitología griega y romana el planeta Marte es considerado el dios de la guerra, esta convergencia astrológica tendrá una influencia en Venezuela, la cual puede crear un clima de tensión y violencia en las calles. Por lo tanto, el vidente considera necesario que las autoridades se mantengan alertas ante cualquier incidente de insurrección o perturbación al orden público.
Vista así la política a través del folclor, el arte de la prospectiva tiene el mismo rango de probabilidades que la lotería: a veces alguien acierta. Me llama la atención el hecho de que en la última cita se relaciona la predicción con la alianza cubano-venezolana y se prestablece un día específico para algo, lo cual rompe el margen lógico de "error" con que los adivinos suelen predecir las cosas.
Etiquetas:
adivinos,
carta astral,
Cuba,
Fidel Castro,
rumor,
tablero de Ifá.
18/8/07
El chiste de los domingos
Dos estatuas de Romeo y Julieta, desnudos en medio de una plaza repleta de palomas. En eso se les aparece Dios:
- Hola chicos, como ustedes llevan 200 años uno frente al otro y han sido buenos, les concederé un brevísimo deseo, díganme.
- Nuestro deseo es ser humanos.
- Serán humanos durante 10 minutos, así que aprovéchenlos.
Las estatuas se vuelven humanas y se van detrás de unos matorrales y empiezan a decir: " Así, así, no pares...como me gusta, como disfruto"...
A los 5 minutos se acerca Dios y les dice:
- Les quedan 5 minutos.
Entonces Julieta le dice a Romeo: "Ahora me toca a mi. Tú sujetas a la paloma y yo me cago en ella".
Etiquetas:
Cuba,
el chiste de los domingos,
humor
15/8/07
Potencialidad petrolera de Cuba
El financiero.com, de México, trae hoy esta información sobre la prospección petrolera en Cuba.
La Habana, 15 de agosto. El gobierno de Cuba intensificará este año la exploración de nuevos pozos de petróleo y gas convencido de la existencia de abundantes reservas en tierra y en su zona económica exclusiva ubicada en el Golfo de México.Funcionarios encabezados por la ministra de Industria Básica, Yadira García, indicaron que con este objetivo se aceleran las capacidades de operación del monopolio estatal Cubapetróleo (Cupet). Citada por el semanario financiero Opciones, García apuntó que se imprime un ritmo más acelerado a la concertación de contratos de exploración a riesgo y producción compartida con "importantes compañías petroleras internacionales".
Aclaró que las reservas por descubrir deben ser utilizadas "con la mayor racionalidad y preservarse en grado máximo, para dar tiempo a que la humanidad desarrolle las fuentes alternativas de energía conocidas y pueda encontrar otras nuevas que garanticen la continuidad de nuestra especie", agregó.
Con el título "En Cuba sí hay petróleo", el semanario publicó un extenso artículo casi 20 días después que el presidente interino de Cuba, Raúl Castro, confirmó la intención oficial de atraer más inversiones extranjeras a este sector. En un discurso el pasado 26 de julio, Raúl dijo que se incrementará la aceptación de socios foráneos que aporten "capital, tecnología o mercado para así aprovechar la contribución" que puedan hacer al desarrollo del país. El hermano menor del convaleciente gobernante Fidel Castro aclaró que se trabajará con quienes llamó "empresarios serios" y sobre bases jurídicas bien definidas que "preserven el papel del Estado y el predominio de la propiedad socialista".
Cuba tiene como socios en la operación de bloques en la Zona de Explotación Exclusiva (ZEE) del Golfo de México a las empresas Repsol-Ypf, (España); Sherritt oil and Gas (Canadá); Petronas(Malasia); Petro Vietnam y Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA). Fuentes de Cupet señalaron que junto con PDVSA iniciaron los estudios preliminares para perforar seis bloques de la ZEE de los 56 en que Cuba dividió los 112 kilómetros cuadrados de su sector en el Golfo de México.
Un acuerdo complementario prevé la rehabilitación para fines de este año de la refinería de la provincia surcentral de Cienfuegos, paralizada por la crisis económica de la década anterior, donde se procesarán unos 65 mil barriles diarios de crudo. La Habana recibe en la actualidad unos 93 mil barriles diarios de petróleo de Venezuela a precios preferenciales.
Reflejando el optimismo oficial, Opciones sostuvo que "no está lejos" el día en que se confirmen pronósticos de que el archipiélago cubano tiene "abundantes concentraciones de petróleo como las de otros países ricos en este recurso". Recordó que Cuba, que cubre en la actualidad cerca de la mitad de su demanda interna de petróleo, aspira este año a producir casi cuatro millones de toneladas de crudo y gas equivalente (28 millones de barriles).
El gerente de Exploración de Cupet, Rafael Tenreyro, dijo que el plan de exploración de pozos este año es de 39, de los cuales 24 son de desarrollo y 15 de exploración, en tanto que del total, 13 estarán a cargo del Estado y el resto de compañías foráneas."
Cuba es uno de los países del mundo que más manifestaciones superficiales de petróleo tiene, principalmente en la mitad septentrional del territorio nacional", anotó el semanario al reseñar la historia de la exploración petrolera en la isla. Los sedimentos cubanos tienen características similares a los de las cuencas que forman los grandes yacimientos en el sur de Norteamérica, México, Medio Oriente, Venezuela, Trinidad o el sur de Rusia, anotó. Indicó que estudios realizados estiman que en Cuba hay un potencial petrolero considerado muy alto, "principalmente en la mitad norte de la isla y bajo las aguas profundas de la Zona Económica Exclusiva de Cuba en el Golfo de México".
En recientes declaraciones a medios locales, el vicepresidente Carlos Lage vaticinó un "ligero" crecimiento de la producción del pasado año y dijo que los nuevos pozos perforados han permitido incrementar las reservas de petróleo y gas del país. (Con información de Notimex/MCH)
Etiquetas:
Cuba,
CUPET,
empresas mixtas en Cuba,
golfo de México,
PDVSA,
petróleo
La transición dominicana: un desafío cultural
Aquí les entrego un resumen de actualidad dominicana. Esta realidad es extensible a muchos países del hemisferio.
Por: Enrique Soldevilla
En la República Dominicana está ocurriendo un tránsito de la democracia representativa hacia la democracia participativa. Y en ese transcurso, como siempre ha ocurrido en la historia, lo viejo tiende a impedir el advenimiento de lo nuevo.
El reto de esa transición plantea un dilema cuya solución es crucial: o son superados los modos obsoletos de gestión política o el país quedará rezagado hasta degenerar en un Estado fallido, al igual que ocurre lamentablemente con Haití, por citar sólo un ejemplo próximo a los dominicanos. Ese dilema es expresión de crecimiento, de maduración de la democracia en tanto sistema político que, a pesar de sus debilidades, ha demostrado una indudable capacidad de auto regeneración a través de la historia.
Es importante comprender que en nuestros días la mencionada transición, ese paso de una dinámica democrática a otra más moderna, está determinada por un sistema jurídico-institucional exigido por las potencias mundiales, que marcan los derroteros de la globalización, cuando en otras regiones geográficas van desapareciendo las barreras nacionales para construir uniones supranacionales de estados, como es el caso de la Unión Europea, mientras que en otras regiones, económica y políticamente menos avanzadas el proceso modernizador impulsado por la globalización origina una fuerte resistencia al cambio histórico-social.
Los tratados de libre comercio, la cooperación militar y la ayuda financiera internacional hoy están condicionados a una transformación esencial y obligatoria de las instituciones de los países en vías de desarrollo, así como de sus modos tradicionales de gestión en la que la vida gira en torno al clientelismo político.
Entre otras reformas en curso, la adopción del nuevo código procesal penal en la República Dominicana es considerada la piedra angular de la actual transición en el plano jurídico, en aras de administrar la justicia con transparencia en todas las etapas de un proceso y de respetar los derechos humanos. Asimismo se procura la profesionalización de la carrera pública, cuyo objetivo es garantizar la continuidad de los servidores del Estado independientemente del partido gobernante; otro paso en la dirección modernizadora es la promulgación de la ley de libre acceso a la información. Muy vinculado a ésta, se intenta el fortalecimiento institucional del país, la eliminación de la práctica de favorecer a proveedores como pago a su clientelismo político y el respeto a la disciplina de las licitaciones públicas, sólo comprometidas con el bien común.
Paralelamente emergen organizaciones de la sociedad civil como nuevos actores políticos de la democracia participativa, y se acentúa el discurso sobre la necesidad de inversión social y creación del desarrollo comunitario a través del micro crédito a la pequeña y a la mediana empresa.
En este diseño de institucionalidad y transparencia se legitima la independencia financiera del poder judicial, así como la creación del departamento contra la corrupción administrativa, aspectos de todo un conjunto armonizado que va configurando el nuevo sistema operativo de la democracia moderna, convirtiéndose en un “Windows” sociopolítico del siglo XXI.
Sin dudas ese proceso se hace más viable cuando se redefine y moderniza el marco jurídico del Estado, pero la batalla que permitirá el verdadero salto cualitativo hacia el desarrollo nacional dominicano debe ser librada en la mentalidad de la gente, lo cual constituye un desafío para los medios de prensa, para las instituciones de enseñanza y para las organizaciones de la sociedad civil, al convertirse éstos en protagonistas naturales del impostergable proceso de cambio cultural, porque si bien una modificación formal de las reglas del juego contribuye a que cambien algunas maneras de jugar, el objetivo supremo es crear una congruencia entre esas nuevas reglas y la conciencia transformadora de la actitud de los jugadores.
Un aspecto crucial de la batalla educativa es la persuasión acerca de los beneficios que se obtendrían al suprimir, por ley, la subvención estatal y privada a las organizaciones políticas, pues esa absurda práctica es fuente primaria de clientelismo y corrupción, deformaciones que bloquean el tránsito a la modernidad y tienden a perpetuar el subdesarrollo político.
El salto cualitativo de la transición dominicana se producirá, dentro del nuevo “Windows” de la democracia participativa, cuando quien controle el “mouse” apriete una tecla para eliminar la manutención estatal y privada de los partidos, para que los ciudadanos voten por aquellas formaciones políticas que, sin posibilidad de lucro mediante el erario público, beneficien con altruismo al sistema democrático, ese espacio de convivencia posible donde la gente deposita sus esperanzas de desarrollo y de bienestar.
Etiquetas:
democracia participativa,
República Dominicana,
transición
11/8/07
Cortesía de Troglo, un participante habitual de algunos blogs de tema cubano
Entran dos secuaces de la mafia a una sala de torturas, arrastrando a un muchacho flaquito y debilucho por los brazos. Adentro está Big Leroy, un torturador enorme, sudado, hediondo, con cara de mala gente, palillo en la boca, limpiándose las uñas con un machete. Uno de los hombres dice:
- Oye Leroy, el jefe mandó que te cojas por el culo a este sujeto hasta que no pueda más. Dijo que es para que él aprenda a no querer hacerse el valiente con la gente del barrio.
La víctima grita desesperada e implora perdón, pero Leroy apenas asiente con la cabeza, ignorando los lamentos del joven:
- Pueden dejarlo ahí en ese rincón, yo me encargo de ese hijo de puta dentro de un momento.
Cuando los dos hombres salen, el muchacho dice:
- Sr. Leroy, por favor, no me haga eso, déjeme ir que yo no le digo a nadie que Ud. me dejó ir sin castigo... no quiero que me lo rompa, por favor le pido de rodillas encarecidamente, el culo no nooooo el culoooo noooo.
Leroy dice: "¡Cállate la boca y quédate quieto ahí!"
Cinco minutos después, llegan los dos testaferros arrastrando a otro individuo:
- Big, el jefe mandó que a este le cortes las dos piernas y le saques los ojos, para que aprenda a no llevarse el dinero del jefe.
Leroy con voz grave dice:
- Déjenlo ahí en ese rincón, que ya resuelvo ese asunto.
Poco después llegan los mismos hombres, arrastrando a un tercer muchacho:
- Big Leroy, el jefe dijo que le cortes el pito a este tipo, para que aprenda a nunca más meterse con la mujer del jefe. Ah!, y dijo que también le cortes la lengua y todos los dedos para que no haya la mínima posibilidad que pueda tocar a otra mujer en su vida.
Leroy dijo con voz más cavernícola:
- Ya resuelvo eso. Pónganlo allí en el rincón junto a los otros dos hijos de puta esos.
Cuando se retiran los tipos, el muchacho que habían llevado primero se aproxima a Leroy y dice en voz baja:
- Con todo respeto, señor Leroy…acuérdese bien que yo soy el del culo, ¿eh?
- Oye Leroy, el jefe mandó que te cojas por el culo a este sujeto hasta que no pueda más. Dijo que es para que él aprenda a no querer hacerse el valiente con la gente del barrio.
La víctima grita desesperada e implora perdón, pero Leroy apenas asiente con la cabeza, ignorando los lamentos del joven:
- Pueden dejarlo ahí en ese rincón, yo me encargo de ese hijo de puta dentro de un momento.
Cuando los dos hombres salen, el muchacho dice:
- Sr. Leroy, por favor, no me haga eso, déjeme ir que yo no le digo a nadie que Ud. me dejó ir sin castigo... no quiero que me lo rompa, por favor le pido de rodillas encarecidamente, el culo no nooooo el culoooo noooo.
Leroy dice: "¡Cállate la boca y quédate quieto ahí!"
Cinco minutos después, llegan los dos testaferros arrastrando a otro individuo:
- Big, el jefe mandó que a este le cortes las dos piernas y le saques los ojos, para que aprenda a no llevarse el dinero del jefe.
Leroy con voz grave dice:
- Déjenlo ahí en ese rincón, que ya resuelvo ese asunto.
Poco después llegan los mismos hombres, arrastrando a un tercer muchacho:
- Big Leroy, el jefe dijo que le cortes el pito a este tipo, para que aprenda a nunca más meterse con la mujer del jefe. Ah!, y dijo que también le cortes la lengua y todos los dedos para que no haya la mínima posibilidad que pueda tocar a otra mujer en su vida.
Leroy dijo con voz más cavernícola:
- Ya resuelvo eso. Pónganlo allí en el rincón junto a los otros dos hijos de puta esos.
Cuando se retiran los tipos, el muchacho que habían llevado primero se aproxima a Leroy y dice en voz baja:
- Con todo respeto, señor Leroy…acuérdese bien que yo soy el del culo, ¿eh?
Etiquetas:
Cuba,
el chiste de los domingos,
humor
Sondeo de Diálogo Interamericano
El pueblo estadounidense tiene un profundo desconocimiento sobre América Latina, revela una encuesta publicada hoy en BBC Mundo.
Aunque México comparte una frontera de 3.200 kilómetros con Estados Unidos, y cerca de 8 millones de mexicanos viven en ese país, el 80% de los estadounidenses desconocen el nombre del mandatario mexicano.
La situación no es muy distinta cuando se habla de Brasil.
Tan sólo al 10% de los estadounidenses encuestados, les es familiar el nombre del presidente Luis Inazio Lula da Silva.
Estos son sólo algunos de los datos que arroja un estudio del grupo Zogby Internacional, y el centro de estudios Diálogo Interamericano.
Los enemigos
La principal conclusión es que los estadounidenses saben muy poco de América Latina, y tienen una percepción que dista mucho de la actual situación política y económica del continente.
"La encuesta indica que los adultos estadounidenses están muy desinformados sobre la región", dijo Peter Hakim, presidente de Diálogo Interamericano, un centro de investigación en Washington, que colaboró en la encuesta.
Los encuestados señalaron a Cuba y Venezuela como los peores enemigos de Estados Unidos en Latinoamérica, seguidos por Colombia.
"La percepción de los estadounidenses sobre Colombia está absolutamente equivocada", dijo Hakim, quien explicó que con la excepción de Medio Oriente y Afganistán, los colombianos son los que reciben más ayuda exterior de EE.UU.
A pesar de tener una opinión negativa de Cuba, el 58% de los ciudadanos encuestados piensa que Estados Unidos debe tratar de mejorar las relaciones con ese país, y que para tal fin debe comenzar un proceso de negociaciones con Raúl Castro.
Y un porcentaje muy similar, el 56% de los entrevistados, creen que debe ponerse fin al embargo económico, y eliminar las restricciones a los viajes de los estadounidenses a suelo cubano.
Contradicciones
El sondeo indicó que la mayoría de los entrevistados,(55%), considera benéfica, desde el punto de vista económico, la presencia de latinoamericanos en EE.UU.
Y el 48% cree que su país debe mantener más acuerdos de libre comercio con la región.
Pero simultáneamente, 1 de cada 3 estadounidenses tiene una opinión negativa de esos acuerdos.
Y además el 48% cree que el acuerdo comercial con México y Canadá -conocido como el Nafta-, ha sido perjudicial para Estados Unidos.
"La encuesta reveló que la opinión pública está totalmente confundida sobre lo que está pasando en comercio".
"Cómo pueden tantos estadounidenses creer que Estados Unidos fue perjudicado por el Nafta, cuando casi la mitad pide nuevos acuerdos?", preguntó el presidente de Diálogo Interamericano. La encuesta consultó la opinión de 7.362 adultos a través de Internet, entre el 27 y 30 de julio, y tiene un margen de error cercano a 1.2 puntos porcentuales.
Aunque México comparte una frontera de 3.200 kilómetros con Estados Unidos, y cerca de 8 millones de mexicanos viven en ese país, el 80% de los estadounidenses desconocen el nombre del mandatario mexicano.
La situación no es muy distinta cuando se habla de Brasil.
Tan sólo al 10% de los estadounidenses encuestados, les es familiar el nombre del presidente Luis Inazio Lula da Silva.
Estos son sólo algunos de los datos que arroja un estudio del grupo Zogby Internacional, y el centro de estudios Diálogo Interamericano.
Los enemigos
La principal conclusión es que los estadounidenses saben muy poco de América Latina, y tienen una percepción que dista mucho de la actual situación política y económica del continente.
"La encuesta indica que los adultos estadounidenses están muy desinformados sobre la región", dijo Peter Hakim, presidente de Diálogo Interamericano, un centro de investigación en Washington, que colaboró en la encuesta.
Los encuestados señalaron a Cuba y Venezuela como los peores enemigos de Estados Unidos en Latinoamérica, seguidos por Colombia.
"La percepción de los estadounidenses sobre Colombia está absolutamente equivocada", dijo Hakim, quien explicó que con la excepción de Medio Oriente y Afganistán, los colombianos son los que reciben más ayuda exterior de EE.UU.
A pesar de tener una opinión negativa de Cuba, el 58% de los ciudadanos encuestados piensa que Estados Unidos debe tratar de mejorar las relaciones con ese país, y que para tal fin debe comenzar un proceso de negociaciones con Raúl Castro.
Y un porcentaje muy similar, el 56% de los entrevistados, creen que debe ponerse fin al embargo económico, y eliminar las restricciones a los viajes de los estadounidenses a suelo cubano.
Contradicciones
El sondeo indicó que la mayoría de los entrevistados,(55%), considera benéfica, desde el punto de vista económico, la presencia de latinoamericanos en EE.UU.
Y el 48% cree que su país debe mantener más acuerdos de libre comercio con la región.
Pero simultáneamente, 1 de cada 3 estadounidenses tiene una opinión negativa de esos acuerdos.
Y además el 48% cree que el acuerdo comercial con México y Canadá -conocido como el Nafta-, ha sido perjudicial para Estados Unidos.
"La encuesta reveló que la opinión pública está totalmente confundida sobre lo que está pasando en comercio".
"Cómo pueden tantos estadounidenses creer que Estados Unidos fue perjudicado por el Nafta, cuando casi la mitad pide nuevos acuerdos?", preguntó el presidente de Diálogo Interamericano. La encuesta consultó la opinión de 7.362 adultos a través de Internet, entre el 27 y 30 de julio, y tiene un margen de error cercano a 1.2 puntos porcentuales.
10/8/07
Exageraciones naturales
Leonid Stadnyk, un veterinario de 33 años del oeste de Ucrania que mide 2,57 metros se convirtió en el hombre más alto del mundo según el Libro Guiness de los Récords, superando así a Bao Xishun, natural del norte de China, quien con 2,36 metros de altura tenía la primacía. Standnyk creció en los últimos dos años 30 centímetros más y se cree que continuará la curva ascendente en su descomunal tamaño, asociado a la presencia de un tumor en su hipófisis, que al parecer estimula la secreción de una hormona del crecimiento. (AFP)
Actualización:
Miren este perro con dos hocicos. Es nativo de Bolivia, donde parece haberse estabilizado esa raza. Más info aquí: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_6941000/6941370.stm
Estas curiosidades se suman a las del gallo de 4 patas, las guanábanas obesas y otras del archivo del blog. Una nueva:
Cosechan en Cuba racimo con 300 plátanos
La Habana, 10 ago (PL) Campesinos cubanos de la oriental provincia de Holguín cosecharon un racimo con casi 300 plátanos, algunos de los cuales miden más de 20 centímetros de largo, informó hoy una publicación nacional.
La planta fue sembrada y atendida por la familia Collazo Arauz, según la cual el racimo citado pesa 125 libras (56.8 kilogramos), reporta este viernes el periódico Granma.
El fenómeno tuvo lugar en una hacienda de Buenaventura, en Holguín, unos 750 kilómetros al este de La Habana.
El tallo del racimo mide un metro y 20 centímetros, y superó a otro cosechado con anterioridad, que llegó a pesar 117 libras.
Cosechan en Cuba racimo con 300 plátanos
La Habana, 10 ago (PL) Campesinos cubanos de la oriental provincia de Holguín cosecharon un racimo con casi 300 plátanos, algunos de los cuales miden más de 20 centímetros de largo, informó hoy una publicación nacional.
La planta fue sembrada y atendida por la familia Collazo Arauz, según la cual el racimo citado pesa 125 libras (56.8 kilogramos), reporta este viernes el periódico Granma.
El fenómeno tuvo lugar en una hacienda de Buenaventura, en Holguín, unos 750 kilómetros al este de La Habana.
El tallo del racimo mide un metro y 20 centímetros, y superó a otro cosechado con anterioridad, que llegó a pesar 117 libras.
Etiquetas:
Cuba,
curiosidades,
fenómenos,
gigantismo,
perro con dos hocicos,
racimos de plátanos
Suscribirse a:
Entradas (Atom)