24/9/07

Pedro Campos: ¿un pedo en el bautizo ?

Fernando Ravsberg, corresponsal de la BBC en La Habana, entrevistó en exclusiva a Pedro Campos Santos, ex diplomático, analista internacional y Jefe de Proyecto del Centro de Estudios sobre Estados Unidos de la Universidad de La Habana, hoy jubilado. Aquí está, fresquecita:

¿Por qué se decide a publicar sus 15 propuestas en internet y por qué otra vía los ha canalizado?
Publico estas propuestas en la revista digital de izquierda Kaosenlared porque colaboro asiduamente con ella.
Ésta es una de las vías que he encontrado para hacer llegar mis puntos de vista y criterios a los cubanos y a la izquierda internacional.
Igual, y como hago con todos mis artículos, también estas propuestas las he enviado al Comité Central del Partido Comunista de Cuba y a las direcciones electrónicas disponibles en Granma, Juventud Rebelde y Trabajadores, los periódicos nacionales de la Revolución.
También utilizo como vía de difusión la intranet cubana donde funcionan, según tengo entendido, más de cien mil cuentas de correo electrónico y en la que no existe ninguna prohibición expresa de hacer propaganda socialista.
Muchos compañeros que reciben mis artículos por intranet los reenvían a otros compañeros en Cuba, los imprimen y los entregan a otros amigos.
¿Hasta qué punto este debate será escuchado por las instancias de poder?
Tengo la absoluta convicción de que este debate está siendo seguido en detalle por las máximas instancias del Partido y el Gobierno.
Igual considero que los planteamientos que se están haciendo por las bases tendrán un eco claro en próximas medidas que necesariamente serán instrumentadas, así como un impacto muy positivo para el futuro del socialismo en Cuba.
Ya las medidas que se tomen, los tiempos en que se apliquen, etcétera, dependerán de la profundidad de los planteamientos de las bases, la magnitud del apoyo a unas u otras medidas y los criterios que logren predominar en la dirección.
El papel de los revolucionarios y comunistas en la base es exponer abiertamente sus posiciones, confiar en que serán tenidos en cuenta y luchar porque así sea.
¿Cree que la gente está expresando lo que realmente piensa o simulan y ocultan sus verdaderos criterios?
En este proceso, como es lógico, puede haber de todo, pero tengo entendido que se están haciendo planteamientos muy serios y consistentes en la mayoría de los núcleos del Partido y que si bien es cierto que algunos han dudado de su efectividad, la mayoría de las bases partidistas están mostrando confianza en el llamado y está exponiendo abierta y libremente sus consideraciones.
No siempre y en todos los núcleos los temas se abordan con la profundidad necesaria, pues la orientación no parece haber llegado igual a todas partes, existiendo informaciones de que en algunos núcleos se ha tratado de concentrar la discusión en temas solo relativos al ámbito estrecho empresarial o relacionados con cuestiones anecdóticas y no de fondo.
¿A su juicio qué es lo que no funciona, el sistema, parte del sistema, su aplicación u otro aspecto?
La construcción del socialismo en Cuba y en todas partes es un proceso que avanza a pesar de retrocesos parciales, coyunturas adversas y otros factores internos y externos.
La Revolución Cubana hace ya varios años necesita pasar a una nueva fase de socialización.
El mantenimiento de concepciones como la excesiva centralización en la toma de decisiones, en la organización de la planificación, el esquema de acumulación, la distribución del excedente y la organización de la producción en base al trabajo asalariado, están lastrando el avance de la sociedad, la economía del país y el mejoramiento necesario de las condiciones de vida de las mayorías.
En Cuba, la Revolución viene sufriendo un proceso de estancamiento relativo desde que se paralizaron los procesos de socialización de la propiedad, cuando se adoptó la concepción -prevaleciente en el movimiento comunista internacional desde la adopción de la Nueva Política Económica en Rusia en 1921- que equiparaba socialización con estatización.
Esto desdeñaba la noción que Carlos Marx tenía del socialismo como un sistema cooperativista integrado, lo que fue retomado por Lenin en 1923 cuando ya su salud le impedía defender sus posiciones en el PCR.
En los años setenta y ochenta los subsidios soviéticos permitieron que la concepción estatista del socialismo siguiera funcionando con relativo éxito, a pesar del despilfarro y el descontrol de los recursos.
Pero la caída del campo socialista evidenció las frágiles bases del tal noción, la imposibilidad de mantener los niveles de vida alcanzados y la ineficacia de la excesiva centralización en todos los órdenes de la sociedad.
En esa situación, durante el período especial se tomaron dos tipos de medidas para tratar de salvar la situación, una del tipo economía de mercado capitalista y otras de carácter socializante.
De esto y sus resultados ya se ha tratado bastante en la presa nacional e internacional, aunque todavía se discute cuán socialistas eran algunas de ellas o cuán capitalistas eran otras.
Lo que sí ha quedado evidente es que las medidas claramente protocapitalistas engendraron grandes diferencias sociales, no han beneficiado equitativamente a todas las capas de la población a pesar del esfuerzo distributivo del Estado.
Y si bien permitieron el funcionamiento del entramado burocrático y el mantenimiento de los logros sociales fundamentales de la Revolución, no han logrado llenar las expectativas de la población.
De haberse integrado ambos espectros, en una economía única que interactuara y no fracturada por la divisa, como se hizo y con más trabas para las medidas protosocialistas, los resultados generales hubieran sido mucho más parejos.
El turismo que se concibió como locomotora de la economía desenganchó los carros que no funcionaban con divisas, especialmente las empresas estatales de perfeccionamiento empresarial y las empresas agrícolas cooperativas y las UBPC.
En cierta forma esa situación persiste con la doble moneda actual, aunque ya no tengamos el dólar circulando.
No se trata pues del sistema socialista como tal sino del desarrollo lógico de las contradicciones que surgen en el camino, de las concepciones dominantes sobre los caminos más adecuados y de las soluciones que se asuman no siempre fáciles de descifrar, toda vez que estamos enfrentado el desarrollo de una sociedad inédita.
A todo esto hay que añadir la constante hostilidad imperialista, el desarrollo de nueva medidas para fortalecer el bloqueo, las agresiones de todo tipo y especialmente en la esfera ideológica que muy bien se han acostumbrado a trabajar los servicios especiales de Estados Unidos, tratando constantemente de desvirtuar la idea socialista, alentado su fracaso y promoviendo la subversión interna.
Esto nos obliga a la inversión de cuantiosos recursos económicos y materiales y de personal calificado en las tareas generales de la defensa.
¿Es posible realizar todos esos cambios que usted plantea y a la vez salvar logros como la salud pública, la educación o la lucha contra la extrema pobreza?
No sólo es posible, sino que precisamente esas propuestas están encaminadas a garantizar la continuidad y el avance de esos logros y mejorar la situación en áreas deficitarias.
El aumento de la producción que deben estimular estas medidas, deben aumentar también los impuestos que recaude el Estado para garantizar y ampliar estos logros.
La administración local de partes de los impuestos y el manejo autogestionario de los presupuestos, debe hacer más efectivo su manejo.
En sus puntos se plantean la privatización de algunos medios de producción y servicios, ¿no es eso abandonar el socialismo?
Generalmente cuando se habla de privatizaciones, se refiere a entregar al capital privado o extranjero empresas estatales o nacionales, cosa que no encontrará usted en ninguna de mis propuestas.
De manera que su pregunta está mal formulada y parte de erróneos presupuestos.
En ningún punto de las 15 propuestas se habla de privatización capitalista de empresas y mucho menos de entrega al capital extranjero, a menos que considere usted equivocadamente el cooperativismo, la autogestión y la cogestión como privatización, cuando se trata de formas de socialización, de propiedades colectivas que integradamente en una 'un plan común' no son otra cosa que el socialismo según Carlos Marx.
Sólo en dos puntos, referidos a la entrega de tierras a los campesinos individuales y la liberación del trabajo por cuenta propia se plantea algo que puede prestarse a confusión, para quien no tenga claras las diferencias entre propiedad privada capitalista y propiedad individual o producción mercantil simple.
En cuanto a empresas extranjeras la única referencia es la "eventual participación de capital indirecto extranjero, para el desarrollo del transporte urbano en la capital y principales ciudades", lo que nada tiene que ver tampoco con privatización del transporte ni entrega al capital extranjero.
De manera que para nada planteo abandonar el socialismo. Todo lo contrario, estas propuestas están encaminadas a fortalecer la socialización de la propiedad y la apropiación del excedente que son el centro de la idea socialista y lo que naturalmente tiende a dar solución a la gran contradicción del sistema capitalista entre la producción cada vez más social y la apropiación cada vez más privada.
¿Qué le hace pensar que el país tiene dinero como para pagar los salarios que usted propone? Si es así, ¿por qué no se han pagado hasta ahora?
Planteo en mis 15 propuestas que éstas deben verse integralmente, si las analiza una por una independientemente, no podría encontrarse el vínculo de unión que es la propuesta de ir creando condiciones para avanzar a la autogestión empresarial y social.
Es decir, el sistema de cooperativas integrados del que habló Carlos Marx y que Lenin propuso desarrollar en 1923, como concepción de la organización de la producción y la sociedad en el socialismo.
El establecimiento de una moneda única es imprescindible para estructurar una economía integrada que funcione sin trabas ni nichos o cotos especiales y que esté encaminada a realizar una plena función social.
Mientras se mantenga la doble moneda, habrá doble economía, los trabajadores seguirán produciendo divisa para recibir pesos devaluados como salarios, continuarán las grandes diferencias sociales impuestas artificialmente y el esquema de acumulación del Estado centralista, podrá seguir disponiendo fetichistamente del excedente social sin proceder a la distribución equitativa que demanda el pago según el trabajo en el socialismo.
Si usted observa las medidas de conjunto, verá que se propone la eliminación de la libreta de racionamiento 'previo establecimiento de subsidios directos y selectivos a las personas de bajos ingresos'.
Eso liberaría automáticamente los productos actualmente subsidiados que se reparten a bajos precios por medio de la libreta y los pondría a los precios actuales en divisa.
Lo que una familia de tres personas recibe mensualmente por medio de la libreta, a precios actuales de divisa, sobrepasaría los 100 CUC, sin contar la leche diaria y alimentos de los menores y los otros gastos obligados en CUC.
Súmele a eso los gastos de electricidad, agua, gas, teléfono, y transporte todo a precios de CUC y verá que fácilmente estaría por encima de los 200 CUC.
Por eso planteo que los precios tendrían que ser reajustados al salario medio de 250 CUC, el mismo número actual en pesos cubanos no convertibles.
Habría un aumento ligero del nivel de vida de los trabajadores, desaparecía la diferencia actual entre ganar en uno u otro dinero, pero el efecto económico más importante sería la posibilidad de organizar e integrar toda la economía cubana, como se explica en esa propuesta.
¿Qué alcance debe tener a su juicio este debate, me refiero a quienes deben participar en él ?
En el punto 15 doy una respuesta íntegra a esta pregunta, de manera que me permito repetirlo.
'Someter estas y todas las otras propuestas a una amplia discusión popular, sin restricciones, en un proceso horizontal que abarque la prensa, la radio y la televisión, los centros de trabajo, los sindicatos, los núcleos del Partido, los centros estudiantiles, las unidades militares, los CDR, las delegaciones de la FMC, las asambleas de barrio del Poder Popular y, luego con el enriquecimiento popular, someterlas en un término de tres (3) meses a referéndum nacional, para garantizar democráticamente la efectividad del proceso'.

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